El Tribunal Supremo de Estados Unidos anuló hoy el fallo del caso Roe versus Wade, que en 1973 habilitó el aborto legal en ese país, al señalar que la Constitución no otorga «este derecho», por lo que cada estado deberá determinar si mantiene o prohíbe esta práctica.
La decisión del máximo tribunal fue aprobada por mayoría, con seis votos a favor -aunque uno de ellos con una opinión separada- y tres votos en contra.
A favor se mostraron los jueces Samuel Alito, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh, Amy Coney Barrett, Clarence Thomas y el presidente de la Corte Suprema, John Roberts. En contra se manifestaron Stephen Gerald Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan.
La decisión del Tribunal Supremo anula también el fallo del caso Casey vs. Planned Parenthood de 1992, una decisión que en su momento reafirmó la sentencia original, pero autorizaba a los estados establecer regulaciones sobre el proceso.
En la opinión mayoritaria de la Corte, escrita por el juez Samuel Alito, se asegura que “sostenemos que Roe y Casey deben ser anulados”, pues la Constitución de Estados Unidos “no hace referencia al aborto”.
“Tal derecho no está protegido implícitamente por ninguna disposición constitucional, incluida aquella en la que ahora se basan principalmente los defensores de Roe y Casey: la Cláusula del debido proceso de la Decimocuarta Enmienda”, se añade.
“Esa disposición se ha sostenido para garantizar algunos derechos que no están mencionados en la Constitución, pero cualquier derecho de ese tipo debe estar ‘profundamente arraigado en la historia y tradición de esta Nación’ e ‘implícito en el concepto de libertad ordenada’”, expresa la Corte Suprema.
“Es hora de hacer caso a la Constitución y devolver el tema del aborto a los representantes electos del pueblo”, añadieron los jueces, por lo cual la legislación en materia de aborto deberá ser definida en cada estado.
Fuente: https://aica.org/