Por Emilio Grande (h.).- Lamentablemente, en los últimos feriados del 20 de junio por el Día de la Bandera y el 25 de mayo por la Revolución de Mayo se agregaron feriados “puente” turísticos: el lunes 19 de junio y el viernes 26 de mayo, transformándose en fines de semana extra largo. ¿Habrá otro país que haga semejantes cambios en el calendario anual?
El próximo fin de semana largo será del viernes 13 al lunes 16 de octubre, día del respeto a la diversidad cultural, que se celebrará el lunes 16 de octubre. Para este año, prevé 14 feriados inamovibles, 2 trasladables y 3 con fines turísticos, lo que contabiliza un total de 19 días festivos.
Pareciera que fuera más importante el movimiento turístico por el interior del país con un 90% de ocupación hotelera en los principales lugares del país, tirando por la borda la cultura del trabajo que nos inculcaron nuestros abuelos y padres.
Esta medida permite a las agencias de turismo, hoteles y empresas de colectivos recaudar buenos dividendos en tiempos de vacas flacas, beneficiándose el 5% de la población. Pero lo concreto y palpable es que da lo mismo respetar un feriado o correrlo por conveniencias netamente económicas.
Ciertamente, no es una medida aislada del presidente Alberto Fernández sino que se remonta de varios gobiernos democráticos anteriores. ¿Dónde quedaron las tradiciones y los valores heredados de nuestros mayores?
Argentina debe ser uno de los pocos países que en vez de fomentar la cultura del trabajo es al revés, desde hace varios años los distintos gobiernos propician estos feriados inconsistentes. En el caso de Uruguay, algunas fechas de feriados, como el 12 de octubre, se corren hacia el fin de semana, pero las más importantes no como es el Día de la Independencia, que se celebra el 25 de agosto. No tienen feriados “puente”, según precisó el colega Fernando Alonso Corbo desde Salto.
Si nos metemos en el turismo propiamente dicho, la Argentina está muy lejos de ofrecer una oferta como tienen otros países de la región y del mundo: faltan obras de infraestructura, por ejemplo, construir autopistas y optimizar las vías férreas, hotelerías, gastronomías, entre otros.
Hace unos años, el historiador reconocido a nivel nacional Félix Luna había opinado respecto a los cambios de las fechas: “Va provocando que el sentido de las efemérides patrias, que deberían formar parte de la conciencia nacional, se vaya diluyendo. Los feriados no deberían moverse en ningún caso”.
¿Qué opinarían algunos de los próceres de aquella época como Manuel Belgrano, José de San Martín, Mariano Moreno, entre otros, sobre el espíritu económico que prevalece por encima del verdadero sentido de estas fechas patrias?
En definitiva, son fechas para reflexionar sobre la historia nacional, en estos casos de la Revolución de Mayo de 1810 y el porqué de la bandera celeste y blanca, que no solamente hay que agitarla cuando juega la selección nacional de fútbol, en medio de esta crisis institucional, económica, social, cultural, que atraviesa la Argentina con el 54% de los niños pobres y la inflación interanual del 114%, pero se tergiversa con un espíritu turístico, económico y de descanso. Qué dirían si se despertaran nuestros abuelos y bisabuelos…
