, ,

La homosexualidad, la ciencia y Dios

Se trata de un artículo que incluye miradas de psicólogos y médicos y fundamentada en citas bíblicas en defensa del matrimonio entre un hombre y una mujer, cuestionando la reciente ley aprobada por los legisladores en el Congreso Nacional.Por Carlos Terranova (Rafaela)

La definición más sencilla de la homosexualidad es que se trata de una conducta que manifiesta una atracción sexual y emocional hacia personas del mismo sexo.
Los homosexuales se definen a sí mismos como una mente de mujer encerrada en el cuerpo de un hombre (lo mismo pasa con las lesbianas).
Esto deriva en un conflicto que, como todo conflicto, puede ser reconocido, o negado. En ambos casos debe buscarse la resolución del mismo. Los homosexuales pretenden resolver directa o indirectamente el conflicto de varias maneras.
Algunos visten sus cuerpos masculinos con ropas de mujer o de hombre pretendiendo resolver el conflicto de esta manera. Otros, más drásticos, recurren a la mutilación de sus órganos genitales o a implantes, pretendiendo lograr un mayor parecido de sus cuerpos a sus mentes. La gran mayoría, recurren a gestos y modales y costumbres femeninos o masculinos queriendo aparentar una personalidad acorde a lo que ellos sienten.
Pero ningún de estas formas resuelven el conflicto mente-cuerpo. La realidad es que el poderoso inconciente de la mente no se lo permite, pues no se le pude mentir con disfraces o apariencias por más drásticas que sean.
Solo una psicoterapia profunda y una vuelta al plan original de Dios pueden “liberar a esa mente de su encierro y ajustarla a un cuerpo que nació genéticamente definido.”Cabe la aclaración que aunque se usen mecanismos de defensa sosteniendo que el conflicto está resuelto porque se han aceptado como son, en verdad esto no es así. Se trata de un auto-engaño.
Imagínese que yo digo: – Yo soy un lobo en un cuerpo de hombre, entonces quiero implantarme una cola, un hocico, comienzo a comer carne cruda, aullar y andar en cuatro patas… lo más factible es que me internen en un psiquiátrico. Por más que yo sienta que soy lobo… soy un ser humano, no alcanza con decir “me he aceptado como soy” o protestar porque la gente me discrimina por no aceptarme como lobo.
No es cuestión de cambiar lo externo… el problema está en lo interno, lo psíquico y emocional y debe ser tratado. En lugar de tratar de cambiar mi ser exterior que está bien (Dios lo hizo así), debo cambiar lo interior.
¿QUÉ DICE LA CIENCIA?
Desde el principio la psiquiatría incluyó la inclinación homosexual entre las enfermedades que podían y debían ser tratadas.
Richard Von Kraft-Ebing, uno de los padres de la moderna psiquiatría, la consideró incluso como una enfermedad degenerativa en su Psychopatia Sexualis.
Freud incluyó la homosexualidad entre las “perversiones” o “aberraciones sexuales”, a semejanza que el fetichismo y las prácticas sádicas o masoquistas. Según este científico conocido como el padre de psicoanálisis, la homosexualidad es una manifestación de falta de desarrollo sexual y psicológico que se traducía en fijar a la persona en un comportamiento previo a la madurez heterosexual.
En un sentido similar, e incluso con matices de mayor dureza, se pronunciaron también los otros grandes del psicoanálisis, como Adler y Jung. Los psicoanalistas posteriores no sólo no modificaron estos juicios sino que incluso los acentuaron a la vez que practicaban tratamientos considerados curativos contra la inclinación homosexual.
En los años cuarenta, Sandor Rado sostuvo que la homosexualidad era un trastorno fóbico hacia las personas del sexo contrario, que debía ser tratada como otras fobias.
Bieber y otros psiquiatras, ya en los años sesenta, partiendo del análisis derivado de trabajar con un considerable número de pacientes homosexuales, afirmaron que la homosexualidad era un trastorno psicológico derivado de relaciones familiares patológicas durante el período edípico. Por esta razón el DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) incluía la homosexualidad en el listado de desórdenes mentales.
El esfuerzo del colectivo gay en su afán por demostrar que ellos son un tercer sexo es antiguo. Intentan asentar la idea de que no se trata de personas heterosexuales con problemas de comportamiento, sino que el homosexual se comporta así porque esa es su forma natural de hacerlo, y que intentar cambiar esa orientación sexual significa ir contra su naturaleza, y ponen como ejemplo a las personas zurdas.
