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«La Argentina debe penar a los corruptos»

Lo dice el fiscal español Conde Pumpido.Por Adrián Ventura

“La Argentina debe extremar la lucha contra la corrupción y para ello es central que sus fiscales sean independientes del Poder Ejecutivo”, dice el fiscal general de España, Cándido Conde Pumpido.

“Es fundamental luchar contra la corrupción para que la gente sienta que está integrada en la sociedad y que el que se desvía es castigado. En España, la clave para dominar la corrupción fue la creación de un poderoso organismo, la Fiscalía Anticorrupción, que no depende del Poder Ejecutivo, como sí ocurre con la oficina argentina. La fiscalía debe ser independiente”, explica Conde Pumpido, ex juez del Tribunal Supremo de España y fiscal general de ese país desde 2004. Su cargo es equivalente al de procurador general. Nació el 22 de septiembre de 1949 en La Coruña y se licenció en Derecho y en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad de Santiago de Compostela. Es un jurista muy respetado y está preocupado, básicamente, por la criminalidad económica.

Fue el magistrado más joven en la Sala en lo Penal del Tribunal Supremo, en la que ingresó en 1994. Fue también uno de los once miembros del tribunal que juzgaron el secuestro y asesinato del industrial Segundo Marey, y apoyó una condena de diez años de prisión para el ex ministro del Interior José Barrionuevo y para el ex secretario de Seguridad Rafael Vera, por mal cumplimiento de sus deberes de funcionarios públicos.

Hace unas semanas, Conde Pumpido visitó la Argentina y aportó su experiencia en la lucha contra el delito. Se reunió con Esteban Righi, procurador general; con Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y con Alberto Abad, titular de la AFIP.

-Usted habla de perseguir el terrorismo, el lavado de dinero y la evasión tributaria, y viene a la Argentina, donde no hay condenas por lavado de dinero y no hay evasores presos. ¿Cree que todavía debemos tener esperanza de que las cosas cambien?

– Sí, absolutamente. La Argentina está haciendo grandes progresos. Cuando estuve aquí en 1991, nadie pagaba impuestos. Ahora, la gente tiene conciencia de que hay que pagarlos. En cuanto al procurador Righi, creo que tiene las cosas muy claras. Es muy inteligente.

-En la Argentina no hay condenas por crímenes económicos. ¿Qué opina?

– Combatir la criminalidad económica es difícil. Pero en nuestro país la Justicia funciona bien y hay condenas no sólo por atentados terroristas o por delitos comunes, sino también por delitos de corrupción, delitos económicos y tributarios.

-¿Cómo hay que combatir la corrupción?

– En España había niveles muy altos de corrupción en el gobierno, pero eso se eliminó. Ahora ya no hay corrupción ni en el gobierno central ni en los gobiernos autónomos, equivalentes a las provincias argentinas. La corrupción está concentrada en los ayuntamientos, en las comunas. Todos los días, los diarios publican un caso de corrupción, y también todos los días se producen detenciones. Nuestra clave fue crear la Fiscalía Anticorrupción, un organismo muy poderoso. La Argentina tiene una Oficina Anticorrupción dentro del Poder Ejecutivo, pero no sirve. La Fiscalía Anticorrupción, por las atribuciones que debe concentrar, necesita ser independiente y funcionar dentro de la órbita del Poder Judicial. No puede tener contaminación política.

-Existe entre los argentinos la sensación de que todo delito queda impune. ¿Tienen la misma sensación los españoles respecto de su país?

– No, ya no. La gente se queja de la lentitud de los procesos. Tiene razón, y hay que mejorar eso. Pero ya no se queja de la impunidad. Antes, el pueblo pensaba que había personas que nunca irían presas. Por ejemplo, Mario Conde era un banquero exitoso, titular del Banco Español de Crédito, que se había convertido en un ejemplo para muchos sectores de la sociedad. Cuando se descubrió que se apropiaba de los fondos del banco, nadie creía que sería condenado. Pero lo fue, por apropiación indebida y por estafa, y ese señor, que antes era visto como alguien importante, está preso desde hace muchos años. Nuestro sistema judicial está funcionando bien.

-España se convirtió en un país desarrollado. ¿Eso permitió disminuir la delincuencia violenta?

– Sí; tenemos índices de criminalidad bajos, propios de los principales países europeos. En mi país se cometen unos 700 homicidios por año.

