Por Emilio Grande (h.).- Desde hace unos meses se radicó en la vecina localidad de Lehmann el actor Maxi Ghione, quien es bisnieto de Máximo Ghione, fundador y director del periódico semanal italiano “Il Grillo”, que tuvo vigencia en los primeros años del siglo XX en Rafaela, teniendo una fuerte presencia italiana, especialmente de la Región del Piemonte.
La novedad es que conserva los ejemplares del periódico de 1901 a 1904, que aparecía en tamaño sábana con cuatro páginas entre informaciones y publicidades, encuadernados en un solo libro. Don Massimo (nació en 1848) era hijo Alejandro Ghione y Teresa Aschieri, quienes vivían en la localidad piemontesa de Carmagnola, provincia de Torino, emigrando con sus hermanos Emilio y Julio. Massimo (al nacionalizarse argentino fue Máximo) se radicó con su mujer Adela Tappone primero en San Agustín (departamento Las Colonias), para continuar en Santa Clara de Saguier, Susana y la Perla del Oeste. También fue juez de paz en algunas localidades. Falleció el 9 de enero de 1919 y luego sus restos fueron trasladados a Rosario.
Siguiendo el árbol genealógico de Massimo, uno de sus hijos fue Ernesto Víctor y uno de sus nietos fue Carlos Gustavo (se casó con Nora Di Carli) y ambos hicieron la carrera bancaria en el Nación. Cuando este último trabajaba en Bahía Blanca, nació Maxi en Punta Alta en 1973.
En la entrevista con este cronista también participó David Ponroy, coordinador del Archivo Histórico Municipal de Rafaela (AHMR). Del encuentro surgió firmar un convenio, cediendo Ghione los periódicos originales para ser digitalizados por el AHMR y próximamente estarán disponibles para ser consultados por los interesados.
“A mí me emociona mucho porque hay algo mágico al terminar en donde empezó toda esta historia cuando llegó mi bisnonno a Rafaela para abrir el círculo, en el medio nadie estuvo y yo vengo a cerrarlo. Estos ejemplares estuvieron toda mi vida conmigo porque Máximo Ghione fue el dueño de Il Grillo (El Grillo) y están encuadernados por él. Venimos de una familia de nostálgicos, mi papá siempre me los mostraba y hablaba de este periódico, pero no teníamos mucha información porque mi abuelo Ernesto se murió muy joven cuando mi papá tenía 10 meses. Luego encontré a un primo segundo, Jorge Ghione, radicado en Rosario, que me ayudó a reconstruir la historia familiar”, testimonió.
Y agregó: “El valor que tiene este libro con los periódicos no se puede comprar con nada. Es lo único que yo tengo y ratifica mis raíces. Al haberme criado en cinco ciudades distintas (Bahía Blanca, Olavarría, La Plata, Buenos Aires) está el problema del desarraigo y ahora soy nuevo en Lehmann (ya se hizo el cambio de domicilio)”.
-Además de su conservación y digitalización de los ejemplares, ¿cuál es el objetivo de ser compartido?
-Que la gente sepa lo que pasaba hace más de 120 años en aquellos días en Rafaela y los pueblos de alrededor también como Susana, Lehmann y otros. Que los jóvenes de hoy conozcan de dónde vienen porque es su lugar, es como estudiar historia; es lo mismo que conocer sobre San Martín, Belgrano y otros.
-¿Te consideras nómade al vivir en tantas ciudades distintas?
-Como dijo Pichuco Troilo, “pero cuando me fui si siempre estoy llegando…”. Cambio los muebles de lugar cada seis meses de mi casa porque no puedo quedarme en un lugar. Nos movimos en tantas ciudades porque mi viejo era gerente bancario y en cada ciudad nos mudamos de casas; creo que fueron 35 desde que nací hasta ahora (risas).
-A fin de enero abrís un bodegón en Lehmann, ¿con qué expectativa?
-Es el tipo de comedor que a mí me gusta ir en Buenos Aires y dónde sea porque el sabor es a la comida de la abuela, que se hacen en el momento como milanesa a la napolitana, pastel de papa, chacinados. La verdad que estoy muy contento, abrimos el 24 o 25 enero sin inauguración, que incluirá guitarreadas de miércoles a domingos. También quiero hacer un centro cultural con poesías y teatro los lunes y martes. Ya tuve un restaurante en La Plata y es algo que me gusta mucho la gastronomía.
-Tuviste una extensa trayectoria en televisión, cine, teatro y plataformas, ¿cuál es el balance de casi 30 años de actuaciones?
-Mi primer contrato lo firmé en 1996 con Alejandro Romay en Canal 9. Mi vida la divido en tres tercios: el primero fue en el campo donde viví mi infancia y adolescencia, que son los momentos clave de tu vida; hice equitación federada en los clubes hípicos de Olavarría y en La Plata. El segundo tercio son 30 años en Buenos Aires, que traté que no me domestiquen hasta que aprendí bien la etimología domesticar, que viene de domo (casa), como dice en el Principito es crear lazos; está bien mudarse, no quedarse en el mismo lugar, sino uno construye lazos solamente con su vecino, y se te abre la cabeza vivir diferentes culturas, si viajas al exterior y recorres el mundo es la mejor escuela y no es difícil, laburando en cada lugar como lugareño. El tercer tercio está en Lehmann, que vengo a cerrar el círculo que abrió mi bisabuelo. ¿Por qué mágicamente la vida me lleva a este lugar sin buscarlo? El diario “Il Grillo” tiene que volver dónde nació a este lugar. Me llamo Maximiliano por mi bisabuelo Máximo.
-¿En qué medida contribuyó tu amigo Daniel Tita para venir a Lehmann?
-En realidad vine a sanar porque tengo EPOC y enfisema, el aire de Buenos Aires no iba acorde a mi salud, que está bastante baqueteada; por favor no fumen nunca. Tengo 40 kg de más porque mi fui a Colombia para hacer una serie (“Cansado de ser feliz” que todavía no se puede ver) y el personaje requería estar gordo, subí de peso muy rápido; después de haber hecho otra novela (“Romina poderosa” en Netflix) en Colombia un año antes, donde tuve que pesar 40 kg menos. Entonces subir y bajar de peso se paga las consecuencias porque los actores trabajamos con nuestro cuerpo. El actor tiene dos herramientas: la boca para decir lo que el autor escribió y el resto del cuerpo para decir lo que el dramaturgo no escribió, las famosas acciones físicas. Además de ser mi médico, Daniel Tita es mi amigo, quien me invitó a vivir acá para sanar, pasando de fumar 40 cigarrillos por día a 8 puchos y también estoy bajando de peso. Yo me relaciono mucho con la gente, en mi Instagram contesto a todos porque sin ellos los actores no somos nada, una persona está siguiendo mi vida y me siento honrado en contestar; sin público no existiría el teatro, ni la actuación ni los actores. Soy un bicho de televisión con 35 escenas por día, tengo 30 obras en la calle Corrientes y 15 películas.