Cinco días después que Italia se consagrara campeón del mundo en Alemania, el “calcio italiano” tomó estado público por el escándalo de corrupción que luego de una investigación produjo una dura sentencia de la justicia deportiva italiana. En la historia del deporte no hay un antecedente de una sanción semejante en cantidad e importancia de clubes implicados y volumen de la pena.
La Juventus fue el más afectado porque descendió de categoría, resignó dos títulos y le descontarán 30 puntos. La Lazio y la Fiorentina también jugarán la próxima temporada en la serie B, el Milán no descendió pero perderá 44 puntos y no jugará la “Champions League”.
La causa comenzó de manera oficial en mayo último después de escuchas telefónicas y la Federación Italiana abrió una investigación. Así, salió a la luz una relación de complicidad inquietante entre el director general de la Juve Luciano Moggi y un responsable de la Federación encargado de designar a los árbitros, quienes decidían los árbitros de los partidos y otros intercambios de favores. Antes del veredicto final hubo renuncias masivas en la cúpula de la Juventus y de dirigentes arbitrales.
¿Qué hubiera pasado en un caso de similares características en la Argentina? ¿Se hubiera investigado y determinado culpables o hubiera quedado todo en la nada?
En nuestro país el mandamás de la Asociación del Fútbol Argentino es Julio Grondona desde hace 27 años y viene siendo criticado por su conducción con sesgos autoritarios y acusado de manejos poco claros en la organización de los campeonatos, como así también en los contratos exclusivos de televisión con Torneos y Competencias.
A título de ejemplos y comparaciones, hay que decir que desde hace algunos años los descensos surgen de los promedios de los últimos tres campeonatos, con el objetivo de evitar que desciendan los equipos grandes como Boca, River e Independiente, después de la pérdida de categoría que sufrieron Racing, San Lorenzo y Hurucán.
En cambio, en el fútbol italiano descienden los últimos cuatro equipos de la serie A y así corrieron esa suerte los equipos grandes como Milán, Inter, Torino, Roma, Fiorentina y ahora por primera vez fue el turno de la Juventus.
Otro ejemplo: una vez que terminan los partidos en el calcio italiano pasan todos los goles por los canales de televisión. Pero, en Argentina hay que esperar hasta las 22 horas por el contrato discriminador que firmó Grondona con TyC, atentando a la libertad de expresión y al derecho a la información consagrados en la Constitución.
En pocos días el fútbol italiano fue noticia buena y mala. Obtuvieron la cuarta copa mundial y 13 futbolistas de los 23 campeones pertenecen a los clubes involucrados en este escándalo sin precedentes. Si la Argentina hubiera salido campeón del mundo, ¿cómo habría actuado la Justicia ante un similar hecho de corrupción?
Emilio Grande (h.)