Descubren en Israel fragmentos bíblicos de 2.000 años de antigüedad

Se trata de restos de un pergamino escrito en griego, que contiene porciones de los doce profetas menores. El hallazgo ocurrió en el desierto de Judea, y su hallazgo fue calificado como "histórico".

Un grupo de arqueólogos encontró, en la ribera del Mar Muerto, una serie de fragmentos de la Biblia con dos mil años de antigüedad, el hallazgo bíblico más importante en décadas.

La Autoridad de Antigüedades de Israel estuvo a cargo de la excavación y confirmó que se trata de aproximadamente 20 fragmentos de un pergamino bíblico escrito, en su mayoría en griego, y que contiene porciones de los doce profetas menores, en particular Zacarías y Naum.

En la misma operación, también se descubrió un alijo de monedas raras de la época de Bar-Kokhba, el líder judío que dirigió la revuelta contra los romanos entre el 132 y el 135 d.C.; un esqueleto infantil de 6,000 años de antigüedad, probablemente femenino, envuelto en tela y momificado; y una gran cesta intacta que data de hace 10,500 años, probablemente la más antigua del mundo.

En entrevista con Vatican News, el director del Instituto de Arqueología y Cultura de las Tierras Bíblicas, Marcello Fidanzio, explicó que los hallazgos se dieron en un lugar llamado “Cueva de los Horrores” del desierto de Judá, donde se escondieron los judíos que eran perseguidos por los romanos.

“Unos 40 hombres, mujeres y niños murieron aquí de hambre y sed. En este lugar, durante su huida, habían traído algunos de sus objetos más preciados: posesiones, utensilios de la vida cotidiana y textos escritos: documentos y textos bíblicos”.

Un valioso descubrimiento

“Después de los grandes descubrimientos de los años cuarenta y cincuenta –agregó Fidanzio-, especialmente en Qumrán y en el desierto de Judá, no había vuelto a ocurrir nada parecido en relación con los textos bíblicos”.

Explicó que el hallazgo es sólo de unas cuantas líneas escritas en griego, pero de enorme importancia.

“Nos encontramos ante pequeños fragmentos, por tanto, un número limitado de líneas de texto escritas en griego relativas al Antiguo Testamento. Son una prueba de lo que los estudiosos llaman fluidez textual, la época en que el texto de la Biblia aún no era estable y único”.

“Sólo más tarde las Escrituras fueron canonizadas, fijadas y luego transmitidas con gran fidelidad hasta nuestros días”.

Los fragmentos de la Cueva de los Horrores -agregó- representan un momento todavía constitutivo y gracias a ellos podemos captar una etapa que condujo al texto definitivo”. 

Fuente: https://aica.org/

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