Por Emilio Grande (h.).- Recientemente, el gobierno nacional tomó la decisión política de la expropiación (algunos consideran confiscación) de una de las empresas más importantes del país: Yacimientos Petrolíferos Fiscales.
Luego vino el tratamiento del proyecto en el Congreso y en ambas cámaras el oficialismo contó con la adhesión de casi todos los opositores para aprobar la ley del 51% de la expropiación, demostrando que más allá de recuperar una empresa estratégica los legisladores se mueven más por una ideología hegemónica de la coyuntura relegando sus miradas personales y el bien común del país.
El problema de fondo es para qué volvió a ser estatizada YPF cuando hace exactamente 20 años durante el gobierno de Carlos Menem había sido privatizada con el voto del peronismo incluido el de la legisladora Cristina Fernández de Kirchner. Se trata de incoherencias políticas que en la memoria colectiva parecen haberse olvidado.
Entre los pocos dirigentes lúcidos que hubo en esta hora de la historia argentina, el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri declaró que “la expropiación nos endeuda y nos aleja del mundo. En un año estaremos peor que hoy”.
Por su parte, la crítica Elisa Carrió señaló que debían «ir presos» el presidente de Repsol Antonio Brufau y el ministro de Planificación Julio de Vido por «depredar» a YPF. La YPF que nosotros conocimos la mataron Menem y Kirchner», expresó, quien reclamó que la Justicia investigue el «vaciamiento» de la compañía petrolera «desde 2006», para agregar que «resulta que el gran imperio a destruir era España, con el que se abrazaban hasta ayer, pero ahora buscan abrazarse a los norteamericanos. El problema no es el gobierno, somos nosotros que nos hemos comprado tanta mentira», enfatizó.
En este contexto, el escritor peruano Mario Vargas Llosa opinó: “hay un misterio indescifrable en la lealtad de una porción considerable del pueblo argentino hacia una fuerza política que a lo largo de todas las veces que ha ocupado el poder ha ido empobreciendo al país, malgastando sus enormes riquezas con políticas demagógicas, azuzando sus divisiones y enconos, destruyendo los altísimos logros que había alcanzado en los campos de la educación y la cultura, y retrocediéndolo a unos niveles de subdesarrollo que había dejado atrás antes que ningún otro país latinoamericano”.
No solamente se violó el artículo 17 de la Constitución Nacional sobre el proceso de la expropiación al no pagar un precio justo del 51% a Repsol sino también hubo desinversión de Repsol y tampoco existieron controles del Gobierno.
Ahora acertadamente fue designado Miguel Galuccio como director de YPF, ¿lo dejarán actuar técnicamente? porque es urgente la inversión en nuevas exploraciones y el tratamiento en las refinerías. ¿De dónde saldrán los fondos? ¿Cómo tratará el Gobierno a los nuevos inversionistas?
La expropiación de YPF, ¿para qué?
Se trata del editorial del programa "Sábado 100" por radio Sol Rafaela (FM 90,9) que conduce Emilio Grande (h.). Acertadamente fue designado Miguel Galuccio como director de YPF, ¿lo dejarán actuar técnicamente? porque es urgente la inversión en nuevas exploraciones y el tratamiento en las refinerías. ¿De dónde saldrán los fondos? ¿Cómo tratará el Gobierno a los nuevos inversionistas?