Por Emilio Grande (h.).- Con motivo de los 40 años de la democracia argentina y la coyuntura electoral con el ballotage entre Sergio Massa y Javier Milei, previsto para el 19 de noviembre, fue entrevistada la diputada nacional Margarita Stolbizer (fundadora del partido GEN).
“Es saber marcar las luces y las sombras. Lo más importante es la consolidación de la democracia como un valor que nos permite a todos elegir cada dos años, hay que ponerlo en valor y aún en riesgo de equivocarnos a veces cuando votamos y elegimos a quienes nos gobiernan; es el ejercicio pleno de nuestra libertad como la sociedad participa en el diseño de su destino”, reflexionó críticamente en el programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1), conducido por quien firma esta entrevista.
Y agregó: “Si vemos a la democracia desde una perspectiva más real y no formal es una democracia en déficit porque tenemos cada vez más programas sociales y más pobres. Esta democracia ha fracasado como antiguamente llamábamos el Estado de bienestar, un Estado democrático de derecho con la obligación principal para garantizar a todas las personas sus derechos de la vida, la libertad, los económicos, los sociales, los culturales y los ambientales. Ahí tenemos las deudas de nuestros 40 años de democracia, que sin embargo vale la pena celebrarlos”.
-¿Por qué cuesta tanto sentarnos a negociar y consensuar políticas de Estado?
-Pese a los 40 años, sigue siendo una democracia joven, recordamos cuando en 1983 hablábamos de tener que esperar 100 años de democracia, nos parecía que era una eternidad, que recién ahí podíamos decir que nuestra democracia estaba consolidada; hoy tenemos generaciones que solamente han vivido en democracia. Quienes compartimos los años duros de la dictadura sabemos cuánto nos costaron todas estas cosas y eso dejó una democracia genéticamente débil; la dictadura no pasó en vano, dejaron muchas heridas sin cerrar, verdades sin resolver y una concepción demasiado individualista. Lamentablemente, el deterioro con la falta de inversiones en las áreas de la educación porque es la herramienta para construir mayor igualdad de las personas; sin embargo, nunca pusimos la educación en el centro de la agenda ni en las prioridades de la política, tampoco de la sociedad que no las exige porque si no los políticos tuvieran que dar respuesta. Esto deteriora las capacidades, las habilidades y las condiciones por las que las personas pelean por su vida. Nos parece, equivocadamente desde hace muchos años, que otorgando programas sociales o depositando en una cuenta todos los meses lo vamos a resolver, pero lo único que hace es seguir condenando a las personas a esa condición de pobreza y de dominación respecto del que da esas ayudas, siendo lo más grave porque afecta a la libertad de las personas.
-Entre las deudas está la corrupción, en tu caso investigaste al kirchernismo, ¿en qué quedaron las causas porque la Justicia es más lenta de lo que la gente espera?
-Todo tiene que ver con todo porque la corrupción también es causa de la pobreza, desalienta el cumplimiento de los deberes, la confianza en las instituciones, degrada a la democracia y hace que la gente cumpla menos; es muy difícil en un lugar donde los de arriba roban, conseguir que los de abajo no lo hagan, al país le falta ejemplaridad. La búsqueda la transparencia no es un objetivo en sí mismo, no es una meta ser transparente; la transparencia es lo que nos permite hacer un mejor Gobierno. La corrupción afecta los derechos fundamentales de las personas y la sociedad es la principal víctima de estos delitos. Las causas es una lentitud como signo principal del funcionamiento de nuestro sistema de justicia en todos los órdenes. Si a los problemas burocráticos les agregamos las complicidades que hay, además de los déficits del sistema, un sistema procesal que le otorga a los funcionarios acusados e imputados tanta cantidad de recursos hace que los procesos sean larguísimos. Faltan los incentivos de una sociedad que condene la corrupción porque la Justicia es importante, pero también lo es la condena social, porque si la sociedad sigue votando corruptos es muy difícil que podamos corregir estas cosas, combatir la pobreza y la Justicia haga algo. Acaba de ganar la elección Máximo Kirchner, quien está condenado por delitos de corrupción, procesado en otras causas, encabezando una lista que no tuvo reproche de nadie y obtuvo una enorme cantidad de votos.
-Estamos en una encrucijada con el ballotage del 19 de noviembre entre Massa y Milei. Tuviste relación política con el actual Ministro de Economía, ¿tienes decidido el voto o te mantienes prescindente?
-Cuando yo hice una alianza electoral con Massa en la provincia de Buenos Aires en 2017, venía de dos elecciones de enfrentar al kirchnerismo, fue lo que permitió que en 2015 Macri ganara la elección con el peronismo dividido; es una cuestión matemática porque cuando Massa estuvo afuera el peronismo perdió y cuando se sumó con ellos en 2019 pasaron a ganar con Alberto Fernández y nosotros no tenemos nada que ver. Hace tiempo que tenemos 2 coaliciones, una de ellas se divide es lógico que gane la otra, una cuestión casi matemática. Hoy nuestro partido ha planteado que va a ser prescindente en el sentido que no promovemos a ninguno de los candidatos porque cada persona en el cuarto oscuro vota como quiere. Hasta hace 15 días dijimos que los dos candidatos eran muy malos, hoy no vamos a cambiar lo que veníamos diciendo. Massa es el candidato de un Gobierno malísimo y es el ministro de una economía que está estallada, que no da respuesta, que tiene una inflación del 140%, teniendo como una mochila el kirchnerismo, la corrupción y el abuso de poder. Milei es el salto a un precipicio, alguien que ofrece romper los consensos básicos de nuestros 40 años de democracia con propuestas absolutamente disparatadas, aun cuando representa hoy el enojo y el hartazgo de la sociedad a los déficits de la democracia.