-Unos 700 homicidios por año para un país de 45 millones de habitantes es poco en comparación con la Argentina, que triplica esa cifra. ¿Cómo se logró?

– El crecimiento económico y el progreso cultural y social hacen que actualmente se resuelvan los conflictos en forma más pacífica.

-¿Por qué, entonces, aparecen episodios de xenofobia y racismo?

– La xenofobia aparece en hechos aislados, pero muy resonantes, y me preocupa. Hay un resurgimiento de la extrema derecha en toda Europa. En España, creo que en los últimos tres años se fue gestando un clima de crispación política. Alrededor de los problemas del terrorismo etarra y de las autonomías territoriales se fue generando un malestar que es caldo de cultivo para los grupos de extrema derecha.

-¿Los jueces deben pagar impuesto a las ganancias, o a las rentas, como lo llaman en España?

– Por supuesto. Los jueces españoles pagan Ganancias y los jueces argentinos deben pagar ese impuesto.

-Nuestros jueces se resisten a hacerlo porque, dicen, afecta la independencia judicial.

– [Se ríe.] Bueno, en Francia también lo dicen los periodistas para no pagar, y se escudan en la libertad de prensa. Pero para tener un país institucionalmente fuerte el requisito necesario es que no existan beneficios estamentales.

-¿Por qué en España se pudieron dictar condenas por lavado de dinero y en nuestro país no fue posible llegar a esa instancia?

– En España es más fácil, porque el lavado de dinero está penado como un delito autónomo. Es decir, no debemos probar que el dinero que se lava proviene del narcotráfico o de algún otro delito. Nos alcanza con probar que hay lavado y se condena, sin que sea necesaria una condena previa. La Argentina debería reformar su legislación de blanqueo de dinero.

-¿ETA se financia con lavado de dinero proveniente de otros delitos?

– No; ETA se financia con dinero que obtiene de extorsionar y amenazar a empresarios de la zona del País Vasco. A ellos les cobra un impuesto revolucionario, so pena de realizar atentados.

-¿Se encontraron lazos entre ETA y el terrorismo islámico? ¿Tienen una fuente de financiamiento común?

– No. Tienen un modo distinto de operar. El terrorismo jihadista, en España, recluta gente y lava dinero, pero no es una organización piramidal. Por eso tampoco recibe órdenes de Al-Qaeda. Se financia con su propia red, mientras que ETA, como le dije, tiene otra fuente de financiamiento.

-¿Y existen conexiones entre el terrorismo islámico y el lavado de narcodólares?

– No. En las cúpulas no hay conexión. Por ahí se hacen operaciones, pero no en el nivel de cúpulas.

-¿Podrá Occidente ponerle fin al problema del terrorismo?

– Para luchar contra el terrorismo hay que luchar contra las causas de ese fenómeno, contra la violencia y contra los delitos económicos. Pero ese combate siempre debe ser librado por el Poder Judicial y por la policía. El sistema penal no dará la solución definitiva al terrorismo, pero no se puede prescindir de él.

-Solucionar las causas del terrorismo no es sencillo…

– No. Es un tema político, y no es mi área. Pero el problema se empezará a resolver cuando se solucionen los conflictos en Irak y entre Palestina e Israel. El presidente José Luis Zapatero lidera una alianza de civilizaciones para superar esos conflictos y los fiscales europeos estamos trabajando en forma mancomunada. El sistema penal no debe ser la única respuesta frente al terrorismo, pero es parte de la solución. A la larga, nuestra solución, que es la judicial, es mejor que la solución militar que adoptaron los Estados Unidos.

-Es previsible que una superpotencia no deseche la respuesta militar.

– Los Estados Unidos optaron por la solución militar, pero después de mucho tiempo siguen en combate. Tienen muchos detenidos en Guantánamo, pero no aplicaron ninguna condena. En cambio, nosotros, en España, a tres años del atentado, que fue cometido en 2004, ya tenemos condenados. La principal amenaza en Europa es el terrorismo jihadista y debemos darle una respuesta.

Por Adrián Ventura

Fuente: diario La Nación, Buenos Aires, 2 de enero de 2008.

El autor estuvo en Rafaela dando una charla en la UCSE DAR en 2006, organizado por el Círculo de la Prensa de Rafaela y esa casa de estudios.

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