Por Emilio Grande (h.).- Anoche fue estrenada la producción cinematográfica “Lo que sabe el cuerpo”, primera del grupo rafaelino “La Planta Cinematográfica”, bajo la dirección de Sofía Zaffetti y la producción de Patricia Andretich y Pabla Valenti, en el Cine Belgrano ante alrededor de unos 500 espectadores.
El argumento del filme gira en torno a una nieta adolescente -Guadalupe Ferrero, que es una revelación actoral- y una abuela -Teresita Tosco-, que emprenden una caminata por la ciudad y luego interactúan con siete vecinos.
El resto del elenco está compuesto por Pepe Fanto, Gustavo Poggi, Santiago Alassia, Silvit Yori, Marcos Forni, Marisa Gutiérrez y Jonatán Santillán, integrando el equipo técnico Pepe Peralta (fotografía y cámara), Matías Grosso (asistente de fotografía y cámara), Jerónimo y Facundo Rubino (sonido, música y doblaje), Ana García y Luis Acosta (arte), Rubén Quattordio y María Eva Visconti (foto fija).
A decir verdad, es una muy buena producción local porque interactúan correctamente el montaje de las escenas de un largometraje de 87 minutos de duración -que no parece haber sido filmado en Rafaela por su calidad-, el rol actoral del elenco en general y la trama de esta pieza cinematográfica.
Algunos podrán criticar cierta lentitud del rodaje que está presente si la comparamos con otros filmes o con la actual coyuntura posmoderna que presenta una vida acelerada en la que estamos permanentemente corriendo, sin saber adónde y para qué.
Otro de los mensajes que deja “Lo que sabe el cuerpo” es el cuestionamiento de la vida misma en una sociedad que en muchas ocasiones privilegia el consumismo, el individualismo, la falta de una mirada reflexiva sobre lo que nos pasa cotidianamente.
En esta oportunidad, está en discusión cómo desde lo corporal también comunica más allá de lo verbal, apareciendo una trama de incomprensiones, rencores, amores cruzados, locuras entre familiares, intrigas, que se mezclan con una búsqueda por momentos de comprensión hacia el otro, los que presentan incapacidades físicas y buscan ser comprendidos y también por qué no amados.
El inicio muestra un largo caminar entre la nieta con un andador y su abuela que vive de alguna manera en su mundo, pero al llegar a la casa se caen al piso, originando que las dos terminen postradas en una casa geriátrica muy pobre y con malos servicios.
Casi todo el resto de la película se desarrolla en este último lugar, mostrando las miserias humanas desde no haber sido amada a lo largo de la vida que transmite la abuela, pasando por una búsqueda permanente de querer salir de la situación que le toca vivir la nieta incapacitada físicamente pero que mentalmente discierne lo que pasa alrededor descubriendo -por ejemplo cómo se prostituye uno de las actrices y también discute sobre música y filosofía con otro integrante del elenco-, hasta cómo se terminan peleando los dos hermanos por viejas locuras familiares.
Cuando parece darnos una mirada pesimista de la vida social, la película termina con un volver a caminar por parte de la nieta con su andador en soledad pero que es movilizada por su corazón para tratar de viajar con sus ideas de liberación por el mundo.
Seguramente, los que estuvieron presentes que fueron en muy buen número a la sala y los que en 2013 tengan posibilidad de tener acceso a esta propuesta harán su propia lectura personal o grupal, parece dejar un mensaje revalorizador de la otredad, del que es marginado por alguna incapacidad física o mental, en definitiva es el diferente el que tiene cabida en esta forma de comunicar desde lo corporal y gestual con tomas generales, en primeros planos tradicionales y también con giros a 180 grados.
Cuando se cuestiona la vida en sociedad
Se trata del estreno de la producción cinematográfica "Lo que sabe el cuerpo" a cargo del grupo rafaelino “La Planta Cinematográfica”, bajo la dirección de Sofía Zaffetti, en el Cine Belgrano ante medio millar de espectadores.Por Emilio Grande (h.)