El reciente cuestionario que el papa Francisco envió a todos los obispos para que recaben el sentir de sus diócesis en temas vinculados a la familia y la moral ha movilizado a muchos fieles.
Se trata de información sensible y no antes requerida para la preparación de un Sínodo extraordinario, una instancia que no todos los católicos conocen y que constituye un espacio donde el Papa quiere escuchar para luego decidir.
Instrumento de consulta
El sínodo de obispos fue instituido por Pablo VI en 1965 con el motu proprio Apostolica Sollicitudo, y se reunió por primera vez entre septiembre y octubre de 1967. Según el Código de Derecho Canónico “es una asamblea de obispos escogidos de las distintas regiones del mundo, que se reúnen en ocasiones determinadas para fomentar la unión estrecha entre el Romano Pontífice y los obispos, y ayudar al Papa con sus consejos para la integridad y mejora de la fe y costumbres y la conservación y fortalecimiento de la disciplina eclesiástica, y estudiar las cuestiones que se refieren a la acción de la Iglesia en el mundo”.Su función consiste en “manifestar su parecer, pero no dirimir cuestiones ni dar decretos acerca de ellas, a no ser que en casos determinados le haya sido otorgada potestad deliberativa por el Romano Pontífice, a quien compete en este caso ratificar las decisiones del sínodo”.
Las asambleas sinodales pueden ser de distintos tipos. La Asamblea general trata de cuestiones que miran directamente a la Iglesia universal. La Asamblea general ordinaria se reúne cada tres años, mientras que la extraordinaria lo hace en caso de necesidades urgentes. Finalmente, la Asambleaespecial se reúne para tratar asuntos de algunas Iglesias particulares o regiones determinadas.
En cuanto a su composición, la Asamblea general ordinaria incluye a los miembros elegidos por el Papa y a los elegidos por las conferencias episcopales. Estos últimos no integran las Asambleas extraordinarias, que, por lo tanto, son menos numerosas. El sínodo extraordinario del año próximo está llamado a elaborar un nuevo proceso de discernimiento y marca la importancia que tiene para la Iglesia actual la elaboración de un diagnóstico actualizado.
Respuestas para Francisco
Es en función del sínodo extraordinario del año próximo que se hizo público el documento preparatorio referido a “los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización”. Se trata de un cuestionario que contiene unos cuarenta interrogantes, divididos según temas, y que si bien está dirigido a los obispos, se recomienda que lleguen capilarmente a las comunidades parroquiales y a todos los laicos y religiosos.
El cuestionario propone que se responda a interpelaciones tan actuales y complejas como la administración de los sacramentos a los católicos divorciados y vueltos a casar (la eucaristía y la reconciliación), las parejas que conviven antes del matrimonio o las que ni siquiera contemplan recibir el sacramento, la formación catequética de los hijos de familias “irregulares”, el conocimiento de la Biblia y de la doctrina de la Iglesia en esta materia por parte de los contrayentes. Además, se pregunta sobre qué vigencia conserva la enseñanza tradicional católica al respecto, qué experiencias concretas se recogen en los cursos de formación al matrimonio, cuál es la realidad en la grey frente a las uniones entre personas del mismo sexo, cómo situarse ante las legislaciones que permiten el aborto, qué le piden las personas a la institución en estos temas, qué contrastes se detectan entre la doctrina y la legislación civil. Por otro lado, en el texto introductorio se alude a diferentes ámbitos culturales y geográficos, con observaciones como los matrimonios mixtos o inter-religiosos, la familia monoparental, la poligamia, los matrimonios concordados, el sistema de castas, ciertas formas de feminismo hostil a la Iglesia, los fenómenos migratorios, el alquiler de vientres y nuevas interpretaciones de los derechos humanos.
¿Qué significa este cuestionario? ¿Acaso que los pastores no conocen la realidad de sus comunidades? En definitiva, y más allá de las implementaciones técnicas de una encuesta que difícilmente podrá reflejar en poco tiempo y con preguntas tan abiertas todo el mosaico de situaciones y opiniones, lo cierto es que la Iglesia pareciera querer terminar con la censura de temas, con aquello de que “de esto no se habla”, e ir acercándose a la realidad, por dolorosa o contraria que pueda ser a sus enunciados.
Se trata, fundamentalmente, de un principio pastoral clave: ¿en qué contexto y a qué personas queremos proponer nuestra forma de vivir la fe? Pero también cabe preguntarse en qué medida el esfuerzo de adaptación pastoral a los problemas reales de las personas y de las familias no requiere una relectura de los principios que rigen la teología moral.
Ciertamente algunas materias planteadas por el cuestionario parecerían estar dirigidas a expertos en las disciplinas teológicas y no a la mayoría de los fieles –¿podrán muchos hacer referencia autorizada a la moral natural, a los textos bíblicos o la encíclica Humanae vitae? –, pero sin embargo el debate universal queda abierto.
Después de largos años de silencio oficial en muchas de estas cuestiones, la Iglesia hoy demuestra un claro interés por ampliar su espacio de comunión con todos los creyentes, incluso aquellos que están distanciados pero miran con simpatía el nuevo estilo pastoral de Francisco. No pocos obispos e inclusive algunas conferencias episcopales han generado ámbitos virtuales donde responder a este cuestionario. Independientemente de los efectos que la encuesta pueda tener en las evaluaciones del sínodo de 2014 y en las resoluciones del de 2015, no sería aventurado esperar que este estilo de consulta que contempla el sentir de las bases –tan característico de Bergoglio– suscite un nuevo protagonismo de los laicos en la vida de la Iglesia.
El Documento preparatorio para la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los obispos y el cuestionario están disponibles en la sección Documentos.
Fuente: editorial de la revista Criterio, Buenos Aires, Nº 2399 » DICIEMBRE 2013.