MHG: ¿Qué se puede decir de lo que ocurre políticamente en el país?
MAY: Lo que ocurre es que el oficialismo tenía una mayoría prácticamente automática y la ha perdido. El Congreso tiene que desempeñar su rol y tiene que ver con los acuerdos a los que llega con las otras minorías, que tienen otras identidades y pueden modificar o no las decisiones que pueda tomar el oficialismo.
MHG: ¿Un conjunto de minorías da mayoría?
MAY: En el juego democrático, en una sociedad, es muy raro es que haya mayorías absolutas, o sea, que haya una fracción política que tenga mayoría por sí misma, esto puede ocurrir en momentos específicos. Lo normal es que se tenga distintas minorías, por eso se habla de primera minoría, para dar a entender que no tiene mayoría propia. En el juego democrático siempre se negocia y se llega a acuerdos. Hay temas en que determinados grupos apoyan iniciativas de la primera minoría con lo que se hace la mayoría. En otros casos no tiene esa mayoría, ésta se va modificando, no hay una mayoría automática en la que otros grupos menores siempre van a votar a favor de la primera minoría. Esto hay que tenerlo en cuenta, que se junten distintas minorías y constituyan hoy la posición mayoritaria es el juego democrático por excelencia. En la política Argentina se ha dado esto, cuando De la Rúa pierde la senaduría en Capital Federal, cuando había colegio electoral, se juntó el peronismo con el partido de Alsogaray (Ucedé), y aunque De la Rúa había sido el candidato más votado, en su lugar ingresó Miguel Ángel Toma, por el acuerdo allegaron los partidos mencionados.
MHG: ¿Otro ejemplo puede ser la Ley de Lemas?
MAY: Claro, esto hay que tomarlo de ese modo, la democracia tiene estas peculiaridades, es así; la victoria en una elección de un grupo no quiere decir que gane todas las votaciones en el Parlamento.
MHG: ¿Cómo se puede destrabar lo que podríamos denominar como “suma cero” en el Congreso?
MAY: Hay que prestar atención a las concepciones políticas de los distintos grupos,. Visualizo un problema para el oficialismo que es lo que Ud. dice de “suma cero” en relación a la política. Esto se da desde el momento en que se vio alterada la composición del Congreso, o sea, desde que se conocieron los resultados de la elección; lo han manifestado los representantes del oficialismo al decir que no van a permitir que el parlamento altere las decisiones del Poder Ejecutivo. Esto provoca una distorsión del juego democrático y de las instituciones democráticas, esta concepción hay que modificarla porque si no se va a esta situación de “guerra”, de todo o nada, de blanco o negro, esto nos lleva a una parálisis, a un deterioro de las instituciones muy peligroso. El oficialismo debe comprender que el Congreso juega una función que es de contralor y puede ocurrir que acepte o no acepte las decisiones que les interesa tomar al partido gobernante. Y por el lado del la oposición, entender este juego democrático, entender que supone negociación entre las partes, incluido el oficialismo. Por ejemplo, la discusión de agenda en los momentos en que no hay acuerdo, esto se dirime vía votación y aceptar el resultado de la votación, y entender que hay que dar quórum, esto es importante y no llegar tarde a la sesión, como ha ocurrido en los últimos días, donde se levantó la sesión a los treinta minutos como dice el reglamento, pero bien se sabe que ha habido en otros momentos una larga espera, de horas, para poder tener quórum y de eso modo iniciar una sesión. Esto habla de una cierta irresponsabilidad de parte de los representantes.
MHG: En uno de sus libros Ud. menciona al sufragio universal como el hecho más importante para las democracias modernas ¿Hay un paso más para el resguardo de las democracias?
