Todo creyente de cualquier religión espera de sus pastores coherencia de vida y testimonio de lo que predican, pero hay que decir que el ser humano es débil y frágil, teniendo siempre una lucha permanente contra las tentaciones que se presentan a diario.
Tomó estado público un escándalo en la Iglesia Católica de nuestro país: el obispo santiagueño Juan Carlos Maccarone fue filmado mientras tenía relaciones íntimas con el joven remisero Alfredo Serrano de 23 años, cuyo video dicen fue enviado al Vaticano.
En medio de esta situación triste que causó conmoción entre los cristianos y aquellos que no frecuentan los templos, el propio Maccarone reconoció su debilidad y presentó la renuncia a su cargo, la que fue aceptada por el Papa.
Se trata de un caso envuelto también en sospechas políticas, porque aparentemente el ex remisero admitió que le pagaron una suma de dinero para cometer este hecho, cuyos responsables intelectuales serían integrantes de la mafia política que estuvo en la provincia de Santiago del Estero, la que fue gobernada por años por el juarismo y denunciada por Maccarone, de lo que tendrá que investigar la Justicia.
Al respecto, el propio obispo renunciante se defendió en la carta enviada al Episcopado: “Un acontecimiento preparado por intereses y tecnología que implicaban un proyecto de extorsión se aprovechó de mi buena voluntad y trajo como consecuencia herir la calidad moral de mi persona y la autoridad correspondiente (…) A pesar de este hecho, mi vida no fue una mentirosa apariencia”.
Más allá de que este video en cuestión puede haber afectado el derecho a la intimidad desde el punto de vista jurídico, el constitucionalista Gregorio Badeni opinó que “esta grabación no es ilícita si revela conductas disvaliosas de un funcionario o figura pública y reviste interés institucional o público, como es el caso de Maccarone”.
No se trata del primer hecho de este tipo, basta recordar la denuncia por abuso sexual del ex obispo Gabriel Storni que también le costó la renuncia al arzobispado de Santa Fe o que decir de los casos de pedofilia en Estados Unidos en el que estuvieron involucrados sacerdotes y obispos.
No hay que prestarse a la tentación de hacer generalizaciones y es un momento de reflexión y oración al interno de la Iglesia. Jesús lo profetizó al decir que “no hay nada oculto que no deba ser revelado”. ¿Qué hubiera pasado si no estaba la grabación de por medio? Al mismo tiempo, hay que ser misericordiosos con Maccarone porque Cristo también precisó: “el que esté libre de culpas que arroje la primera piedra”…
El escándalo del obispo Maccarone
Este fue el editorial del programa de radio "Sábado 100" por FM Horizonte (FN 99,5) de Rafaela.Por Emilio Grande (h.)