Con mi primer viaje apostólico, realizado durante el Año jubilar, he deseado hacerme peregrino de esperanza en Medio Oriente, implorando a Dios el don de la paz para esta amada tierra, marcada por la inestabilidad, las guerras y el dolor.
Al término de la misa celebrada en el Waterfront de Beirut en su penúltima cita en el Líbano, el papa León dirigió un fuerte llamamiento a la paz, palabra clave de su pontificado. Una palabra que en esta tierra es el deseo de todos y que el Pontífice invita a buscar en el Señor, sobre todo en los momentos de desánimo y desesperación. «Contemplémoslo con esperanza y valentía -afirma en inglés- invitando a todos a recorrer el camino de la convivencia, la fraternidad y la paz».
¡Sean constructores de paz, anunciadores de paz, testigos de paz!
Educar el corazón para la paz
León XIV invoca un cambio de rumbo para Oriente Medio, adoptando “actitudes nuevas para rechazar la lógica de la venganza y la violencia, para superar las divisiones políticas, sociales y religiosas, para abrir capítulos nuevos bajo el signo de la reconciliación y la paz”.
La vía de la hostilidad mutua y de la destrucción en el horror de la guerra ha ido demasiado lejos, con los deplorables resultados que están a la vista de todos. Necesitamos cambiar de camino, necesitamos educar el corazón para la paz.
Ante unas 150 mil personas, el Pontífice asegura su oración para Oriente Medio y por “todos los pueblos que sufren a causa de la guerra”
Rezo también por Guinea-Bisáu, deseando una solución pacífica de las controversias políticas. Y no olvido a las víctimas del incendio en Hong Kong, así como a sus queridas familias.
En escucha del dolor y la petición de paz
En el corazón del Papa León, tras estos días de afecto y calidez que ha sentido en múltiples ocasiones, está “el amado Líbano”, por lo que pide nuevamente a la comunidad internacional “que no se escatimen esfuerzos para promover procesos de diálogo y reconciliación”. El Obispo de Roma invita a todos a ponerse “al servicio de la vida, del bien común y del desarrollo integral de las personas”.
Dirijo un apremiante llamamiento a cuantos están investidos de autoridad política y social, aquí y en todos los países marcados por guerras y violencia: ¡escuchen el clamor de sus pueblos que invocan la paz! Pongámonos todos al servicio de la vida, del bien común y del desarrollo integral de las personas.
¡Coraje!
“A ustedes, cristianos del Levante, ciudadanos de estas tierras por derecho propio, les repito: ¡ánimo!. Toda la Iglesia los mira con afecto y admiración. Que la Bienaventurada Virgen María, Nuestra Señora de Harissa, los proteja siempre”, concluye el Papa.
Fuente: https://www.vaticannews.va/es






