Por Alicia Riberi.- Estamos transitando un camino desconocido, que nos puede deparar varias sorpresas y el que es mejor recorrer en calma. De esta situación podemos salir muy fortalecidos o peor que nunca, eso depende de cada uno. Para los jóvenes les puede significar encerrarse más en la tecnología, en esa comunicación virtual que les hizo dejar de ver y valorar tal vez cosas muy importantes, como lo que significa compartir algo más con su familia, redescubrirla, es decir, darle a cada cosa su tiempo. A los adultos, nos puede enseñar bastante, aunque pensemos que nos las sabemos todas. Hemos, en muchos casos, perdido la capacidad de compartir tiempo, espacio y vivencias con nuestros afectos. A los ancianos, les queda menos tiempo y es muy difícil engañarlos, ya han recorrido un largo trecho y esperan seguramente a esta altura de la vida, cariño, escucha atenta, conversación, que muchas veces no les brindamos porque siempre hay una excusa y cuando los perdemos quedamos llenos de preguntas e insatisfacción con nosotros mismos.
Los que hemos ido madurando la vida, es hora que seamos responsables de los que hemos construido y cómo lo hemos hecho y si hay que retocar algo, desandarlo… éste es el momento.
No es una vergüenza reconocer fallas, errores, es que acaso no lo tenemos que hacer continuamente en el trabajo, o será que al tener tiempo para pensar y vernos por dentro, descubrimos que no nos gusta lo que vemos y creemos que es muy tarde.
Yo los invito a mirar hacia atrás…¿hemos hecho todo bien?…observemos cuántos chicos con diferentes y variadas patologías, cuántos jóvenes en adicciones de drogas, alcoholismo, juego, pornografía…¿por qué recurrieron a esos pasatiempos en lugar de estar en familia?¿No podemos observar una sociedad totalmente consumista, en donde hay una competencia de quién tiene más y mejor y el que queda afuera de este grupo, muchas veces se dedica a delinquir como un desquite a quién sabe qué? ¿A los que nos queda cordura no podemos advertir que la humanidad ha atentado y sigue atentando contra la familia, la vida, la humildad, el respeto, el compartir y lo que es más grave aún, contra el amor como don maravilloso que nos permite construir y edificar mucho más y mejor? Si los que creemos que aún nos queda cordura no somos capaces de ver, parar y volver, como se lo hacemos entender a los que ni siquiera lo ven.
Me quedo con unas pocas palabras de la Biblia. Judas, con un beso entregas a tu maestro…los que aún creemos en la existencia de Dios, debemos preguntarnos: no traicionamos a Jesús cada vez que vivimos sin ver.
El camino es oscuro porque no aún no descubrimos la luz…