Siguiendo el estilo personalista y de mandamás, el presidente Néstor Kirchner hizo cuatro cambios de ministros, llamando la atención el pedido de renuncia de Roberto Lavagna al frente de Economía, quien fue reemplazado por Felisa Miceli.
¿Cuáles fueron los motivos? Esta inesperada medida se debió ¿porque el ex ministro no participó de la última campaña política, porque era el único funcionario con voz propia dentro del Gobierno, porque fue al coloquio de IDEA de empresarios en Mar del Plata, por su pasado con Duhalde, porque no sabía como controlar la preocupante inflación, por la denuncia de presuntos hechos de “cartelización” entre empresarios de la construcción con las obras públicas, aspecto de que debería investigar la oposición y la Justicia?
Kirchner parece que no tiene buena memoria. Cuando era candidato a presidente en el 2003 había anunciado que si ganaba las elecciones Lavagna iba a continuar en el cargo, porque a decir verdad fue uno de los pilares del anterior gobierno para sacar a la Argentina de una de las peores crisis económicas.
La relación entre Kirchner y Lavagna venía mal desde hacía mucho tiempo y no dejó de influir la competencia de los presidentes con sus ministros de Economía exitosos. Lavagna se va en el mejor momento de la economía argentina y después de haber hecho uno de los canjes de deuda más importantes.
El estilo presidencial es por demás de preocupante. En los últimos días maltrató en público a Alfredo Coto y a otros empresarios por ser supuestos responsables del alza inflacionaria y a las pocas horas se sentó con Coto para acordar una baja del 15% en los alimentos hasta el 31 de enero de 2006. La historia demuestra que las recetas para controlar los precios fracasaron en las presidencias de Ortiz, Perón, Alfonsín y Menem.
¿Por qué le echa la culpa a los supermercadistas por la inflación o será que el Gobierno es el responsable a través del aumento del gasto público en la última campaña electoral y por la emisión de moneda? Además, hay que propiciar nuevas inversiones
¿Cuál es la herencia y las materias pendientes que deja Lavagna a la ministra Miceli? Los preocupantes índices inflacionarios, las zigzagueantes negociaciones con el FMI, la actualización de las tarifas de los servicios públicos, la resolución de la pugna salarial lanzada por la CGT, la posibilidad de índices menores de crecimiento para el 2006.
También hay dos temas a resolver: las retenciones a las exportaciones del campo ya que el Gobierno le mete la mano en el bolsillo a los productores cuando en otros países se subsidia al sector y la distribución de la riqueza para un mejor reparto equitativo de la torta, porque unos pocos tienen ingresos exorbitantes y la mitad de la población está sumida en la pobreza y la indigencia.
¿Kirchner buscará concentrar más poder y también manejar la economía? Vamos rumbo a un hiperpresidencialismo en vez de buscar decisiones políticas consensuadas…
Emilio Grande (h.)