MAY: Eso lo refiero en mi último libro “Democracia y sociedad de masas”, lo que planteo es como se originó la noción de democracia en la modernidad. Lo que ocurre ahora en nuestra sociedad tiene que ver con una noción de democracia en donde se absolutizaba a las mayorías, y éstas se imponían sobre las minorías; esta postura se va modificando a partir de la Segunda Guerra Mundial, porque se incorpora a la democracia algunos elementos liberales, por ello se habla de “democracia liberal”. Es decir, hay un respeto por el adversario, entendiendo que el disenso y las diferencias son constitutivos del juego democrático. Nosotros tenemos que aprender esto, es decir, la democracia no supone que la mayoría se imponga a las minorías porque se puede caer en el autoritarismo, en estos casos la democracia no es un antónimo de autoritarismo, sino que la democracia tiene un componente de autoritarismo muy importante. Se deben respetar las distintas minorías que existen y si estas minorías se ponen de acuerdo en determinadas posiciones entonces constituyen la mayoría. Esto se debe incorporar a la política argentina, porque desafortunadamente nosotros tenemos un dejo de cultura política autoritaria, sin pretender decir que se trata de un autoritarismo similar a las prácticas militares que se dieron en nuestra historia, sino de practicas autoritarias dentro del juego de la democracia, porque no se reconoce que las minorías tienen una entidad y pueden decidir sobre determinada cosa en tanto llegan a acuerdos entre ellas. El gobierno no constituye una mayoría, es una minoría más, claro que la más grande, y cuando tiene una mayoría propia no tiene el derecho ni la autorización para sojuzgar a las minorías.
MHG: ¿Estamos acostumbrados los ciudadanos a la práctica democrática más allá de votar?
MAY: Creo que todavía no estamos totalmente habituados a una democracia de disenso, se ha evolucionado en la cultura política, teníamos un resabio de autoritarismo en diciembre del 83, cuando comenzamos con nuestras prácticas democráticas. Me parece que falta el ejercicio de incorporar el disenso en el juego democrático, la democracia supone el conflicto, supone la convivencia entre sectores con diferentes puntos de vista, algunos posturas se comparten y otras no, pero hay algo que compartimos todos, que es vivir en conjunto, pacíficamente, en un contexto de libertad y de juego limpio, esto es un acuerdo que tenemos todos. A partir de esto, tenemos disensos, que pueden superarse en algunos momentos y en otros pueden superarse relativamente; lo que no hay es la idea de que el disenso no es una causa de inestabilidad o hay un cuestionamiento a la gobernabilidad, considerar esto de este modo es ir por mal camino, no estamos respetando el juego democrático, este juego significa conflicto. Se deben juntar democracia y liberalismo sabiendo que son dos prácticas opuestas. Una, apuesta a la libertad; en tanto que la otra, a la igualdad. Si se acentúa al extremo la libertad generalmente tiendo a descuidar la igualdad y si se acentúa la igualdad tiendo a cercenar la libertad, por eso se habla de la paradoja democrática, tiene esta contradicción puesta en su seno la democracia. Se debe constituir al otro como adversario, es decir, alguien que es distinto a mí pero que tiene identidad para participar del espacio público.
MHG: ¿Qué opina acerca de este reparto de votos a distintos partidos y que hace que hoy en día el Congreso esté paralizado?
MAY: El Congreso no funciona por la concepción con la que trabaja un sector del mismo, esta idea que no se puede cuestionar lo que decide el Ejecutivo, más otro grupo de representantes que tiene una cierta irresponsabilidad… En algunos casos una irresponsabilidad bien fuerte, en otros casos cierta ingenuidad y tendrán que ubicarse en determinar claramente cuál es la función que están llevando a cabo. Creo que el ciudadano no lo está viendo a esto como que se ha equivocado, porque de lo contrario se vota por la fracción gobernante y no se tiene ningún tipo de problema. Pero esto lleva a la anulación de la división de poderes. Si el Congreso es totalmente afín al Ejecutivo y simplemente decide lo que el Ejecutivo quiere, se anula la división de poderes, el Congreso funciona como contralor de las acciones del gobierno. En este sentido, un grupo de representantes con una actuación más visible están intentando cumplir un rol que siempre debieron cumplir. Creo que hoy la ciudadanía evalúa la actuación de los representantes y cómo funcionan y en base a esto tomará las decisiones para la siguiente elección. Es decir, hay un grado de madurez más alto de lo que uno cree.
MHG: Este grado de madurez ciudadana no parece estar aprehendida por la clase política.
MAY: Es cierto que la clase política está más atrasada en esto, muestra una cultura política más autoritaria. Tiene que ver con las concepciones políticas que tenían y tienen y que se han conformado en contextos en que había una hegemonía política muy importante y esto llevó a pensar; sobre todo en el caso del peronismo que reasentaba la voz del pueblo, en tanto que los otros sectores no lo hacían. Esto le daba un supuesto lugar y el resto no tenía por representar o encarnar la voz del pueblo; digo, supuestamente, porque no todos los obreros votaban al peronismo y luego hubo una evolución en la concepción de ese partido. Pero mentalmente se sigue tomando lo expresado como válido, sobre todo por los actores que de alguna manera se benefician con esto. En el kirchnerismo hay un fuerte componente de esta cultura, lo ha dicho la Presidente: “yo tengo el 47% de los votos, tengo esa mayoría”. Pero fíjese que se trata de una mayoría relativa, la mayoría real es la mitad más uno, de todas maneras ese número le permite ejercer la presidencia con absoluta legitimidad, pero esto no significa que después no pueda haber sobre políticas concretas disensos, esto es lo que no está todavía asumido en el sector político. En el discurso del oficialismo ha quedado claro, sobre todo después de la nueva composición del Congreso. Es decir, no se puede cuestionar lo que decide o la política del ejecutivo.
