Frente a tantos problemas y males que aquejan al mundo y particularmente a la gente, tuve la experiencia con mi familia de un domingo en la parroquia Natividad del Señor en el barrio Rucci de Rosario
El padre Ignacio Peries es un cura carismático con dones especiales para sanar heridas y es un instrumento de Dios en medio de tantas dolencias físicas y psíquicas que afligen a muchas personas. Pertenece a la Cruzada del Espíritu Santo.
Es un lugar convocante de distintos lugares del país que llegan en colectivos y trafics. Los domingos hay dos misas: a las 11 y a las 19:30, pero la gente hace cola para entrar tres horas o más. En ese tiempo hay que tener paciencia y el intercambio con otros permite escuchar testimonios de enfermos que fueron sanados y vueltos a la fe cristiana.
El templo queda chico para albergar a cientos de fieles que ingresan más de una hora antes de la celebración y cuando no hay más lugar hay otra iglesia en el mismo sitio para al menos escuchar la misa.
La homilía clara y sencilla del padre Ignacio con ráfagas de humor estuvo focalizada en el evangelio del día que hablaba de la indisolubilidad del matrimonio: «que el hombre no separe lo que Dios ha unido» (Mc. 10,9).
El padre Ignacio -cumplió 30 años de cura- destacó que «hay que convivir y compartir en una familia», para agregar que «el que se casa por amor es mentira, se casan para evitar la soledad», ante la risa del millar de presentes.
En otro pasaje contó que un muchacho se casó y su suegro le regaló un reloj especial que le decía frases como «que lindo que cocinaste» o «que limpia está la casa» cuando esa supuesta realidad no era tal, pero permitía a la pareja vivir en buenas relaciones. «Pero pasó el tiempo y el suegro le pidió otra vez ese reloj maravilloso para fortalecer a su matrimonio que estaba en problemas», aclaró.
Al término de la misa, la mayoría se queda para recibir un saludo del padre Ignacio y un grupo menor para bendiciones. También para casos especiales de enfermedades o casos terminales se otorgan números para ser atendidos en un día determinado.
Esa jornada estuvimos aproximadamente 6 horas y media y el tiempo no fue una carga sino que el deseo interior fue más importante que la supuesta pérdida de tiempo para vivenciar un encuentro personal y comunitario con Jesús.
¿Cómo explicar humanamente este fenómeno socio-religioso? En este plano no se puede responder con «palabras humanas», pero en clave cristiana se lo puede comprender o aceptar como un misterio de fe en el que Dios por medio de su Espíritu Santo suscita carismas como es el caso del padre Ignacio, un cura anónimo venido de Sri Lanka (cerca de la India) hace unos 30 años, es más popular y querido que muchos políticos, evangelizando en un barrio periférico de Rosario.
El padre Ignacio es un misterio de fe
Se trata del editorial del programa radial “Sábado 100” por Mitre Rafaela (FM 91,9) que conduce Emilio Grande (h.). Es un cura anónimo venido de Sri Lanka (cerca de la India) hace unos 30 años, es más popular y querido que muchos políticos, evangelizando en un barrio periférico de Rosario.