El Papa propone a la Unesco un modelo de desarrollo que escuche el grito de los pobres

Mensaje de Francisco a los participantes en el Foro de la Unesco sobre biodiversidad. El pontífice insiste sobre la necesidad de una revisión profunda del modelo de desarrollo actual.

«Cambio climático y pobreza: principios éticos y responsabilidad científica”, es el tema del Mensaje del Santo Padre en español que dirigió a los participantes en el Foro de la Unesco sobre la biodiversidad, con ocasión de los 50 años del programa “El hombre y la biosfera”.

En su mensaje a los participantes del Foro, que se desarrolló en línea el pasado 24 de marzo y que hoy publica VaticanNews, el pontífice desea que “este coloquio, en el que invoco la asistencia del Altísimo, pueda contribuir a fortalecer los procesos de transformación necesarios para contrarrestar el fenómeno del cambio climático y al mismo tiempo luchar contra la pobreza, promoviendo así un verdadero desarrollo humano integral”.

El Mensaje -leído por monseñor Francesco Follo, observador permanente de la Santa Sede ante la Unesco- se centró en el tema «Cambio climático y pobreza: principios éticos y responsabilidad científica”. 

En este contexto, el Santo Padre destacó la importancia por el debate que la Unesco pretende promover sobre uno de los problemas más importantes y urgentes de nuestro tiempo. 

“De hecho -subrayó el pontífice- la lucha contra el cambio climático y la lucha contra la pobreza extrema son dos objetivos complejos e interdependientes, a la luz de los cuales es necesario redefinir un nuevo modelo de desarrollo que sitúe en el centro a todos los hombres y a todo el hombre como el pilar fundamental a respetar y proteger, adoptando una metodología que integre la ética de solidaridad y caridad política”.

Cambio climático, una cuestión mucho más moral que técnica

Solo así, señaló el papa Francisco, será posible promover un bien común verdaderamente universal, una verdadera civilización del amor donde no hay lugar para una pandemia de indiferencia y del derroche, ya que, el impacto del calentamiento global sobre los más pobres nos pide considerar la respuesta a la crisis socioambiental actual, como una oportunidad única para hacerse cargo, de forma responsable, de la fragilidad de nuestra casa común, mejorando las condiciones de vida, la salud, los transportes, la seguridad energética y creando nuevas oportunidades de empleo. 

En esta perspectiva, en la que se inserta el Acuerdo de París, recordó el Pontífice, nos hace tomar conciencia de que el cambio climático es visto como una cuestión mucho más moral que técnica, y que el punto de inflexión decisivo que necesitamos solo será posible si invertimos en la educación de las nuevas generaciones en estilos de vida respetuosos de la creación, hasta ahora inexplorados.

El Santo Padre resaltó la importancia de que los jóvenes sean formados en la salvaguarda de la creación y en el respeto de los demás, para ser capaces de comprometerse en la promoción de nuevos hábitos de producción y consumo, a fin de generar un nuevo modelo de crecimiento económico que ponga el medio ambiente y las personas en el centro. 

“Para ello -exhortó el Papa- la Organización que usted preside es de crucial importancia y me complace que este coloquio se base en las implicaciones éticas de la emergencia climática, con el fin de profundizar los aspectos científicos”.

Por ello, si queremos luchar eficazmente contra el cambio climático, agregó el pontífice, debemos actuar juntos, teniendo en cuenta la necesidad de implementar un examen detenido del modelo de desarrollo actual, con el fin de corregir sus anomalías y distorsiones. “Dar respuestas concretas al grave fenómeno del calentamiento global es un imperativo moral. 

La falta de acción tendrá efectos secundarios, especialmente entre las capas más pobres de la sociedad, que también son las más vulnerables a estos cambios”.

Buscar medios innovadores para un desarrollo sostenible

El pontífice destacó que no solo los representantes gubernamentales, sino también la sociedad civil, el sector privado, el mundo universitario y científico, las comunidades locales y los pueblos autóctonos están llamados a hacer su contribución. 

Estos actores no estatales, a menudo al frente de la lucha contra el cambio climático, muestran especial sensibilidad en la búsqueda de medios innovadores para promover un sistema de producción y consumo sostenible y así convertirse en intérpretes del grito de la tierra y de los pobres. 

De ahí que su contribución merece ser valorada y tenida en cuenta por los líderes políticos, para que sus decisiones sean justas y previsoras. “Se acaba el tiempo para la búsqueda de soluciones globales y la actual emergencia sanitaria nos obliga a pensar en los seres humanos, en todos, más que en los beneficios de algunos”, concluyó el Papa.

Fuente: https://aica.org

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