Por Jorge Blainq. El 14 de diciembre último Antonio Mario Grande cumplió 40 años de su ordenación sacerdotal, que había presidido el ex obispo Jorge Casaretto, y el 16 de diciembre festejó 65 años de vida. Fue párroco de Humberto, Ceres, Fátima de Rafaela y actualmente en la parroquia de Guadalupe de Frontera desde 2014. Estudió Licenciatura en Teología en Roma (1994-1996) y Doctorado en Teología en la UCA (2004-2011). Fue rector del Colegio Sacerdotal Argentino en Roma (2011-2014).
«La vocación fue despertando porque fui al Colegio San José, durante la clase de religión se nos leía la palabra de Dios, la vida del padre Marcelino Champagnat (fundador de los Hermanos Maristas) y si había tiempo novelas de Emilio Salgari. Escuchando la vida de Champagnat me surgió ser como él, la mirada del amor de Dios que llegara a todos, especialmente al que más lo necesita. Cuando llegan los momentos decisivos al terminar la escuela secundaria, en el que se decide seguir estudiando o ir a trabajar, fui madurando con el apoyo del hermano Gregorio Santamaría y del entonces obispo Antonio Brasca, emergiendo el camino que Dios quería para así empezarlo. Fui a estudiar al seminario de Paraná entre 1973 y 1979. Al morir Brasca, fui ordenado por el obispo Casaretto hace 40 años», contó Grande.
¿Cómo tomó tu familia esta decisión?
Un poco de sorpresa pero siempre acompañando. La abuela paterna María (Borgnino) colaboraba con la obra de las vocaciones eclesiásticas y pedía a Dios por un nieto sacerdote, pero cuando entré al seminario no lo pudo ver porque tenía arterioesclerosis. La clave es la llamada interior para escuchar la voz de Dios para confrontar con la propia vida y así tomar decisiones.
¿Cuáles fueron los destinos pastorales?
Una vez ordenado fui vicario en la Catedral San Rafael con el párroco Olivio Tacca y Miguel Attallah, después fui a Ceres para acompañar a párroco José Beltrán y luego a Carmelo Greco. Más tarde estuve como párroco en Humberto, volví a Ceres como párroco. El obispo Héctor Romero me envió a Roma para estudiar Licenciatura en Teología Pastoral. Al regreso estuve con el párroco Idelso Re en Catedral y luego ser designado párroco de Fátima durante 12 años. El obispo Carlos Franzini (presidía la Comisión Episcopal de Ministerios) me envió como responsable del Colegio Sacerdotal Argentino en Roma, al regreso hace 5 años que soy párroco en Guadalupe de Frontera y atiendo también a Josefina que está a 10 km.
Con tu investigación doctoral publicaste el libro «Aportes argentinos a la teología pastoral y a la nueva evangelización».
En función del desarrollo del mundo y el avance de la ciencia se busca que haya un diálogo entre la fe y la cultura. Cuando era párroco en Fátima hice el doctorado en la Facultad de Teología de la UCA y aconsejaron que la tesis se publicara. Sigo dando clases en los seminarios de Paraná y Santa Fe, e integro un grupo de investigación en teología en Buenos Aires.
¿Cómo se viven estos cambios vertiginosos en la sociedad y la repercusión de que Bergoglio haya sido designado Papa?
Es un momento de grandes cambios sociales, religiosos y modos de vida, y el pueblo de Dios lo vive en ese caminar que Jesús se hizo hombre en una historia y así sigue la Iglesia. Lo del Papa Francisco es una buena noticia que lo que hacía en Buenos Aires en silencio, no comprendido por todos y a veces injustamente criticado sigue pasando ahora a nivel universal; lo fui conociendo de cerca cuando estuve en Roma y leyendo lo que él dice, no los intérpretes o comentadores, ver los gestos que hace y confrontarlo con el evangelio para ver si se aparta o no. La frescura del evangelio vivido y anunciado molesta al que no lo acepta. Es el pastor que camina con las ovejas con la lucidez de saber escuchar las preguntas de los hombres y mujeres de nuestro tiempo para saber responderlas; también saber sembrar más allá de aprobaciones o rechazos, Jesús dio testimonio y por eso lo llevó a la cruz. La Navidad nos lleva a la Pascua, Jesús nace para dar la vida, nace y muere pobre, pero la vida triunfa.
Está en el tapete el aborto con el reciente protocolo del Ministerio de Salud de la Nación. ¿Cuál es la mirada de la Iglesia?
Si hablamos de pluralismo y diferentes corrientes de pensamiento y de vida, que sea un país inclusivo para todos, los creyentes tenemos que decir con libertad y respeto, que nos sepan escuchar. Es un problema humano y de recibir la vida como viene: varón, mujer, sana, enferma; acompañar a los que gestionan la vida, sea el matrimonio en un país con pobreza estructural que juega en contra de la vida y de la familia, con la concepción desde el mismo momento. Lo que está surgiendo ahora con una mente tan cortita que sería una solución para la vida de una chica que engendró a los 13 y 14 años libremente puede disponer de ella cuando no le corresponde a la chica ni a ningún externo; el que está en dificultad y especialmente la chica hay que acompañarla, ayudarla y motivarla, no crearle un nuevo problema con una violencia de quitar la vida que se está gestando, hay que decirlo y ayudar a pensarlo. En el adviento se celebra que Jesús fue engendrado en la panza de María, quien lo da a luz en Navidad, por eso es contradictorio con decir que no vale la pena, es una estupidez y hay que sacarlo. Con serenidad y respeto tenemos que hacernos cargo de lo que decimos, respetuosos los unos de los otros.
¿Cómo ves la situación de las vocaciones sacerdotales en este tiempo?
Siguen siendo un don de Dios, el modo de manifestarse de Jesús fue con el pueblo directamente como aparece en el evangelio y formando una manera de ser comunidad con diferentes dones y carismas de los bautizados, y el ministerio apostólico los 12 apóstoles guiados por Pedro y los obispos guiados por el Papa; corresponde a todo el pueblo de Dios cuidarlo, venerarlo y acompañarlo. Como pasó con Judas en el evangelio, Jesús lo acompañó hasta el final; los apóstoles, obispos, sacerdotes y bautizados somos personas frágiles, entonces es un proceso continuo de conversión y santidad o de alejamiento. Los errores de algunos sacerdotes, obispos, cardenales no tienen que hacernos olvidar de muchos que viven con alegría el testimonio de la fe y del envío del Señor hasta con el martirio. Pensar que si faltan vocaciones hay que ofrecer los hijos a Dios para lo que él quiera y los que son llamados ser acompañados en responder a ese llamado.
¿Sigue jugando al fútbol?
Gracias a Dios sigo jugando (los martes en el campo de deportes del Colegio San José), siempre es hasta que Dios quiera, cada partido agradezco uno más. Con el “9” (jugó las inferiores hasta que ingresó al seminario) y Boca estamos en un momento de sufrimiento (risas).
Esta entrevista fue realizada para el programa “Vida y milagro” que se emitirá este martes 24 de diciembre a las 21 por Cablevisión Rafaela.
Fuente: diario Castellanos, Rafaela, 23 de diciembre de 2019.