“El paso de la reliquia fue fuerte y significativo para la juventud”

Expresó el obispo Fernández durante la homilía en la misa de despedida de la reliquia del joven italiano beato Carlo Acutis en la Catedral San Rafael. “Caminaba por la vida lleno del Espíritu Santo, que lo comprometía con el gusto y presencia en medio del mundo actual, siendo un gran programador y apasionado por el internet y las redes”, agregó.

El obispo diocesano Luis Fernández presidió anoche la misa de despedida de la reliquia con la exposición de milagros eucarísticos del joven italiano beato Carlo Acutis, en la Catedral San Rafael. Recordemos que se trata de una peregrinación por distintos lugares del país y llegó a la diócesis de Rafaela el 12 de febrero a Josefina (al oeste del departamento Castellanos), recorriendo el territorio diocesano, y hoy continuará el recorrido hacia la arquidiócesis de Paraná. A continuación de comparte la homilía:
Queridos amigos, estamos viviendo en estos tiempos duros y difíciles de la humanidad por la guerra entre Rusia y Ucrania, así también en nuestro país por la crisis social y económica, pero Dios no abandona a su pueblo con el paso de las reliquias del joven italiano Carlo Acutis, ha contribuido en este tiempo, recorriendo toda la Diócesis, acercándonos un espíritu, una manera de vivir y de morir auténtica y significativa, animando y llevando mucha paz y alegría a los jóvenes y las familias.
Carlo Acutis fue un joven que escuchó guardando en su corazón las enseñanzas de Jesús y las puso en práctica en los pocos 15 años que vivió, tomando a Dios como un “amigo”, haciéndolo familiar en su vida, amándolo con un corazón indiviso, sin vueltas, era la opción más importante de su vida, ya que se movía reconociendo su presencia como lo central de su existencia. Es notable que con tan pocos años Carlo Acutis haya alcanzado tal plenitud en su vida, por tener un amigo tan valioso como Jesús.
Hoy vemos como la juventud, también busca y se entusiasma con sus ídolos, es una maravilla ver los grandes festivales donde miles de jóvenes siguen y buscan estar cerca de las grandes atracciones del momento, como queriendo identificarse con la chica o el chico que deslumbra o el jugador que se destaca, todos quieren imitar, hacer lo mismo, ser como ellos, a veces por el fanatismo hasta pierden lo natural y normal ya que necesitan estimulantes para posesionarse del ídolo, perdiendo su libertad.
La sabiduría, la alegría, la creatividad y prudencia de Carlo Acutis, la logra no perdiendo su juventud, ni necesitado de fama por la ansiedad actual, sino apoyado en la certeza de que teniendo a Dios en su vida, hace la experiencia de una cercanía y ternura que van perfeccionado su existencia. Es llevado por un entusiasmo vital que se hace presente, es consciente de que el amor de Dios vive profundamente en su corazón joven, y por eso las grandes iniciativas tanto espirituales para su vida, de leer la palabra de Dios, de comulgar todos los días, haciéndose dócil a los sacramentos que iban ayudándolo en la vida, haciendo grandes amigos, preocupándose para que todos los jóvenes pudieran vivir lo mismo que él vivía, sin discriminar ni hacer bulling.

El obispo Fernández presidió la misa anoche en Catedral (fotos Nicolás Gramaglia).

Su memoria no huía, ante las tentaciones, ni se olvidaba de lo que es bueno y amable, exigiéndose con momentos también necesarios de silencio, de estudio, de dialogar con sus padres, sin dejar de agradecer a Dios por el don de la vida y de los amigos que iba haciendo.
Él caminaba por la vida lleno del Espíritu Santo, que lo comprometía con el gusto y presencia en medio del mundo actual, siendo un gran programador y apasionado por el internet y las redes, que sabía poner en su lugar dándoles la importancia en el mundo de los jóvenes, preparando este mundo nuevo que hoy vivimos, pero sin dejar de pensar en el futuro, que no lo limitaba al presente solamente, sino que lo abría a la presencia definitiva como la que vive hoy en día en la eternidad junto a su amigo Jesús.
Acutis, como muchos jóvenes de hoy, que en la misma guerra de Rusia y Ucrania, no toman las armas para matar, pero se quedan en medio de los combates para ayudar a los heridos o dar de comer a los soldados y a los que emigran de sus casas, jóvenes que no se quedan en la vanidad, pereza y desidia, sino que al estilo de Carlo, son un ejemplo de solidaridad y servicio, no se encierran en su egoísmo, aislándose con envidias, sino que han aprendido de niños el ser justos, obedientes, amables y ayudando a los más pobres.
Cuánta falta nos hace en estos tiempos jóvenes así, que no se duermen en la fascinación de la vanidad ni en la mediocridad del consumismo, que oscurece la mente y oculta el bien.
Ante esta hermosa experiencia hoy, del paso por la Diócesis de las reliquias del joven beato Carlo Acutis, no olvidemos nosotros como Diócesis, las hermosas “Bienaventuranzas de la juventud”, del primer obispo de Rafaela Vicente Zazpe cuando ya era arzobispo de Santa Fe, en la década difícil de los años setenta del siglo pasado:
“Bienaventurados los muchachos y las chicas que hacen de la vida una ofrenda, un deber y una oblación. Bienaventurados los muchachos y las chicas que deciden su futuro orando, consultando y reflexionando. Bienaventurados los muchachos y las chicas que postergan su noviazgo hasta consolidar su voluntad, disciplinar su afectividad y madurar su inteligencia.
Bienaventurados los muchachos y las chicas que optan por una carrera o un oficio para servir mejor a la comunidad. Bienaventurada la juventud que se enamora de Cristo y quiere proclamar ese amor. Bienaventurada la juventud que sufre cuando la Iglesia y el país padecen y se alegra cuando la Iglesia y la patria triunfan. Bienaventurada la juventud que trabaja por la paz y la que tiene sed y hambre de justicia. Bienaventurada la juventud que busca primero el Reino de Dios y lo demás lo considera añadidura. Bienaventurada la juventud orante, penitente y eucarística. Bienaventurada la juventud que prefiere perder el ojo, el brazo o el pie, si ese ojo, brazo o pie son ocasión de pecado. Bienaventurada la juventud que es fría o caliente, porque la tibia será vomitada por el Señor”.
Como Diócesis, agradecidos a Dios y a la Virgen, por el paso valiente y fuerte de Carlo Acutis.

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