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Desafío de las redes sociales para comunicar el evangelio

Por Emilio Grande (h.).- La Pastoral de las Comunicaciones de la Diócesis de Rafaela organizó el domingo 24 de agosto último el Encuentro Diocesano de Comunicadores, en el salón de la Capilla Nuestra Señora de Lourdes.
En la oportunidad, el padre Pedro Brassesco desarrolló el tema «El desafío de las redes sociales para la comunicación del evangelio», con la participación de comunicadores católicos y estudiantes.
Brassesco, sacerdote de la diócesis de Gualeguaychú, es subsecretario de la Conferencia Episcopal Argentina, secretario ejecutivo de la Conferencia Episcopal de Misiones, secretario nacional de la Pontificia Unión misional, delegado diocesano para las comunicaciones, director diocesano de Obras Misionales Pontificias. Cursó la Licenciatura en Comunicación social, fue periodista y gerente en varias radios de Entre Ríos.
Las redes sociales -dijo- son avasallantes, con una notable rapidez y, al mismo tiempo, reconfiguran las maneras de comunicarnos y relacionarnos. Citó por ejemplo facebook que permite reflexiones y desafíos.
Respecto a la misión de anunciar el evangelio a la creación, el visitante entrerriano destacó que hay dos dimensiones: la masiva (la multiplicación de los panes) y la personal (con la mujer samaritana), que deben ser complementarias y necesarias.
Volviendo a las nuevas tecnologías, la internet influye en la vida cotidiana: desde la fe es una experiencia como lugar de encuentro para interactuar en un nuevo contexto existencial: vida pública y experiencia social.
Mencionó como un desafío habitar en este espacio, dando valor humano, es decir humanizando las comunicaciones: nuestra vida y fe en la red. Esta vida virtual debe ser coherente con la fe para testimoniar con honestidad en tiempo del «sharing» (compartiendo). ¿Se puede ocultar la identidad en internet?
Una pastoral de las comunicaciones debe apuntar en dos líneas: medios y redes sociales para el evangelio, y acompañar la fe de los comunicadores. Frente a la sobreabundante información, se debe discernir con la ayuda del Espíritu Santo respuestas adecuadas a las preguntas centrales que nos hacen bien.
La red como lugar de conexión permite la comunión como don de Dios en la diversidad de pensamientos. La experiencia Babel como una riqueza de la diversidad porque el otro te puede aportar. Cómo compartir el evangelio en una sociedad compleja.
Uno de los riesgos es la denominada «burbuja» filtrada porque internet te encierra según nuestros intereses a través de los buscadores con nuestros amigos y en procesos de recortes del «me gusta».
En el pasado mensaje del papa Francisco para la Jornada de las Comunicaciones Sociales habla de conocernos entre nosotros con comprensión y respeto en el marco de la cultura del encuentro, teniendo en cuenta el sentido de lentitud, calma y guardar silencio para escuchar.
Se pueden abrir -señaló Brassesco- las puertas de la Iglesia al mundo digital como casa de todos. La belleza de la fe radica en el encuentro con Cristo para dar calor y encender los corazones, donándose a los demás para responder pacientemente en la búsqueda de la verdad.
Dialogar para romper de alguna manera la pretensión única y absoluta, y también renunciar a nuestros pensamientos cerrados… dialogar con mucho respeto sin perder nuestra fe, sin buscar imponer…
Volvió a insistir en los compromisos personal (encuentro con el otro) y masivo (charla, reunión) que deben ser integrados, no enfrentados.

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