Por Emilio Grande (h.).- Mientras en los últimos meses hubo usurpaciones y ocupaciones de tierras en 12 provincias, que en muchos de esos casos fue a partir de la utilización de la violencia, la novedad de los últimos días fue la restitución de dos inmuebles con la actuación firme de autoridades judiciales y políticas.
En la provincia de Buenos Aires, el lugar emblemático era Guernica con 1.400 familias que acamparon y masificaron las tomas, siendo uno de los focos más conflictivos entre gente necesitada sin techo, los punteros políticos y militantes de izquierda. Luego de negociaciones fallidas y de un último pedido de prórroga rechazado por la Justicia, el gobierno de Axel Kicillof desalojó con unos 4.000 policías, los terrenos usurpados desde julio pasado en la localidad ubicada en el partido de Presidente Perón. En medio del operativo hubo duros enfrentamientos con gases lacrimógenos con grupos de ocupantes quienes arrojaron una lluvia de piedras, con un saldo de 30 detenidos.
El otro caso resonante fue la usurpación durante 15 días del campo de los Etchevehere en Entre Ríos a cargo de su hija Dolores, quien no es más propietaria, con el apoyo de su impresentable abogado Juan Grabois, quien se hace pasar como supuesto amigo del papa Francisco, y más de 40 militantes sumado a funcionarios nacionales como la directora nacional de Acceso a la Justicia, Gabriela Carpineti.
El sábado pasado en este programa fue entrevistado Sebastián Etchevehere, testimoniando que “en 2018 Dolores pierde una veintena de juicios que nos realizó, primero le pide perdón a mi madre (Leonor Barbero) y después llegar a un acuerdo de cuestiones residuales que quedaban en vínculos con nosotros. Se firmó el acuerdo y se ejecutó, después nos comunica que cedió las acciones de este establecimiento a la empresa Mirus SA, desprendiéndose del 12,5% de las acciones. Con sorpresa dice que fue una pantomima, pero fue homologado ante el juez. No es más propietaria de Las Margaritas SA”.
Finalmente en este caso puntual puso claridad la orden de desalojo la camarista María Carolina Castagno, luego del mamarracho jurídico del juez subrogante Raúl Flores, quien había convocado a los 4 hermanos a un acuerdo familiar para solucionar el grave problema.
En Río Negro está la participación de amenazantes grupos mapuches quienes vienen tomando tierras desde hace tres años en la zona de Villa Mascardi, cerca de Bariloche, en Parques Nacionales, en tierras de particulares y del Obispado de San Isidro. Este último pidió a las autoridades que se postergue el desalojo de los terrenos ocupados en hasta garantizar que no haya violencia.
Pero también el fenómeno viene creciendo en otras provincias como Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Jujuy, Tucumán, Chaco, Misiones, Neuquén, Chubut. ¿Cuál es el objetivo de fondo de los usurpadores? ¿Quieren naturalizar las tomas de tierras como si fuera legal cuando en realidad no lo es?
Al respecto, la comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina fue clara y concreta: “nada justifica la intrusión y la violencia a costa de la vida y los derechos de los demás. La Iglesia no avala las tomas. Son ocasión de violencia y agitación social, muchas veces incentivadas”.
A decir verdad, fueron buenas señales los desalojos en los terrenos de Guernica en Buenos Aires y del campo de los Etchevehere en Entre Ríos porque nadie tiene derecho de usurpar gratuitamente la propiedad privada de terceros. ¿El Gobierno avala la toma de tierras o hay complicidad con el método de usurpación “graboisiano”?
Para terminar, hay que reconocer con vergüenza que la Argentina que fue bendecida por tierras y climas debe dar cabida a todos los habitantes; es un escándalo que la mitad de la población esté sumida en la pobreza, no haya trabajo digno para el 13% de desocupados sumado al grave problema habitacional, mientras el Estado en los tres niveles malgasta millones de pesos sumado a los hechos de corrupción, estando Cristina Fernández de Kirchner procesada con una decena de causas judiciales…