Hace unos días extraoficialmente se conoció que el subdirector de diario Castellanos Edgardo De Luca se fue de esa empresa periodística a pedido de su director-propietario Pablo Visconti. Habría tomado esta iniciativa porque se vienen cambios en el citado matutino y el diario estaba muy politizado, según me informaron fuentes confiables.
El problema no termina allí porque un grupo de periodistas que respondían a De Luca fue a pedir explicaciones a Visconti, pero esa decisión acertada no se modificó y algunos evalúan si siguen trabajando o buscan otros rumbos. Lo llamativo es que ya pasó más de una semana y todavía no salió una información oficial al respecto.
A decir verdad, no son pocos los rafaelinos que se alegraron por esta noticia que ganó la calle sobre este personaje siniestro que estuvo en Castellanos durante los últimos años y le hizo daño no solamente a la historia del diario fundado por Francisco Pérez Torres en 1938 sino al periodismo de Rafaela.
Más allá de algunas cosas positivas que tuvo como impulsar algunas denuncias periodísticas y opiniones creativas, buena parte de su tiempo incurrió en mal desempeño de la profesión periodística, ciertamente no es el único ya que siguió los pasos de Leandro Miller, otro pseudoperiodista que estuvo en LT 28 Radio Rafaela. ¿Se acuerda?
Uno de sus problemas de De Luca fue ver fantasmas donde no los había y así inventar historias, con la gravedad de que criticaba a la gente más allá de lo permitido, invadiendo en el derecho a la privacidad, lo que le generó varios juicios a la editorial Castellanos como así también el embargo de la rotativa, que se sumaron a otras demandas judiciales.
Por su pasado en el Partido Comunista, De Luca mostró ciertos rasgos autoritarios: el que no pensaba igual lo marginaba y censuraba, como lo hizo con los periodistas Miguel González y Adrián Gerbaudo, quienes se fueron de Castellanos. No llegó a publicar algunos comunicados de prensa, inclusive del Círculo de la Prensa de Rafaela.
Me había tratado de “insolvente intelectual y moral” sin argumentos valederos. Si fuera insolvente intelectual no trabajaría en el diario La Opinión desde hace 10 años, conducir este programa “Sábado 100” desde hace cuatro años, la página www.sabado100.com.ar, un micro televisivo en canal 13 de Santa Fe, ser licenciado en Comunicación Social y docente de la UCSE DAR en dos cátedras. Si fuera insolvente moral no podría caminar por las calles de Rafaela desde hace 38 años porque mi familia y en los distintos ámbitos por los que frecuento me enseñan valores como decir la verdad y el respeto al prójimo.
A pesar de la dureza de la afirmación, vuelvo a repetir en esta columna editorial que De Luca es una “persona no grata” para Rafaela: el tiempo demostrará que con esta decisión se verán beneficiados Castellanos y el periodismo de Rafaela, porque atentó a la libertad de expresión, la dignidad de la persona y el ejercicio de la profesión.
Emilio Grande (h.)