MHG: ¿Cuál sería su postura para las próximas elecciones, se puede considerar oportuno el sistema de alianzas o tratar de ir por partidos políticos?
MAY: En general, la incapacidad que hay para poder lograr mayorías absolutas por sí mismo llevará a armar alianzas, porque de lo contrario no se va a poder garantizar la cantidad de votos necesarios, podrán ganar la primera vuelta, pero no el ballotage. Por otro lado, es cierto que los partidos que puedan tener una performance mejor, en el fondo intentan gobernar solos, no saben gobernar con otros, en donde haya acuerdos y un proyecto compartido. Cuando se discute el espacio se discute si va un radical, un peronista, etc. y no se discute quienes van a esos espacios de acuerdo con las capacidades que tengan. Cuando los partidos aprendan a resolver las cuestiones en base a lo que se exige en cada metier y no en base al color político, vamos a tener una alianza como corresponde. Esto suele ser un aprendizaje bastante costoso y lento para la sociedad. La sociedad tiene más claro en cómo hacer una alianza, en hacerla realmente, el problema son los partidos que están en crisis y no pueden garantizar espacios por sí mismo y requieren del otro, pero cuando ganan las elecciones piensan que pueden imponer su postura al resto. Por ejemplo, en 1998, el grupo delarruista dentro del radicalismo pensaba en quedarse con todos los cargos si ganaba la interna, así ocurrió y terminó mal. Eso no es una alianza. Estas uniones son endebles y un arma de doble filo, porque se trata de convocar a un grupo para que les de los votos y punto. Esto no es compartir el poder y transformarse, porque una alianza significa una transformación de los partidos que integran la alianza.
MHG: ¿Ve un escenario similar a la elección del 2003 en la que hubo ballotage?
MAY: Puesto como está el ballotage, da lugar a que las alianzas no se formen de entrada, cada uno ve las posibilidades que tiene de poder ganar y en base a eso determina los espacios que le corresponden en cada alianza. El que tiene más votos tiene la posibilidad de colocar mayor gente propia en los puestos dentro de una alianza. No creo que la oposición llegue con una alianza previa, salvo que cambien las condiciones, puesto que se viene perfilando más que el trabajo de armado de alianza, ver las posibilidades propias de cada uno, la necesidad de alianza aparecen más en los partidos chicos, son ellos los que van a reclamar las alianzas. Me da la impresión que no se van a dar en las próximas elecciones. En Santa Fe el radicalismo, por ejemplo, pretende manejarse solo. Cuando se vislumbra la posibilidad de tener una buena performarce aparece la posibilidad de manejarse el partido solo y no con aliados.
MHG: ¿Es en el caso de la alianza de nuestra provincia?
MAY: Las elucubraciones que se puedan hacer sobre la alianza en Santa Fe son excusas, porque al principio el que impuso el candidato a gobernador fue el radicalismo, el candidato fue Usandizaga en dos ocasiones y sacó el 40% de los votos. Luego dio la posibilidad de aprobar la Ley de Lemas, de no haber ocurrido eso hubiera sido gobernador, en cualquier lugar del mundo el que obtiene ese número en votos gana el cargo por el que va a la elección. Posteriormente la vez que pudieron ganarlo fue con Binner, pero todo es relativo, porque se arma una alianza y no se puede asegurar que se va a ganar la elección. Esta alianza se manejó más o menos lógicamente, dos veces fue candidato Usandizaga que era el político más reconocido en la provincia, luego fue Binner, que la primera vez no ganó, lo hizo en la segunda oportunidad. Este juego de quién pone o no pone los candidatos, tiene que ver con lo mismo, según quién gana, ocupa todos los cargos. Esto es un error porque después no funciona la alianza, una alianza supone la transformación de los partidos que participan en ella.
Fuente: www.mariaherminiagrande.com.ar, 10/04/2010