Así su presión sobre la comunidad científica ha sido incesante, aunque ha decrecido algo en los últimos tiempos, en la medida en que su esperanza de obtener científicamente la prueba definitiva para sus posturas se ha visto defraudada una y otra vez, y ahora tratan que sus objetivos se pueden alcanzar social y políticamente sin necesidad de tal prueba.
En el campo de la genética se ha buscado el gen “gay” con el mismo ansia que el “eslabón perdido” de la evolución. La falta de resultado a favor de sus pretensiones ha hecho que en la actualidad hasta organizaciones pro gay, y algunos activistas destacados reconozcan que la homosexualidad no ha encontrado en la biología ningún apoyo para el origen natural.
Con todo ese trabajo realizado hasta ahora se puede afirmar que las pruebas hasta el día de hoy han determinado que NO EXISTE ningún gen que determine un comportamiento homosexual.
El Dr. Socarides, que es el científico que más ha estudiado el comportamiento gay en el campo de la psiquiatría, ha afirmado que se trata de una cuestión patológica (es decir de una enfermedad psíquica), un desorden, que se origina en la etapa pre-adolescente de algunas personas. Y por lo tanto dentro de las enfermedades que pueden y deben ser tratadas.
Pero el hecho de que ser homosexual no sea un accidente natural y genético, no quiere decir que el homosexual siempre lo sea por vicio, degeneración ó decisión voluntaria. Es un error considerar que se trata de forma general de personas que en un momento determinado deciden ser homosexuales, aunque también los haya de esta clase.
Hay un abanico de factores primordiales que influyen en algunas personas para que tengan esa inclinación. Los estudios señalan a toda una serie de conflictos y circunstancias que suelen tener lugar durante la infancia y que inclinan a las personas hacia la homosexualidad en un intento muchas veces inconsciente de encontrar alivio ó escape a sus heridas emocionales, y que se suelen manifestar en la alta adolescencia y en la etapa juvenil.
Ahora bien, si alguien en un momento de su vida, siente que tiene una inclinación sexual homosexual, también puede tomar decisiones personales para variar ó cambiar esa tendencia y comportamiento, (lo cual no es tan fácil, rápido y radical como tomar la decisión y alcanzarlo pero si posible)
El doctor Gabriel Flores Ciani En su Análisis médico sobre el proyecto de ley en revisión sobre matrimonios de parejas del mismo sexo expuesto ante el Senado – Junio 2010 – dice:
Nadie nace homosexual, bisexual, transexual, travesti etc. (La identidad sexual) No existe par cromosómico homosexual (no hay genética homosexual) El embrión es XY (masculino) o XX (femenino). Existen, por lo tanto, dos vías perfectamente diferenciadas en el desarrollo sexual normal del embrión masculino o femenino.
No hay anatomía homosexual:
Anatómicamente se es varón o mujer. El aparato reproductivo es de varón o mujer: Pene, testículos, próstata etc. Para los hombres y Vagina, útero, ovarios, glándulas mamarias etc. Para las mujeres.
No hay hormonas homosexuales: Hay hormonas características de los varones ejemplo andrógenos, testosterona; hormonas características de las mujeres: Progesterona, ocitosina etc. Las hormonas fetales afectan sobre la masculinización o la feminización del cerebro.
No hay morfología cerebral homosexual: Si hay diferencias en los lóbulos cerebrales de varones y mujeres. El varón más desarrollado el lóbulo izquierdo (mas racional) y las mujeres más el lóbulo derecho (mas emocional). En el Sistema Nervioso Central las secreciones hormonales, propias de cada sexo en etapas tempranas del desarrollo embrionario, son en gran parte la causa de las diferenciaciones que lo afectan.
Los homosexuales varones no poseen capacidad de amamantamiento: Esto implica que la falta de amamantamiento en caso de adopción de un bebe por parejas homosexuales le traerá a este, peligrosas carencias como el recibir defensas de su madre (los recién nacidos son inmunológicamente inmaduros); además de las consecuencias profundamente estudiadas del daño en el desarrollo psicofísico que conlleva para estos.
No existen órganos sexuales homosexuales: El ano es parte de sistema digestivo y su función es expulsar la materia fecal, no tiene terminaciones nerviosas las cuales son las encargadas en el caso del pene y la vagina producir placer en la persona durante el coito.
“EL CREADOR ESTABLECE LA NORMA”
