Por Esteban Ruiz.- Corrían los años 60 cuando Carena se lanzaba a recorrer el mundo. Hijo de un formidable inventor, quien se convirtió en dueño de una casa de repuestos que perdura literalmente intacta hasta el día de hoy, pudo conocer los lugares que su padre siempre soñó con ver. «A mi padre le encantaba la música clásica, pero por alguna razón nunca logró viajar a Europa y ver los teatros más famosos. Yo pude conocerlos a todos, y los visité más de una vez». Pero Kuky heredó otra pasión bien mediterránea: los autos. Gracias a su estrecha amistad con Carlos Reutemann pisó junto a él los mejores circuitos de Fórmula 1, codeándose con la élite de la categoría mientras Carlos ganaba el GP de Alemania, Austria y Sudáfrica por citar algunos. «El mundo anda sobre un Fórmula 1 mientras en Argentina todavía la seguimos con el Turismo Carretera», expresa Amílcar Kuky Carena, haciendo una analogía entre nuestro país y el resto del globo.
Kuky Carena, Lole Reutemann, el célebre periodista Franco Lini y Du Pascuid en Austria.
Nacido en Nuevo Torino, Kuky se paseó con su cámara fotografiando el mundo, pero los animales en estado salvaje y libertad era lo que más enfocaba su atención. «África es el lugar más maravilloso de todos; la naturaleza que contiene es incomparable y la recorrí decenas de veces». Por esa misma época, otro rafaelino emulaba el recorrido pero con intenciones más oscuras. No se conformaba con ver a los animalitos desde un Jeep, los decapitaba y agregaba a su colección personal, la que llegó a ser la más grande del país. Se trata del cazador José Sodiro, actividad que hoy en día ya no es tolerada. «Una vez me invitó a ir con él a la selva africana; al tercer día le dije que me iba de ahí porque no podía ver como le disparaban a los animales, me parece una cosa de bobos».
Carena disfrutando de su privilegiado acceso al sector de pandas en China.
«Fijate lo que son las paradojas de la vida; cuando viajé a Alaska vi muchísima cantidad de osos y los pude fotografiar de cerca. Sin pensarlo me encontré con decenas de ellos, mientras que Sodiro perdió la vida en el mismo lugar tratando de cazar a uno; no había logrado encontrarlos.»
De vuelta en Rafaela, entre viaje y viaje Kuky debía atender el negocio familiar, «Casa Carena» en calle Rivadavia 345 de la ciudad de Rafaela, mientras se dedicaba a defender el patrimonio histórico de la ciudad y compartir sus experiencias alrededor del mundo en las escuelas y medios de comunicación. Logró que se conserve el adoquinado, el cual está siendo reparado, influyó para devolver el nombre original a la «Plaza Honda» y evitó que sean talados los árboles que circundan la Plaza 25 de Mayo junto a la agrupación «Amigos de la Vida».
Carena en las Islas Galápagos en el Océano Pacífico.
«A partir de mis charlas en las escuelas comenzamos a juntar firmas entre los chicos y sus padres para evitar que se aprueben ordenanzas insensatas. Uno de los proyectos consistía en proteger la fauna, ampliando los derechos de los animales para evitar que sean maltratados, explotados en circos y que se respete su hábitat natural. Al principio desde el Municipio nos miraron raro porque creían que no era algo importante, pero cuando vieron que cada vez más gente se sumaba a nuestra causa nos llamaron y aprobaron el proyecto en 1995».
Kuky junto a niños asiáticos con su gorra de la Scuderia Ferrari.
Descansando luego de una intensa semana de trabajo mientras escucha radios de Italia, Kuky nos habló durante casi dos horas sobre su vasta trayectoria pero realmente no hay artículo que alcance para contar todas sus anécdotas. Para la mayoría de nosotros solo basta con saber que cada vez que transitemos sobre el histórico adoquinado, estacionemos el auto a la sombra de las centenarias tipas de la plaza central y escuchemos las aves cantar por la mañana será en parte gracias a su compromiso como ciudadano de proteger el patrimonio, tal como puede verse en «Casa Carena».
Fuente: https://regionoeste.com.ar/contenido/112291/kuky-carena-el-pionero-del-proteccionismo