(Enviado especial).- Junto a estas líneas, el lector podrá advertir las imágenes que ilustran la presente crónica. Para aquellos ojos acostumbrados a las tareas del campo, aparentemente el paisaje mostrado describe lo que cualquier camino rural presenta durante los días de lluvia.
Pero la diferencia radica en que se trata del único acceso ripiado que comunica a la localidad de Egusquiza con otras poblaciones, o por lo menos debiera ser así en épocas de lluvia cuando las precipitaciones alcanzan altos registros.
Para graficar mejor la situación, cabe recordar que el pueblo posee dos vías de comunicación: la ruta 81 Sur (que desemboca en Lehmann y en la ruta 34) y la ruta 13 (que conduce a Presidente Roca y a la ruta 70).
El primero de estos tramos tiene una longitud de 15 kilómetros, y presenta un camino dividido en segmentos arenados y de tierra. El segundo, es de 17 kilómetros, y desde el año 1993 posee un «ripiado» a lo largo de toda su extensión.
Desde principios del noventa, la ruta provincial 13 es la única salida disponible para los días de lluvia. Pero el año pasado, los trabajos de mantenimiento que periódicamente se venían realizando desde Vialidad Provincial, no tuvieron la misma intensidad ni el mismo impacto. Y el desgaste del terreno, hoy se hace sentir.
Durante los días de lluvia es mucho el barro que se acumula, y esto acentúa la formación de pozos e irregularidades, que se sufren cotidianamente al momento de transitarla, haya o no llovido.
Pero si a todo esto le sumamos que en la noche del martes cayeron 115 milímetros; que en el transcurso de la última semana se llevan registrados cerca de 200 milímetros; y que desde el pasado 17 de febrero la las precipitaciones alcanzaron una totalidad de 450 milímetros; sin dudas la gran preocupación suscitada entre los vecinos de Egusquiza resulta más que entendible.
Producción en riesgo
La producción lechera de Egusquiza se comercializa con 6 empresas de la región, que diariamente recogen los más de 40 mil litros de leche de los tambos locales, sin importar las inclemencias del tiempo.
Pero todo parece tener un límite y para algunos productores este podría producirse si una nueva lluvia se repite. Hasta ayer, el ingreso de los camiones era muy dificultoso y algunos incluso optaron por no entrar a ciertos tambos.
Es por esto que, algunos colonos, resolvieron en horas de la tarde mejorar las condiciones de algunos tramos del ripiado, arrojando en las zonas más deterioradas una mezcla de tierra y pedazos de ladrillo, con la esperanza de que en la jornada de hoy el clima mejore.
Igual preocupación manifestaban los comerciantes del pueblo. Y no es para menos. Desde Rafaela ya les habían anticipado telefónicamente que no enviarían mercaderías a Egusquiza ante la imposibilidad de poder trasladarlas hasta el pueblo.
Ante esto, quienes tuvieron la posibilidad, se acercaron hasta las localidades vecinas para proveerse de elementos y cubrir las necesidades más urgentes. Pero se mantiene presente entre los pobladores el temor a una nueva precipitación que complicaría aún más la situación.
Egusquiza cuenta con alrededor de 600 habitantes y sólo 5 familias del pueblo poseen vehículos 4×4, único medio de transporte posible por estas horas para poder salir.
La solidaridad es mutua, y los favores entre vecinos sobran. Pero para resolver definitivamente la situación hacen falta gestos políticos. Y que al fin alguien cumpla su promesa y el pavimento llegue Egusquiza antes de que culmine el año.
Mauro Gentinetti
Fuente: diario La Opinión, Rafaela, 8 de marzo de 2007.