Por Luciana Inés Mazzei.- Desde hace unos años, las investigaciones en neurociencias han podido demostrar y explicar dos cualidades del cerebro humano como son la neuroplasticidad y la neurogénesis. La primera tiene que ver con la posibilidad de adaptarse y reorganizarse a partir de experiencias, educación o lesiones. La segunda es la posibilidad de generar nuevas neuronas.
También se ha descubierto la función de las neuronas espejo. Estas neuronas funcionan así, como espejos, que facilitan el aprendizaje por imitación y son importantes para la adquisición del lenguaje, las habilidades motoras y sociales entre otras.
A partir de la séptima semana de embarazo comienza a desarrollarse el cerebro, con la formación del tubo neural que dará origen a la médula ósea y al cerebro. Desde ese momento, durante todo el embarazo y después del parto el cerebro continúa desarrollándose para adquirir las diferentes habilidades cognitivas, motoras, de memoria, entre otras.
Las personas somos seres vinculares y sociales, esto significa que necesitamos de la relación con otros para crecer y desarrollarnos. No sólo necesitamos que sean cubiertas nuestras necesidades físicas básicas, sino que también es indispensable el vínculo con el otro para crecer plenamente.
En este sentido, cuánto más sanos sean los vínculos primigenios luego del parto, mejor estimulado estará el cerebro del niño para desarrollar las diversas habilidades. Esos primeros vínculos son los padres y la familia.
En la familia, la persona desarrolla su identidad personal, a través de la mirada del otro, se auto reconoce y sabe quién es. Este reconocimiento externo, si es positivo y valora las particularidades de cada uno, promueve una autoestima sana y equilibrada, fomentando así el desarrollo de las habilidades personales.
El valor personal de cada uno dentro de la familia, la aceptación de las diferencias personales y la identidad familiar propia estimulan el ejercicio de habilidades sociales, claves de la vida en sociedad. El amor familiar ayuda a reconocerse y amarse como un ser único.
En contextos familiares de vínculos violentos y agresivos, donde los niños pueden ser víctima de diferentes abusos y negligencia, el cerebro se configura según la experiencia traumática, porque emocionalmente la persona no comprende cómo, quien debería cuidarla y amarla, no lo hace o lo hace mal.
Esta experiencia condiciona las futuras relaciones de la persona. Síntomas de estrés postraumático, parejas violentas, dificultad para llevar adelante proyectos, baja autoestima, autoconcepto negativo. Las neuronas espejo profundizan el aprendizaje de las conductas violentas.
Por otro lado, las experiencias oceánicas, experiencias positivas, de compartir momentos felices en familia, dejan huellas de identidad y pertenencia a ese grupo familiar. Estas experiencias ayudan a niños y adolescentes a crecer en vínculos sanos con ellos mismos y con los demás.
Pero, aunque las vivencias tristes, traumáticas o violentas, condicionen negativamente el desarrollo cerebral y con él las habilidades personales y de socialización, tanto la neuroplasticidad y la neurogénesis nos traen esperanza. Una persona que durante su niñez creció en ambientes vulnerables, donde no podían ofrecerle la estimulación necesaria para su desarrollo cerebral, o que vivió experiencias traumáticas y violentas, puede, gracias a la neuroplasticidad, resignificar estas experiencias y trabajar para mejorar sus habilidades cognitivas. Mediante la función de las neuronas espejo puede aprender nuevas conductas en el vínculo con personas que ayuden a mejorar su autoestima y autoconcepto.
El día de la familia es una oportunidad para reflexionar sobre la calidad de los vínculos, reconocer la importancia de estimular relaciones amorosas y aceptación de la individualidad de cada persona. Desde los diversos ámbitos se deben crear entornos saludables y acompañar en el afrontamiento de las situaciones difíciles que enfrentan hoy las familias.
Que todas las familias logren ayudar a sus miembros para que cada uno sea la mejor versión de si mismo y lograr así una vida plena.
El 15 de mayo, día de la familia, se celebra también el día del orientador familiar. Este profesional, formado y capacitado para acompañar a las familias en los momentos difíciles, educando a los padres para empoderarlos en su rol dentro de la familia, para que adquieran las herramientas necesarias de manera que cada miembro se desarrolle plenamente en el seno de la familia.
El orientador familiar es un profesional apasionado por trabajar para que cada familia encuentre su esencia, su propia dinámica y sepan sortear juntos los momentos de crisis. Promueven la comunicación, el apego seguro, la autoridad como medio para educar y, sobre todo, poner el foco en el amor que existe dentro de cada uno.Principio del formulario
La autora está radicada en Rafaela. Es magíster en Orientación Educativa Familiar.