Por Emilio Grande (h.).- Este tercer domingo de junio es el Día del Padre y es la fecha señalada para esta celebración en la mayoría de los países latinoamericanos.
Más allá del aspecto comercial, ¿cuáles son el significado y los desafíos de ser padres hoy en medio de una sociedad conflictiva y en no pocos casos matrimonios monoparentales o entre personas del mismo sexo?
El Día del Padre es una fecha para reflexionar sobre lo que significa este rol tan importante en la actualidad por sus responsabilidades. El “buen padre”, imagen ampliamente difundida por las sociedades de consumo, es la de “proveedor”: aquel que satisface todas las necesidades materiales del hogar. Para que no les falte nada a los hijos trabaja jornadas dobles y aún los fines de semana para juntar unos pesos de más en medio de la grave crisis socioeconómica. Pero también produce un desgaste, sin darse un respiro para disfrutar lo importante: la experiencia única de ver crecer a los hijos.
Los padres han logrado vencer las tradiciones de ser meros proveedores, comparten el gozo en la crianza de los hijos y hablan de “una nueva dimensión en la convivencia familiar”.
Cada día son más los padres presentes en el quirófano en el momento del nacimiento de sus hijos, en los cursos prenatales y de posparto para capacitarse en el cuidado del bebé.
Más allá del discutible “alquiler de vientres”, se necesitan de una mujer y un hombre para engendrar un hijo/a. También se necesitan dos para su desarrollo en una complementariedad de roles paternos y maternos.
La intuición femenina permite a la madre establecer una comunicación vital con el hijo/a desde el momento de la concepción y se profundiza con el nacimiento. Interpreta las señales de temor en el bebé y con los mimos lo tranquiliza y conduce suavemente.
La voz del padre es de importancia: da seguridad, confianza en el porvenir, establece los límites de la conducta infantil y cierra el círculo del amor que debe rodear al niño. El padre proporciona un elemento único y esencial en la crianza del hijo y su influencia es poderosa en la salud emocional.
El padre de hoy se abre a las necesidades más sutiles del hijo: las emocionales y las psíquicas. Propicia el ambiente que le permita el desarrollo integral de su potencial en un marco de libertad responsable, no de dominación.
El actual contexto es por demás complejo: padres e hijos que sufren las separaciones matrimoniales, las excesivas cargas laborales, familias monoparentales y la nueva ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, que es un retroceso cultural.
Frente a estos desafiantes problemas, tenemos como modelo a san José, padre adoptivo de Jesús, quien en silencio y humildad supo acompañarlo desde la concepción en el vientre de la Virgen María, luego con la huida a Egipto para que no lo mataran y en la educación en el taller de Nazaret, pero en varias ocasiones no entendió lo que pasaba y aceptó el misterio de la salvación.
Feliz Día del Padre para quienes todavía lo tienen y un recuerdo especial para los que ya partieron de este mundo, como es en mi caso: Mito Grande quien partió el 12 de enero de 2023 y dejó un legado y una huella imborrable para sus hijos, sus nietos, sus bisnietas y tantos amigos que supo cosechar a lo largo de fructíferos 94 años…