Por Alicia Riberi.- Logramos entender al fin, que extender la mano a otro, es haber descubierto el verdadero sentido de la vida…
Política, economía, justicia, noticias, tragedias, son temas que se escuchan a diario… ¿Qué hicimos para remediar lo que no está bien?
Un gran error de todos los seres humanos es pensar que la solución llegará de afuera, pero la solución está dentro de nosotros, porque lo que está afuera, solos no lo podemos cambiar, pero lo que está adentro, solo nosotros podemos hacerlo. La sociedad actual se ve muchas veces indiferente, irritable, agresiva, silenciosa o explosiva y lo que verdaderamente nos falta es reflexión. Reflexión, en una acepción simple, es el pensamiento o consideración de algo, con atención para estudiarlo y comprenderlo.
La filosofía, generalmente nos espanta, pero es la que ayuda a desarrollar el pensamiento crítico y reflexivo en aras a una convivencia más armoniosa y pacífica y da paso a ser más independientes a la hora de opinar y seguir masas que ni sabemos que persiguen, si es que lo saben.
La política tiene una agenda y el pueblo tiene otra… ¿qué país puede andar bien así?
Yo le aconsejaría a toda la política en general que se mezcle con el pueblo, escuche lo que piensa, descubra lo que siente y se haga carne de su dolor y se olvide de agendas globales,
Que solo buscan destruir a la familia, que es la institución fundamental en la formación humana.
En estas fiestas se arma el arbolito, el pesebre, como signos propios de la fecha, pero en realidad lo que sería más importante, es tratar de ir construyendo ese pesebre en nuestro corazón, para que Jesús pueda ir ayudándonos a renovar todo lo viejo, lo malo y transformarlo en algo diferente, en donde prime el amor y no el odio, la unión y no la división, la verdad y no la mentira, la generosidad y no la avaricia.
Desde el poder el mensaje pareciera muy distinto, ni ven, ni escuchan, ni intentan estar a la altura de la necesidades del pueblo. Lo que como ciudadanos vemos es un Poder Ejecutivo dividido, un Poder Legislativo que pareciera no entender para que se lo votó, un poder judicial que no considerara como fundamental impartir justicia.
Cómo ciudadana creo que debemos luchar pacíficamente y sin pausa para que todo esto se revierta, porque nuestros hijos y nietos merecen una sociedad mejor, en donde se respete la libertad, se edifique con amor, se comparta y no se excluya a nadie. Dejar de vivir solo por nuestro bienestar y ocuparnos por el bienestar de todos.
El egoísmo, el materialismo, el personalismo y la división nos llevan a una debacle de la que nadie saldrá ileso.
¿Porque entonces no nos unimos para lograr un cambio genuino, que genere modificaciones trascendentes y duraderas? Es responsabilidad de todos salir del pantano en el que estamos. Asumámosla.
Es mi deseo que este fin de año les sirva para reflexionar a cada uno y que puedan compartir con sus seres queridos y los que han perdido seres queridos o están enfermos y privados de su libertad injustamente, que Dios abra caminos nuevos que les permitan salir fortalecidos.
Acerquémonos al hermano que nos necesita… Dios es el único camino…lamento por el que lo no lo puede ver.