Mucho antes de que los gobiernos decidieran promulgar leyes que regularan el matrimonio, nuestro Creador ya las había establecido. Dice el primer libro de la Biblia: “El hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne” (Génesis 2:24).
Con respecto a la palabra hebrea traducida como “esposa”, el Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento, explica que “señala a cualquier persona del sexo femenino”. Más tarde, Jesús confirmó que los cónyuges tienen que ser “varón y hembra” (Mateo 19:4). El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo?
Por consiguiente, Dios estipuló que el matrimonio fuese una unión íntima de carácter permanente entre hombre y mujer. Ambos seres están diseñados para complementarse a fin de satisfacer mutuamente sus necesidades y deseos de orden emocional, espiritual y sexual
La conocida historia bíblica de Sodoma y Gomorra revela el criterio divino acerca de la homosexualidad. Dios declaró: “El clamor de queja acerca de Sodoma y Gomorra es ciertamente fuerte, y su pecado es ciertamente muy grave” (Génesis 18:20). El grado de depravación al que habían llegado estas ciudades se manifestó cuando el justo Lot recibió a dos visitantes. “Los hombres de Sodoma […] cercaron la casa, desde el muchacho hasta el viejo, toda la gente en una chusma. Y siguieron llamando a Lot y diciéndole: ‘¿Dónde están los hombres que entraron contigo esta noche? Sácanoslos para que tengamos ayuntamiento con ellos’.” (Génesis 19:4, 5.)
Las Escrituras añaden que “los hombres de Sodoma eran malos, y eran pecadores en extremo contra Jehová” (Génesis 13:13).
El Apóstol Pablo escribe a la iglesia de Roma: Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; (Romanos 1:27-28).
Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno ( Judas 7 )
En los países donde hay constantes campañas en pro de los derechos homosexuales, quizás haya quienes objeten a que se aplique el calificativo contranatural a la conducta homosexual.
Pero ¿acaso no es Dios el árbitro supremo en lo que respecta al orden natural? Pues bien, él dio este mandato a su pueblo: “No debes acostarte con un varón igual a como te acuestas con una mujer. Es cosa detestable” (Levítico 18:22).
Somos responsables ante Dios La Biblia es muy clara: Dios no acepta ni pasa por alto las relaciones homosexuales. Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas sino que incluso aprueban a quienes las practican. (Romanos 1:32) (NVI).
Dios no aprueba la homosexualidad pero ama a los homosexuales. La biblia sostiene Dios aborrece el pecado pero ama al pecador. Como es una conducta que puede ser cambiada Dios está esperando que el homosexual decida dejar de serlo y está dispuesto a ayudarlo.
Y el que se celebre un “matrimonio”, el que se apruebe una ley no las convierte en algo decente, ni honroso. Dios requiere que “el matrimonio sea honorable entre todos”, lo que excluye las uniones homosexuales, que él encuentra detestables (Hebreos 13:4)
Algunos afirman que el reconocer como matrimonio a las asociaciones temporales (parejas de hecho) o a pares de gays o de lesbianas no perjudica para nada a las familias tradicionales. ¡Y ESTO ES TOTALMENTE ERRÓNEO!
¿Ustedes creen que poner en circulación montones de monedas falsas no perjudica a la moneda verdadera? Al contrario, la devalúa y puede llegar a hundir la economía del país.
La misma palabra matrimonio deriva de los vocablos latinos «matrix» y «monium» que significan oficio de madre. Así pues, según su etimología, el matrimonio es una unión que tiene como primer objetivo «engendrar y educar a los hijos» que es justamente lo que hacen las madres y eso no lo pueden hacer los gays.
Cicerón -106-43 a.C.-, escritor, político, militar, abogado y orador romano (es especialmente conocido como el orador más elocuente de Roma y como hombre de letras) definía la familia como «Pincipium urbis et quasi seminarium reipublicae», es decir, «unidad básica de la sociedad y del estado».
La realidad es que Dios, la ciencia y el sentido común concuerdan y es un absurdo contradecirlo.
¿Usted se pone dos zapatos derechos o izquierdos y dice que es un par? De ninguna manera, usamos un zapato derecho y un izquierdo, diferenciar no es discriminar. De la misma manera no podemos decir que dos hombres, o dos mujeres sean un matrimonio. Solo un hombre y una mujer lo son. Dios bendiga nuestra Patria.

Carlos Alberto Terranova DNI: 12905491
El autor es pastor de la Primera Iglesia Evangélica Bautista de Rafaela.

Archivos
Páginas
Scroll al inicio