Este miércoles 7 de agosto se celebra la festividad de san Cayetano, el santo patrono del pan y el trabajo, que convoca a multitudes especialmente en los templos de la Argentina, en el contexto del 54,9% de pobres en el primer trimestre de 2024 (creció 9,7% respecto al último trimestre de 2023), según difundió el ODSA UCA.
La parroquia homónima de nuestra ciudad (ubicada en el barrio Amancay) difundió el programa de actividades que dio comienzo el viernes pasado, bajo el lema “Junto a San Cayetano, oremos para renovar la escucha, la alegría y la esperanza”.
En la oportunidad, se oficiarán seis misas: a las 7:00 preside el sacerdote Alexis Cardo (vicario de San Rafael), a las 9:00 Néstor Valladares, a las 11:00 Fernando Sepertino (párroco de Sunchales), a las 13.30 Antonio Navarro (atiende capilla La Dolorosa), a las 17:00 el obispo diocesano Pedro Torres (previamente habrá una procesión) y a las 20:00 Eduardo Tomassini (actual párroco de San Cayetano).
Durante todo el día se atenderán confesiones y bendiciones. Se ruega a los fieles llevar pan para bendecir. Habrá venta de pollos (conseguir el ticket con algún agente pastoral), artículos de santería, pastelitos, choripanes, pan casero, tortas fritas y pochoclo. También habrá una feria de ropa organizada por Cáritas parroquial.
“Lo que se recaude es para solventar distintas actividades de Cáritas parroquial como el horno de pan, en algunas situaciones se acompaña a la Villa Sur (denominada “Papa Francisco”), el costurero, la entrega de bolsones y ahora hay una situación en el barrio de una persona que tiene que dejar una casa y no tiene dónde ir”, expresó Tomassini en el programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela.
Y agregó: “también para el sostenimiento de la parroquia porque todas las parroquias tienen un costo fijo mensual, que es lo necesario para el funcionamiento como la limpieza, la Secretaría, el mantenimiento de los sacerdotes y edificios, el pago de impuestos, las reparaciones, el aporte que se hace al Obispado, el sostenimiento de los seminaristas en el Seminario y el seguro. Todo esto implica un monto muy grande de dinero; hoy podríamos decir un piso de un millón de pesos mensualmente”.