Por Emilio Grande (h.).- La actual crisis económica de nuestro país se inscribe en un contexto internacional por la pandemia, pero también tenemos problemas estructurales sin resolver como la inflación, el déficit fiscal, la emisión monetaria, la falta de inversiones, el dólar como refugio de los pequeños inversores, entre otros.
Al respecto, el contador y analista económico Guillermo Briggiler trazó un diagnóstico, opinando que “el mundo está en un problema pandémico, que es muy puntual, pero en nuestro país está agravado porque venimos de varios procesos de endeudamientos. Si en mi economía los gastos superan los ingresos debe cubrirlos de tres maneras: trabajo un poco más, trato de disminuirlos o utilizar ahorros que tenga. Argentina no puede generar nuevos ingresos dado que la presión impositiva es muy alta y no se pueden crear nuevos impuestos, mientras el gasto sigue aumentando. Del 100% de los gastos, el Estado recauda un 70% y el resto necesita financiarlo, en algunos gobiernos se recurre a la deuda externa, en otros con mayores impuestos y en otros se emite dinero para cubrir esa diferencia. Sumado a ello está la pandemia que hace disminuir las actividades con mayores gastos y menor recaudación”, durante el programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1), conducido por quien firma esta entrevista.
-En este contexto, para cubrir el aumento de gastos ¿se está emitiendo mucho más dinero que en el Gobierno anterior?
-Al tener los mercados cerrados para tomar préstamos, al no tener reservas, sumado a que tiene problemas para pagar los vencimientos con el FMI, no les queda otra opción que emitir dinero, lo que genera una inflación del 12% en el primer trimestre del año.
-¿La emisión de dinero genera más inflación?
-La emisión genera inflación siempre, principalmente es un fenómeno monetario. Argentina tiene el mismo PBI (Producto Bruto Interno) que hace 10 años, pero somos casi cinco millones de personas más; si tengo la misma producción y cantidad de oferta de hace 10 años y hoy tengo casi un 10% más de población, hay un problema de oferta y está agravado por la emisión monetaria sin control, lo que hace que haya más presión sobre la escasa oferta que tenemos. En una economía equilibrada, se producen bienes por 1 millón de pesos y circula 1 millón de pesos en la economía.
-Respecto a los préstamos del FMI al gobierno macrista que ahora cuestiona la actual administración, ¿para qué se utilizan esos préstamos: tapar agujeros o invertir en qué rubros?
-El problema no es la deuda sino para qué se utiliza, en una economía normal la única manera de crecer es tomar deuda, si una empresa quiere crecer no siempre invierte los propios capitales porque corre muchos riesgos sobre su propio capital; entonces busca socios que serían accionistas, prestamistas que serían compradores de operaciones negociables o préstamos directos del sistema financiero a través de los bancos, de manera de distribuir el riesgo para que la inversión corra riesgo en varios lugares. Los países necesitan para crecer ser más competitivos con puertos, rutas, ferrocarriles para que nuestra producción sea más barata que la del país vecino; si toma deuda para realizar inversiones el país se vuelve más competitivo y con esa nueva riqueza que genera puede pagar los préstamos; de hecho los países no pagan las deudas, las van refinanciando y tomando nuevas deudas, es la manera de hacerlo crecer. En Argentina si gastamos un 30% más de lo que tenemos, en realidad tomamos deuda para pagar gastos corrientes; si gasto 100 y recaudo 70, el resto lo tomo en préstamo, el 90% de los gastos son corrientes (subsidios, salarios, jubilaciones) y muy poco en infraestructura. Al no generarse nuevas inversiones, el único que puede cubrir el gasto social es el Estado.
-En este momento, el dólar está bastante quieto respecto a los últimos años, la gente cuando puede invertir compra el billete americano y las transacciones inmobiliarias se valúan también en la misma moneda, ¿por qué se perdió la confianza en el peso?
-La moneda se devaluó en el primer trimestre un 9% y todo el tiempo se va devaluando, pierde una de las capacidades que tiene que es la reserva de valor; por lo tanto las personas van a buscar preservar sus ahorros en otros activos: propiedades, activos atados al dólar, bonos y moneda extranjera, en este caso el dólar. Ahora está más estable porque está siendo el ancla de la inflación que está altísima y si sería más alta no estaría con un cepo, controlado por el Banco Central a través de venta de bonos; está incluso algo atrasado con respecto a la inflación, típico de un año electoral, si la inflación fue del 12% y el tipo de cambio se devaluó el 9%, es más beneficio ahorrar en dólares sabiendo que en algún momento se tiene que equiparar.
-¿Cómo es “la economía de Jesús libre y libertaria”? (título de una reciente columna publicada en La Opinión)
-Tiene que ver con una motivación de vida, amalgamar la teoría económica con las formas de vida del cristiano; Dios es amor, no existe amor sin libertad verdadera, nadie puede querer sin tener esa libertad, cuando busco la mejor combinación en la economía me tengo que orientar hacia una economía libre mercado para que crezca y funcione. Si milito más en el Estado será con más impuestos, más cargas sobre el contribuyente y menos producción; si milito en la actividad privada y libertad, me voy a encontrar con la inversión, estabilidad jurídica, libertad en mis actos, que genera un montón de virtudes con fábricas nuevas o que producen más, lo que generará empleo y consumo genuino, va a controlar la inflación, el tipo de cambio se mantendrá por la entrada de dólares y personas que dejarán de depender del gasto social, generando mayor contribución al Estado. Dios nos hace libres para que creamos en él o no, para que se salven aún sin creer en Dios y negándolo, siempre y cuando tengan un comportamiento de amor con el prójimo. Si lograra como sociedad cristiana formar personas íntegras y libres que piensen en el prójimo, que no contaminen el medio ambiente, que su motivación no sea el dinero sino el bien común, estoy logrando personas que tienen una mejor tendencia a ser santas dentro del liberalismo.