“El silencio de ego en la política requiere no hacer las cosas solos”

Expresó el obispo Torres en el Tedeum realizado en la Catedral San Rafael ante la presencia de autoridades provinciales y locales. “Silenciar ambiciones de dominio para no monopolizar, sino compartir enriqueciéndonos con los dones del que es distinto”, agregó. Sobre la inminente reforma constitucional provincial, aconsejó que “requiere silencio, meditación, vigilancia y oración humilde”.

Por Emilio Grande (h.).- Con motivo de la conmemoración del 209° aniversario de la Declaración de la Independencia, este miércoles 9 de Julio a la siesta fue celebrado el tradicional Tedeum (acción de gracias) en la Catedral San Rafael, presidido por el obispo diocesano Pedro Torres y concelebrado por los sacerdotes Alejandro Mugna, Alejandro Sola, Ariel Botto y Alexis Cardo.

En la oportunidad, estuvieron presentes la vicegobernadora Gisela Scaglia (debido al viaje del gobernador Maximiliano Pullaro a Estados Unidos), el intendente Leonardo Viotti, el diputado nacional Roberto Mirabella, el diputado provincial Juan Argañaraz, el presidente del Concejo Municipal Lisandro Mársico, funcionarios provinciales y municipales, concejales, dirigentes de instituciones, abanderados de distintos organismos y centros educativos, entre otros.

“Bienvenidos a esta casa de todos, en este día tan querido del 209 aniversario de la independencia, y en este tiempo tan complejo y comprometedor del mundo que peregrina en la esperanza, de la patria, y de nuestra Provincia que se apresta a discernir y formular una nueva Constitución”, expresó el titular de la diócesis de Rafaela en el inicio de la homilía.

Y agregó: “Bienvenidos a dar gracias, como se reza en cada liturgia eucarística en forma de dialogo: porque es ´realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación dar gracias´, hacer memoria agradecida de los que nos precedieron, de lo que somos y del desafío de caminar en presencia del Espíritu, que como prometió Jesús no nos deja solos, que conduce a los que lo invocan regalándonos sus frutos: ´amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia´ (como acabamos de escuchar la primera lectura)”.

Aprovechó el momento para invocar una estrofa de la secuencia de Pentecostés, oración que tiene más de mil años: Ven, dulce huésped del alma,/ descanso de nuestro esfuerzo,/ tregua en el duro trabajo,/ brisa en las horas de fuego,/ gozo que enjuga las lágrimas/ y reconforta en los duelos./ Entra hasta el fondo del alma,/ divina luz, y enriquecemos.

“En este día de alabanza y acción de gracias -continuó-, como los próceres de la Independencia (ellos también se reunieron el 10 de diciembre de 1816 a dar gracias en la Iglesia Franciscana de Tucumán), cabe recordar que el Espíritu Santo que pedimos es el que conducía de la vida y los pasos de Jesús, es el don de su Pascua, Maestro interior de la verdad que hace libres.  El hacedor de la armonía y del valor para superar temores”.

Más adelante, dijo que “el año pasado, también el 9 de julio, recordábamos uno de sus dones la Kibernesis, y lo pedíamos; don de gobierno para el que, como capitán, tiene que conducir la nave. Pero este don y este servicio requieren de los otros dones: sabiduría, ciencia, entendimiento, fortaleza…”.

Así, “en este momento histórico en que se quiere volcar a un marco jurídico con mirada profética, los caminos que lleve a plenitud la vida de los santafesinos del siglo XXI, requiere silencio, meditación, vigilancia y oración humilde”.

“El libro del Deuteronomio recuerda que la ley del decálogo, con su firmeza (en tablas de piedra), su sencillez y brevedad (no son las 282 leyes del Código de Hammurabi), es lo que hace sabio al pueblo elegido (cfr. Dt. 4, 6). En la experiencia de Moisés significó subir al monte donde Dios se manifestó cercano, clemente y misericordioso; o en la de Elías al reconocer desde la hendidura de la roca que Dios habla en el susurro silencioso”, recodó Torres.

“Alcanzar la sabiduría, requiere silencio, pero no solo silencio de ruido, sino también y fundamentalmente silencio de ego, capacidad de construir con los otros, en la diversidad reconciliada y constructiva, de construir para los otros, incluso de los que vendrán, construir un mundo mejor, pleno y plenificante”, destacó.

Y añadió: “Creo que el silencio de ego en el mundo político requiere no hacer las cosas solos, sino en equipos de trabajo, superando lo que se llamó en décadas pasadas la política de espectáculo… para encontrar un servicio político hacedor y educador en la verdad y la libertad, en  la paz y la justicia, no solo la de Ulpiano (170-228 dC), ´dar a cada uno lo suyo´, sino como decía el papa Benedicto en su mensaje de cuaresma de 2010,  donde invitaba ensanchar la mirada: la justicia bíblica (Sedaqad), la de la Torá y los salmos, la de Isaías (740-686 aC), Oseas (siglo VIII aC), Amós (814-740 aC) y más aún la de Jesús, la que mueve a la fe y a la esperanza. Requiere humildad, honestidad, fidelidad de la palabra dada y convicción, de que lo que se hace con amor no queda infecundo ni es transitorio, el amor no pasará jamás”.

Y fue más allá: “Silenciar en nosotros el ego implica tocar el núcleo de nuestra infinita dignidad humana, como imagen y semejanza de Dios amor, como hijos, como hermanos, como miembros de una misma barca que no se salvan solos; somos socios (es decir sociedad) que solo buscando y sirviendo el bien común podremos honrar esa dignidad coherentemente”.

“Es silenciar miedos y fantasías apocalípticas, enojos y resentimientos, ansiedades; ansias competitivas y mezquindades rastreras… que caen en la tentación de uniformar e impiden reconciliar. Silenciar ambiciones de dominio para no monopolizar, sino compartir enriqueciéndonos con los dones del que es distinto por el diálogo respetuoso y la acogida cordial. Silenciarse es detenerse antes de hablar y actuar… y discernir desde el corazón”, graficó.

Finalmente, el obispo Torres llamó a rezar a los santafesinos: “Me impactó la propuesta providencial del papa León XIV para este mes, que invita a toda la Iglesia y al mundo a pedir discernimiento. Cada santafesino, cada constituyente, cada colaborador o asesor podría rezar”:

Espíritu Santo, luz de nuestro entendimiento,/ dulce aliento en nuestras decisiones,/ dame la gracia de escuchar atentamente tu voz/para discernir los secretos caminos de mi corazón,/ a fin de captar lo que realmente es importante para ti/ y liberar mi corazón de sus aflicciones./ Te pido la gracia de aprender a detenerme/ para tomar conciencia de mi manera de actuar,/ de los sentimientos que habitan en mí,/ de los pensamientos que me invaden,/ y que, muchas veces, no logro reconocer./ Deseo que mis elecciones/ me conduzcan a la alegría del Evangelio./ Aunque deba atravesar momentos de duda y cansancio,/ aunque tenga que luchar, reflexionar, buscar y comenzar de nuevo…/ porque, al final de cuentas,/ tu consuelo es el fruto de la decisión correcta./ Concédeme conocer mejor qué es lo que me mueve,/ para rechazar aquello que me aleja de Cristo, y así más amarlo y servirlo. Amén.

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