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El adoquinado de Rafaela cumple 90 años

Por Emilio Grande (h.).- Durante la primera intendencia de Octavio J. Zóbboli (1926-1928, después volvió en 1938-1943) comenzaron los trabajos del adoquinado de Rafaela. El Honorable Concejo Deliberante (hoy Concejo Municipal) era presidido por Juan F. Martegani. Para esa época, Rafaela tenía unos 16.000 habitantes.
El 5 de enero de 1927 el Concejo aprobó la ordenanza N° 313, aceptando la propuesta del Banco El Hogar Argentino para adjudicar la obra: «Acéptase íntegramente la propuesta presentada por el Banco El Hogar Argentino para la pavimentación de ciento treinta y seis cuadras de granitullo (…)» (1°).
Se autorizó al Departamento Ejecutivo para suscribir con el Banco El Hogar Argentino el respectivo contrato ad referéndum de la aprobación del Concejo, de acuerdo con la ordenanza N° 305 y el pliego de condiciones respectivos. El Ejecutivo podrá prorrogar la iniciación de los trabajos de pavimentación hasta los cuatro meses contados desde la fecha de la elevación a escritura pública del contrato.
En la licitación realizada el 18 de diciembre de 1926 se habían presentado cuatro oferentes: Olcese y Cía.; Sucesión de José Mai; Bugnone, Guida y Cía.; y el citado Banco. La propuesta de esta última fue la más conveniente por encuadrarse completamente al pliego de condiciones aprobado por el Concejo el 5 de noviembre de 1926, con el precio más bajo y mayor facilidad en el pago.
Más tarde, el 2 de abril de 1927 el Concejo aprobó la ordenanza N° 323, que incluye el contrato celebrado entre el intendente Zóbboli y Félix Crespo, en representación del Banco El Hogar Argentino. Para la confección de la misma se tuvo en cuenta la base de las ordenanzas N° 305 y 313, más las obligaciones de las partes contrayentes. Después de transcurridos los 4 meses previstos, el plazo fue ampliado a 60 días más con perjuicios para el Banco Hogar Argentino.
Concretamente, el 20 de agosto de 1927 dieron comienzo los trabajos en bulevar Lehmann lado oeste, desde su intersección con las avenidas Ernesto Salva y Brasil hasta la plaza 25 de Mayo.
El 27 de agosto de ese año llegó al puerto de Santa Fe el vapor Chistiansborg, que contenía 4000 toneladas de granitullo, arribando a Rafaela por medio del Ferrocarril Provincial. El origen de las piedras corresponde a las canteras de Suecia y Noruega. En las primeras décadas del siglo XX, los barcos venían del Viejo Mundo a balasto con lastre de adoquines para cargar cereales en Buenos Aires.
El 29 de agosto de 1927, el Banco El Hogar Argentino presentó una nota ante el Municipio, comunicando la cesión efectuada a la Compañía Santafesina de Inmuebles y Construcciones de todos los derechos y acciones emergentes de la concesión que se le acordara en la ordenanza N° 323.
Por pedido de los vecinos, en 1929 se autorizó la ampliación de las cuadras de empedrado. La segunda etapa incluyó 92 cuadras, elevando a un total de 228 cuadras. Luego de varias décadas de uso, transitando por sus calles los carros a caballos, automóviles de distinto porte, ómnibus y camiones, su deterioro fue inevitable, especialmente en las calles Sarmiento y San Martín por donde circularon los colectivos a la entonces terminal de ómnibus, arterias que fueron cubiertas de concreto asfáltico, por lo que el total de cuadras adoquinadas asciende a 217.
Después de varios años en los que se debatió sobre la conveniencia o no de preservarlo, hubo tres hechos importantes para mantenerlo:
1°) Desde fines del 2001, el Municipio ha decidido poner en marcha un proyecto de restauración del adoquinado, con la idea de recuperar la mayor parte de las calles deterioradas de la ciudad, a través de un sistema similar al que se emplea en Roma.
2°) A través de la ordenanza tributaria N° 3637 del 2004 (artículo 23 inciso e) se prevé como adicional a la tasa general de inmuebles la constitución de un fondo especial para conservación del empedrado (10% mensual), dando un respaldo a la decisión del DEM y de la Comisión de Preservación y Defensa del Patrimonio Urbano.
3°) En 2009 mediante la ordenanza N° 4300 se incorpora al listado de bienes inmuebles protegidos de la Municipalidad la totalidad de la superficie actual del adoquinado, como símbolo emblemático de la identidad histórica.
De las 217 cuadras, ya fueron reparadas 132 (61%) en los últimos 17 años a un promedio de 8 por año: en 2001 trabajaban 335 personas y ahora 60. Actualmente, los trabajos se realizan en calle Alem entre Lehmann y Alvear, y las sendas peatonales frente al Municipio y en la esquina de Belgrano y 9 de Julio. Luego continuarán en el resto de Alem, las perpendiculares entre Alem y Brown: Lavalle, Alvear, Pueyrredón y Güemes, adelantó Luis Ambort (secretario de Obras Públicas) ayer a este cronista. También hay otras arterias en mal estado como Las Heras, 9 de Julio, Maipú, Saavedra, Sargento Cabral, Tucumán, Constitución, entre otras.
Mientras muchos quisieran taparlo en su totalidad, hay visitantes a la Perla del Oeste que destacan su presencia. El escritor Mempo Giardinelli había opinado que “pavimentar las calles de adoquinado es un crimen. No hay otra cosa tan importante que conserve y represente más y mejor la historia de un pueblo que sus adoquines”, en una entrevista con este cronista publicada el 17 de octubre de 2000 en el diario La Opinión.

Fuentes: Ordenanzas del Concejo Deliberante y obras públicas de pavimentación en el Archivo Histórico Municipal de Rafaela; La Gaceta, revista dedicada a Rafaela, octubre de 1927; Secretaría de Obras Públicas de la Municipalidad de Rafaela; archivo del diario La Opinión de Rafaela.

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