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Diario Castellanos vendió su independencia

Los periodistas Edgardo De Luca, Gabriel Pecile, Evangelina Schmit y María Eugenia Emmert emitieron una “carta abierta a los ciudadanos libres de Rafaela”, que hicieron llegar al programa “Sábado 100” por radio Horizonte. Cuestionan las decisiones tomadas por su propietario Pablo Visconti y se sienten despedidos de diario Castellanos.

“Los que firmamos este texto formábamos, hasta un par de semanas, parte del equipo periodístico de diario Castellanos. Ya no integramos el plantel. El propietario del medio gráfico (Pablo Visconti) decidió cambiar la orientación de independiente a dependiente de un par de empresas que solventan los gastos desde las sombras, mediante el pago de hipotecas y la compra de bienes en remates. Según el “propietario”-desde ahora entre comillas- el contenido de nuestros trabajos dificultaba la venta de publicidad, enojaba al peronismo gobernante –auspiciante principal en estas operaciones- y fastidiaba a un sector de establishment, que integran los que pagaron las deudas de Editorial Castellanos y aportan fondos para la divulgación de notas compradas.
“El “propietario” -aún nominal- es eso, propietario y como tal tiene pleno derecho de hacer con su propiedad lo que le plazca. Nosotros, profesionales del periodismo, sostenedores de un criterio ético fundado en nuestro único y primordial compromiso con quienes de buena fe compran los ejemplares, decidimos no avalar el tráfico de influencia, el condicionamiento informativo, la censura previa y las arbitrariedades laborales, a veces teñidas de prepotencia y violencia.
“Durante años soportamos abusos, sueldos miserables, indefensiones previsionales y sociales, arrebatos primitivos y groseros porque defendíamos –conscientemente- la posibilidad de preservar un espacio de expresión que nos permitía decir lo que otros callaban.
“Considerábamos a ese valor una buena causa –y lo fue- para aportar a la formación de una ciudadanía autónoma, capaz y criticar sin la tutela de los poderosos ni la influencia mediática de la corrupción.
“Cada uno de nosotros conocía el precio que pagaba y juntos padecíamos los mendrugos -insultantes- que recibíamos. Asumimos esa responsabilidad, que hoy significa el desempleo y la incertidumbre de buscar otros rubros para sobrevivir. Al cabo pusimos nuestro cuero –como suele decirse- y nunca pedimos favores ni aceptamos prebendas.
“Los que suscribimos este comunicado: Edgardo De Luca, Gabriel Pecile, Evangelina Schmit y María Eugenia Emmert ya no pertenecemos a Castellanos. El diario fue vendido o enfeudado –sin traspaso de escritura, claro, a grupos peronizantes cuya tesitura puede observarse en una patética revisteja de ridícula circulación –subsidiaria de Castellanos- que resume lo que siempre hemos detestado como estafa emboscada, una especie de vademécum del rastrerismo y la superficialidad.
“El aviso disfrazado, la mediocridad intelectual, el telefonazo del poder dominan hoy a Castellanos y esta circunstancia lo transformará en un tragicómico “emprolijador” de La Opinión.
“La nueva sociedad entronizó a operadores devaluados: “Hoy dependemos de los industriales” nos confesó Visconti y usted no tardará en comprobarlo por la paupérrima formación profesional y cultural de pigmeos que jamás hicieron o dirigieron un diario.
Después de infructuosos reclamos para regularizar nuestra situación laboral, que fueron desdeñados con bajeza y matonaje extorsivo, llegan estas imposiciones de contenidos que desairan a lectores y suscriptores, que no fueron informados de estas volteretas, como manda la decencia. Por tales motivos nos consideramos despedidos e iniciaremos las demandas legales que preceptúan las leyes laborales vigentes.
“Ciudadanos: desde su tumba, don Francisco Pérez Torres imprecará por el tristísimo destino de un diario que nació para luchar contra los atropellos y defender la libertad de expresión pero los ilustres muertos no son responsables de las pequeñeces analfabetas de sus herederos.
“Castellanos vigoroso, autónomo, crítico, libertario, punzante, sin compromisos ni mandamases ha muerto. Cheques mezquinos y sobres furtivos adornarán su tumba, si es que puede llamarse sepultura a un hoyo de vergüenza y degradación moral.
“Nosotros nos comprometemos a seguir vivos, crearemos otras tribunas para cumplir el ideal de pensar y escribir sin cerrojos… lejos del poder y los corsarios de la indignidad”.

Edgardo De Luca
Gabriel Pecile
Evangelina Schmit
María Eugenia Emmert

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