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El problema del mundo es la escucha

Se trata de una reflexión poética del escritor Víctor Corcoba Herrero, colaborador desde Granada, España.

EL PROBLEMA DEL MUNDO ES LA ESCUCHA

Antes que saber de la hacienda mundial
hay que saber del camino y de los caminantes.
El pensamiento de Machado,
de que se hace camino al andar,
todos lo evocamos pero a pocos le desvela.

Nadie escucha a los que no tienen poder.
Nadie escucha a los que nada tienen.
Nadie escucha y deja hablar al corazón.
Lo que no se escucha, se desprecia.

Debemos caminar a la escucha del mundo,
de todo el mundo, poniendo el oído
en los que no tienen voz,
aunque se nos escarche la sonrisa del alma.

El día que nos desviva el caminar oyendo
la angustia que soportan tantas gentes,
qué bien pudiéramos ser nosotros mismos,
habremos despertado al verdadero aprecio
de las cosas, a la vida y a saber vivir.

Observo que somos caminantes
en busca de horizontes perdidos.
Tan importante como mirar es ver,
ver a través de uno la existencia
y abrazarse a los que con ella son.

Si todos nos abrazásemos mucho más
al abecedario del espíritu,
no haría falta llamar a la estética
ni convocar debates contra nadie,
ni contra nada, sería cuestión
de sentarse a escuchar
lo que el ánimo nos dice y desdice.

Propongo, pues, la obligación
de interrogarse todos los días
cada uno consigo mismo,
y a caminar más despacio
para oír los sollozos del hambriento,
que ansía gozar de la fortuna del rico.

He aquí, la tremenda confusión
por la que a veces vivimos
y por la que tanto desesperamos:
No es pobre el que nada tiene,
lo es aquel que no se quiere,
ni se pertenece a sí mismo,
su vida en sí, ya es un tráfico de ventas.

Ahí radica el problema del mundo:
Cada día hay más personas necesitadas
que han de venderse y más animales
vestidos de humanidad ansiosos
de comprar inocentes a precio de juego.

Jugar con vidas humanas
y no escuchar sus lamentos
es el mayor de todos los males:
deshonra al género humano,
lo degrada como especie pensante,
lo vuelve un bestia salvaje o un dios cretino.

Quien mal halle, bien done,
pero no se desgaste, escuche, ¡escuche!.

Del escuchar proviene el conocimiento
y del meditar viene después el arrepentimiento.

Víctor Corcoba Herrero, Granada, España
corcoba@telefonica.net
12 de mayo de 2012

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