Por Emilio Grande (h.).- Recientemente, la ciudad española de Valencia y la región sufrió el fenómeno climático denominado DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), que produjo tormentas con lluvias y vientos con más de 200 muertos y la destrucción de innumerables hogares, puentes y medios de vida.
Entre tantos argentinos residentes en ese lugar, está el rafaelino Rafael Estrada, quien hace dos años se mudó con su familia integrada por Sabrina Valente y sus hijos Gino de 7 y Sofía de 9 años a la ciudad de Torrent, pegada a Valencia. Vivió en Rafaela hasta el 2008 y luego se mudó a la ciudad de Funes (ubicada en el gran Rosario) hasta el 2022.
“Mi lugar no sufrió estructuralmente más que la caída de árboles porque hubo muchísimo viento y veníamos de muchos días de lluvia. Normalmente, acá está soleado y en esos días parecía Londres: nublado y lloviendo todo el tiempo, con el paso de la DANA. Cuando llueve en Argentina la tierra absorbe muchísimo y acá nada porque la tierra es roja y compacta, teniendo barrancos secos que son semi-inundables; en el GPS del google maps figuran ríos y de repente sufren subidas de agua violenta como pasó esta vez”, graficó en una entrevista en el programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela.
Y agregó: “La comunidad valenciana sufrió las consecuencias porque la gente suele trabajar en otra ciudad de la que vive; la mayoría de los locales si bien están abiertos no tienen el personal para trabajar porque están las autopistas cortadas al estar caídos los puentes. La zona donde entreno, que se llama Picanya, pasa un río y se llevó todos los puentes. Ese día fui a trabajar, me empezaron a llegar mensajes del grupo de boxeo sobre lo que había pasado con el puente y no entendía nada; después llegaron los videos, que se ven en las redes. Fui a ayudar para limpiar el gimnasio y no había quedado ningún puente; tuve que dar toda una vuelta, rodeando la ciudad para llegar porque toda la infraestructura está destruida”.
-¿Hay antecedentes y cuáles fueron las causas de este fenómeno?
-Hay antecedentes en las décadas de 1950 y 1980; es una zona en la que están acostumbrados. En los bares y casas de Valencia tienen marcas en las paredes que dicen hasta aquí llegó el agua en la arriada de tal año como recordatorio. Luego hicieron un trabajo de ingeniería para desviar el río Turia, que atravesaba la ciudad porque se desbordaba constantemente. Las zonas que se inundaron esta vez son de Valencia, que le hicieron un cinturón que desvía el Turia, hacia el sur, que no tiene mantenimiento suficiente ni las obras de infraestructura al nivel de la ciudad de Valencia. Como es una zona turística con gente que viene de muchos lugares de Europa, se fue construyendo en zonas que le fueron ganando terrenos a los barrancos y cuando hay una riada el agua vuelve a su lugar natural.
-En estos días estuvieron el presidente Pedro Sánchez, el rey Felipe y la reina Letizia, ¿por qué varios vecinos reaccionaron con tanta violencia? ¿Se sintieron abandonados?
-No es un momento para utilizar políticamente lo que pasó. Rápidamente, se va a intentar instrumentalizar esto. Si bien tuvieron avisos durante el día, un compañero de trabajo que lo estábamos esperando y no llegaba mandaba mensajes al grupo de whatsapp, diciendo que se había subido al techo del auto porque se lo estaba llevando la corriente de agua en la entrada de Torrent, otro mensaje que decía que tuvo que subirse arriba de un camión porque desapareció su auto al igual que miles de autos corrieron esa desgracia, que se pueden ver en las imágenes. Estando arriba del camión le llegó la alerta, poniéndose fuerte el volumen del celular de todos a la vez. Se avisó, pero no se sabía que iba a ser tan violento en una hora pico del día con una aglomeración de autos para ingresar a las ciudades.
-De hecho, hubo muchos muertos.
-Hasta el momento son más de 200 muertos; es lógico por lo que pasó hasta podría haber sido mucho más la cantidad. Se plantea que no se está informando un montón de muertos; ya se sabrá con el tiempo. Fui a Picanya, que está pegado a Paiporta, donde la gente reaccionó mal ante la presencia de Sánchez y Felipe, que es la zona donde peor la pasó. Había maquinarias muy grandes moviendo el barro, se pudo sacar el barro dentro de las casas y locales, pero si no se lo llevan las máquinas te “ahogas” en el barro. La cantidad de infraestructura arruinada es impresionante, yo no había visto nunca pilas de autos arruinados y llenos de barro adentro, que no sirven más. Se entiende que mucha gente se lo tome a mal; sí noto cierto desafecto por los políticos como en todos los países, que tienen sus cuestiones políticas particulares. Intenté no meterme en los problemas de acá porque notaba que la gente no le da tanta bolilla y vive cada uno en lo suyo con sus cosas. En este caso puntual dio mucha bronca el hecho que tardó en llegar la ayuda. Si bien Torrent tiene un centro municipal con una cancha de atletismo, arribaron los helicópteros militares con provisiones, pero no llegó personal militar y fueron vecinos los que estaban ayudando.
-¿Se estimaron las pérdidas económicas?
-Es incalculable hasta que no se termine de limpiar todo y la gente tenga que denunciar las pérdidas que tuvo para ver si recibe algún tipo de subvención. Los seguros se van a hacer cargo de la parte que le toque. Conozco a mucha gente que está esperando que la llamen de un registro donde dejaron anotado los datos del coche, para que cuando aparezca en algún lugar vayan a retirar algunas pertenencias y luego se tiran porque es inservible.
-Hace dos años que te fuiste de la Argentina con tu familia, ¿cuáles fueron los motivos?
-En el caso nuestro siempre quisimos vivir afuera. Durante la pandemia en Rosario teníamos un negocio gastronómico y hubo cosas que empezaron a hacer mucho ruido como amenazas en el grupo de whatsapp, diciendo que había que pagar para reabrir los locales. Cuando empezamos a ver esa dinámica mafiosa, ordenamos los papeles para que cuando surja la posibilidad de irnos del país. Yo tengo la ciudadanía por parte de mis padres extensiva a mis hijos, ahí decidimos dar el salto y elegimos España por una cuestión de afinidad porque tiene un equilibrio entre la social que son parecidos a nosotros, infraestructura y seguridad; solamente, a mi hermana le faltó una patineta eléctrica, que fue lo más grave. No se ve la violencia en los robos de lo que estábamos acostumbrados en la Argentina y no queríamos exponer a nuestros hijos para darle una infancia lo más tranquila posible. Trabajo conseguís bastante rápido; mucha gente que viene no termina ejerciendo su profesión y trabaja en otra actividad.