Por María Inés Adorni.- En el campo del arte, la restauración está vinculada a los procesos que se llevan a cabo para preservar o devolver la originalidad de un bien cultural.
El restaurador debe revisar la obra de arte en cuestión para emitir un diagnóstico e intervenir con el objetivo de conservar sus características originales. Si la obra está afectada por la humedad o tiene otro daño, la restauración consiste en devolverle la belleza tal cual la concibió el autor, la restauración de obras de arte exige una gran preparación y un delicado trabajo. Lo que tiene que tener en cuenta el restaurador es el material con el que ha sido elaborada la obra de arte, dependiendo de éste será el tratamiento que deba recibir la pintura u obra en cuestión.
Cuando no se tiene en cuenta esto y trabajan con pocos conocimientos, los resultados pueden ser devastados para las obras y para el arte en general.
La restauración puede ser tan simple como una limpieza sencilla solo para eliminar la suciedad y mugre, así como la superficie de una pintura, o puede ser una reconstrucción completa o reemplazo, como podría ser el caso de los muebles, por eso como restauradora de muebles y arte hay una gran diferencia entre restaurar y reparar, usted podría lograr que algo funcione con una reparación, pero la restauración de un elemento correctamente es una forma de arte.
Los acabados pueden, podrían ser eliminados y rehechos, pero es esencial que se mantenga la pátina original, en caso de ser posible. La extracción de las capas sólo se realiza como último recurso, sobre todo en muebles antiguos.
Hay otros temas en la restauración de antigüedades, por ejemplo:
Algunos coleccionistas valoran las pátinas, o quieren un objeto que aún tenga su estética que muestre su edad en este sentido, un artículo “sobrerestaurado” en realidad puede quitarle valor que si nada como si no se hubiera hecho nada en absoluto.
Por lo tanto, la restauración de objetos de valor siempre se debe dejar a los profesionales que son sensibles a todos los problemas, asegurando que la pieza mantenga o aumente su valor después de la restauración.
Como restauradora los muebles pueden incluir madera, incrustaciones de vidrio, cuero, tela, la restauración de antigüedades abarca muchas habilidades.
Al finalizar la restauración que es el proceso de traer a la vida un acabado existente.
Este implica una evaluación del término final, laca o barniz original.
Mediante el uso de solventes originales para licuar los sólidos, y su capacidad para adherirse a la pieza y adentrarse a la pieza. El proceso también quita la suciedad y la mugre acumulada durante años de uso. Si el acabado es muy fino, se deben poner capas adicionales de la misma, se pueden aplicar para reforzar el acabado restaurado y aumentar su vida.
Preservación
El proceso de detener o frenar el deterioro generalmente no involucra la restauración o intentar devolver la pieza a su estado original. Los daños y el deterioro final se dejan intactos, pero impide deteriorarse aún más. Por lo general, este proceso se realiza en las obras de los museos, se recomienda un proceso de conservación o restauración.
Re-acabado: remover un acabado y aplicar un nuevo acabado en ese lugar. Este proceso quita mucho valor en muebles antiguos y debe evitarse a menos que sea absolutamente necesario.
Reparación: reforzar la estructura física o reemplazar parte de la pieza original.
Restauración de arte: devolverle a una pieza lo más cercano posible su condición original, incluyendo reparaciones estructurales y acabados.
Quitar capas: se evita hacerlo.
“Como restauradora, el tiempo impone su poder, el detalle, la calidad se anteponen con su poder, es una pausa muy agradable encontrarme con mi actividad, cada técnica, cada material y cada obra muestra una nueva oportunidad de ser revivida y volvernos a encandilarnos con su belleza”.
La autora es restauradora y artista plástica.