Por Nunzia Locatelli y Cintia Suárez.- La noche del 8 de octubre de 2019 parecía una más en la Ciudad Eterna. Eran pasadas las 22:30. Después de una jornada agotadora, Fabio Granti, el dueño del restaurante “Quattro mori” estaba cerrando el local. De repente vio a un hombre que se aproximaba a la puerta, y pensó “por favor que no entre”. El argentino Roberto Dabusti pidió cenar, entró y se sentó.
Roberto fue secretario de prensa de Jorge Bergoglio en Buenos Aires en sus primeros años como arzobispo. Aquel 8 de octubre estaba en Roma para una audiencia con el ahora papa Francisco. Había viajado con su amigo Aldo, quien le sugirió ir a comer a este restaurante.
La pareja romana fue casada por el Papa en el Vaticano.
“La dueña del local me preguntó si éramos de los argentinos que queríamos al Papa“, recuerda Dabusti. Él respondió que a la mañana siguiente tenía una audiencia con el Sumo Pontífice. Tiziana Serra en ese momento le comentó que tenía un utópico deseo, que el Santo Padre fuera quien los casara.
“Yo volví a la iglesia por Francisco. Voy todos los miércoles a la audiencia para verlo de cerca y de hecho lo veo salir todos los miércoles porque me acerco a la estación de servicio que está frente a Santa Marta”. Esas fueron las palabras que expresó Tiziana y conmovieron a Roberto y por eso se ofreció a llevarle una carta al Papa. Ella le explicó que esa carta la tenía escrita tiempo atrás. “Yo no los conocía a Tiziana y Fabio, pero me conmovió la historia”, cuenta Roberto.
Un recuerdo de la boda de Fabio (53) y Tiziana (52).
“El 9 de octubre fui a Santa Marta, me encontré con el Papa en uno de los salones de este hotel donde él vive. Le lleve varias cartas, todas ordenadas en un índice, como a él le gusta, y le dije que leyera la de Tiziana porque me parecía una historia maravillosa”, comentó Roberto.
¡Hola. Santo Padre!
La carta llegó y a los pocos días sonó el teléfono de Tiziana. Hola Señora Tiziana. ¡Santo Padre! respondió sin dudar ella. Allí comenzó una comunicación que se extendería por meses.
“He recibido su carta, organicemos el matrimonio”, le expresó directamente Francisco. Tiziana y Fabio relataron que les resulta increíble hasta el día de hoy que fuera el mismo Papa quien los llamaba y que les proponía casarlos personalmente.
Era un acto tan inusual de parte de un Papa, que su propio secretario tuvo que volver a consultarlo porque no podía creer que estuviera oficiando como un pastor más, administrando un sacramento adentro de la Santa Sede.
Francisco ayudó con cada detalle de la boda.
Hasta el día de la boda hubo muchos llamados entre el Santo Padre y el matrimonio, por lo atípico de celebrar un casamiento dentro del Vaticano. Tiziana rememora una llamada telefónica en particular. “El Papa llamó y respondí inmediatamente, ¡Santo Padre! Él dijo “Usted siempre me reconoce”, expresó entre risas.
Luego, Francisco llamó para fijar la fecha del matrimonio. El deseo de Fabio era que fuese un 20 de diciembre, fecha vinculada a la muerte de su padre y se lo expresó al Papa, sin embargo, por compromisos previos, el Sumo Pontífice no podía ese día. Pero el mismo Francisco les ofreció cancelar toda su agenda para cumplir el deseo de Fabio. Por supuesto que la pareja no aceptó y decidieron el 19 como fecha.
Todos en el Vaticano estaban conmovidos por la decisión del Santo Padre, sumado a queestaban en pleno confinamiento por la pandemia. Sin embargo, el papa Francisco tiene estos gestos, así como el de bautizar a hijos de los empleados del Vaticano. Muchas de estas acciones no se conocen públicamente. Bergoglio no deja de ser un sacerdote dentro del Vaticano, dedica su tiempo para ceremonias a personas o historias que quiere destacar.
El Papa, sonriente, el día de la boda.
Los preparativos de la ceremonia de la mano del Papa
Una vez fijada la fecha y el lugar, los novios empezaron a soñar cada detalle para celebrar el matrimonio en la sede central de la Iglesia católica.
Las invitaciones fueron confeccionadas con frases de Santa Teresita, casualmente la devoción más cercana que tiene el papa Francisco.
Las flores para decorar la capilla de San Esteban fueron de los jardines del Vaticano, todo puesto a disposición por el Papa. El ramo de rosas blancas que llevó la novia también fue pensado por el papa.
El vestido no fue una preocupación para Tiziana, ya que lo tenía en el guardarropa, fue el mismo que usó en el matrimonio civil en 2004. En ese entonces solo se casaron por civil porque debían esperar la nulidad matrimonial de Fabio. La nulidad llegó el 4 de abril de 2018 y por ello pudieron casarse por Iglesia. Al vestido de la novia solo se le hicieron algunas adaptaciones para estar lo más elegante para la ocasión.
Pier Giorgio, el hijo mayor de la pareja usó el traje de civil de su papá Fabio, para llevar al altar a la novia, su mamá Tiziana.
Fabio y Tiziana quieren volver a ver a Francisco.
“El Santo Padre nos preguntó si estaba bien su propio fotógrafo”, recuerdan entre sonrisas Fabio y Tiziana, desde una de las mesas de su restaurante.
Llegó aquel 19 de diciembre de 2020 y el Papa ofició el casamiento con misa de esponsales, ya que él mismo quiso hacerlo con misa. Tiziana rememorara que el Santo Padre los hizo concelebrar el matrimonio y les iba indicando qué hacer durante la ceremonia. Luego del inolvidable casamiento se tomaron fotos en los jardines vaticanos como corolario de la celebración.
Esta historia de amistad y complicidad con Francisco continuó y para los aniversarios el Papa solía llamar al matrimonio. En una oportunidad le preguntó a Tiziana “¿cómo estaba su marido en la cocina?” y le advirtió de estar atenta de que no envenenara a ningún comensal, recuerda la mujer entre risas. También en esa ocasión le pasó una receta de cómo cocinar los calamares rellenos, algo que Francisco aprendió de su madre, y que hace parte del menú del restaurante.
El deseo del matrimonio es volver a encontrar al Papa. “Nos valoró por lo que somos, él con nosotros fue muy bueno, nos enseñó mucho y lo queremos”, agregala pareja, conmovida.
Fabio y Tiziana junto a las autoras de la nota.
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