Por Emilio Grande (h.).- Lamentablemente, una de las mayores preocupaciones de la gente es la alarmante inflación (la otra es la inseguridad) que parece no tener solución a simple vista; la padecemos desde hace décadas con picos como los actuales que superaron los tres dígitos y termina erosionando los ingresos de todos los sectores, que generará más pobreza, actualmente del 39%. El Gobierno no puede, no quiere o no le interesa resolver este grave problema.
La inflación de abril fue 8,4%, según informó el INDEC, muy por arriba de las expectativas iniciales del ministro de Economía Sergio Massa, que prometía a fines del año pasado que el índice de precios comenzaría con un tres por delante para esta altura del año. La variación de precios de los últimos 12 meses alcanzó el 109% y la acumulada en el primer cuatrimestre fue de 32%. Se trata del dato de inflación mensual más alto desde abril 2002 (10,4%) y el mayor interanual desde 1991.
El dato oficial sorprendió fuertemente, ya que nuevamente estuvo también por arriba de las estimaciones privadas, que proyectaban una inflación de 7,5% para el mes pasado, afectado por la aceleración de los precios de los alimentos y el impacto de la volatilidad financiera en los tipos de cambio paralelos. Desde que comenzó el año, la inflación mensual se fue acelerando: enero 6%, febrero 6,6%, marzo 7,7% y abril 8,4%. Los economistas estiman que el índice de precios “tranquilamente” podría llegar a los dos dígitos en los próximos meses, de continuar esta dinámica.
Al respecto, el secretario de Política Económica del Gobierno Gabriel Rubinstein comentó: “Abril volvió a presentar un dato de inflación sumamente elevado. Como aspectos particulares, cabe mencionar aumentos en bienes estacionales como verduras (20,5%) e indumentaria (10,8%), ambos componentes que ya habían traccionado los precios en el mes anterior. Si bien algunos componentes mostraron una importante desaceleración respecto de los elevados niveles de marzo, tal como la carne vacuna (2,7%), otros componentes mantienen dinámicas aceleradas como la carne aviar (26,4%), lácteos (11,1%), azúcar (10,6%) y pan y cereales (8,5%)”.
Con la confirmación del 8,4% de inflación en abril, desde que comenzó la gestión de Alberto Fernández y Cristina de Kirchner, en diciembre de 2019, los precios aumentaron en promedio 448%. La inflación se mantiene en alza debido a la gran emisión monetaria a la que tiene que recurrir el Estado para financiar su excesivo gasto, ya que tiene el mercado de crédito cerrado por la falta de confianza en un plan económico.
Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma, señaló que las proyecciones de inflación van a volver a corregirse hacia arriba. “Sin un plan de estabilización ni ningún tipo de ancla política, el proceso de alta inflación está profundizándose por la propia dinámica, en vez de estabilizarse en torno al 7%. Hay mucha preocupación con el 8,4% y viendo los datos de las primeras semanas de mayo”, dijo.
En una entrevista televisiva con Pablo Duggan en el canal C5N, Cristina Fernández cuestionó que el acuerdo con el FMI se estableciera una tasa de interés positiva. “Cuando tenés una tasa de interés como la que tenés, estás emitiendo. Me preocupa la deuda que toma el Banco Central, es déficit cuasi fiscal. Pero el acuerdo con el FMI establece tasa de interés positiva. Endeudamiento y fuga generó el estallido inflacionario”, según el relato de Cristina.
A decir verdad, la galopante inflación no será solucionada en la medida en que la dirigencia política no tome conciencia de la gravedad del problema: hay que dejar de emitir, achicar el gasto público, generar confianza, tener un plan económico, producir inversiones, producir empleo genuino, entre otros. Es uno de los principales problemas que aflige a los argentinos de todos los niveles sociales, que carcome los ingresos, y cada vez más a muchos sectores les cuesta llegar a fin de mes por la descontrolada remarcación de los precios.