Por Emilio Grande (h.).- Lamentablemente, el país caribeño está viviendo una de sus peores crisis institucional, política, económica, social, cultural. En las elecciones fraudulentas del domingo último fue un escándalo porque pasaron varias horas sin conocerse los resultados presidenciales hasta que la Cámara Nacional Electoral informó que el dictador Nicolás Maduro había ganado con el 51,2% frente a 44,2% de Edmundo González (este viernes se amplió la diferencia: 51,95% a 43,18%), pero la sumatoria de todos los candidatos superan el 100%, sin exhibir ninguna prueba con las actas. Por su parte, la oposición dio a conocer los resultados, donde ganó en todos los estados con una amplia ventaja de 67% a 30%.
En los últimos días hubo masivas marchas opositoras en todo el territorio nacional venezolano con detenciones de las fuerzas de seguridad que responden al gobierno nacional, con el triste saldo de 11 muertos y más de 1.200 detenidos sin justa causa por protestar contra un régimen corrupto que lleva 25 años en el poder desde la época de Hugo Chávez.
El gobierno venezolano recibió las adhesiones de Cuba, Honduras, Nicaragua, Rusia, Irán, China, más la complicidad de Brasil, México y Colombia. En cambio, Argentina, EE.UU., Perú, Uruguay, entre otros, fueron críticos por la falta de transparencia de los resultados electorales, reconociendo el triunfo de González Urrutia.
La Organización de Estados Americanos (OEA), que encabeza el uruguayo Luís Almagro, emitió un duro documento, expresando que “el manual completo de manejo doloso del resultado electoral fue aplicado en Venezuela en la noche del domingo. Maduro debe reconocer la derrota”, pidiendo a la Corte Penal Internacional el arresto de Maduro.
El observador permanente de la Santa Sede Juan Antonio Cruz Serrano ante la OEA intervino en la sesión extraordinaria sobre Venezuela, apoyando la posición del episcopado venezolano y la participación activa y plena de todos los actores políticos para superar la crisis generada en las elecciones presidenciales.
El Centro Carter emitió un informe en el que asegura que “la elección presidencial de Venezuela de 2024 no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada como democrática”.
Desde la ciudad de Mérida, el colega Jesús Ramón Pico Parra graficó la grave situación de Venezuela: “Este tipo de gobiernos nunca dan el brazo a torcer, pero la presión nacional e internacional van a dar los pasos para que el Gobierno tenga que aceptar el triunfo de González. Todos los poderes están secuestrados por el Gobierno como el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía General de la República, el Congreso y no existe la libertad de expresión porque somos perseguidos”, durante una entrevista en este programa radial.
Actualmente, los sueldos son paupérrimos, por ejemplo, un trabajador percibe 3 dólares, un educador 5 dólares, un profesor universitario 8 dólares, sumado a la inflación mensual del 30%, lo que produjo que en los últimos años casi 8 millones de venezolanos emigrarán del país.
Desde 2003, la Argentina tuvo una fuerte relación política entre el kirchnerismo y el chavismo, quienes hicieron negocios por encima de la ideología, sin olvidar el caso de la valija de Guido Antonini Wilson con 790.550 dólares, quien llegó al Aeroparque metropolitano en agosto de 2007 desde Caracas en un avión privado rentado por el gobierno argentino con funcionarios venezolanos y argentinos. Además, la embajada paralela en Caracas para manejar los negocios y las gestiones comerciales, denunciada por el embajador de carrera Eduardo Sadous en 2005. Por este motivo, llama poderosamente la atención el silencio de Cristina Fernández de Kirchner sobre el resultado electoral.
Haciendo un poco historia latinoamericana, los líderes de la independencia frente al dominio español fueron el argentino José de San Martín y el venezolano Simón Bolívar. Seguramente, este último sería un crítico y condenaría la grave coyuntura del régimen despótico de Maduro porque Bolívar fue un defensor de la libertad, la justicia y la unidad latinoamericana.
