Por Emilio Grande (h.).- En la mañana de este viernes, el Concejo recibió la visita del uruguayo Carlos Páez, uno de los 16 sobrevivientes del accidente de avión en la cordillera de los Andes en 1972 (murieron 29 personas), en el marco de la charla que brinda esta noche en el Cine Teatro Belgrano (donde estuvo hace 13 años), organizada por el CRAR con motivo del 50º aniversario del Seven a Side.
En la oportunidad, el visitante estuvo acompañado por directivos de del CRAR Leonardo Crosetti (presidente) y Ernesto Defagot (vice). La presentación estuvo a cargo del presidente del cuerpo Lisandro Mársico, expresando que “es un verdadero honor y ejemplo por tu trayectoria de vida, generando una motivación a cada uno para siga su camino en la vida, charlas en distintos lugares”. También estuvieron sus pares Ceferino Mondino, Paz Caruso, Martín Racca, Alejandra Sagardoy, Carla Boidi y Mabel Fossatti, quienes hicieron algunas preguntas.
“Hace 32 años que estoy limpio del consumo de drogas y alcohol, en la que 1 de cada 100 se recupera; ahora me contrataron para escribir sobre este problema. Salir de las drogas es más difícil que salir de la cordillera de los Andes”, testimonió Páez, quien estuvo acompañado por su amigo Ricardo Gómez.
Y agregó: “En la cordillera nos peleamos, pero todos unidos salimos adelante con el objetivo común de supervivencia, con la convicción llegar por nuestras familias; cualquiera pudo estar en ese lugar, es un homenaje a la vida luego de 72 días. San Francisco Asís trabajaba sobre 3 ejes: lo necesario, lo posible y lo imposible”.
“Los procesos son importantes para llegar frente a la era de inmediatez y tener todo rápido. En la película ´La sociedad de la nieve´ se da vida a los muertos. Es la historia de una lucha por la vida, mientras se matan en Ucrania”, comparó.
En otro momento, Páez reflexionó: “al dolor hay que darle menos dolor y a la alegría más alegría. Todos tienen alguien relacionado con las drogas. No cambio el mejor día de la droga por el peor momento de la soledad; la gente debe estar informada que hace mal la droga. El grupo te saca adelante, hoy hay 40 grupos, porque no se sale solo; aceptar con humildad. Es la lucha contra la arrogancia, con humildad y actitud logras la unidad y no el protagonismo”.
En otro momento, el uruguayo se sinceró que “era un mal criado y tenía niñera; cuando se cayó el avión en la cordillera de los Andes fue mi nacimiento a los 18 años. Cada vez que nos la creemos, Dios nos pega un garrotazo; una vida sin obstáculo no es vida, de pronto estuvimos en las peores condiciones. Podíamos salir adelante si peleamos juntos la historia, en las peores condiciones para salir más endurecido; el ser humano puede mucho más todos juntos porque la arrogancia rompe los equipos”.

Los Páez: padre e hijo, luego del rescate en la cordillera de los Andes.
Aclaró que “el accidente aéreo no fue consecuencia de las adicciones, sino que fue el haber sido malcriado, no poner límites, el padre famoso, el hijo de, hasta que tuve mi propio camino con la historia de Los Andes para competir con mi papá (fue pintor, escultor, escritor) y esa experiencia me autorizó a hacer cualquier cosa”. Hizo terapia con varios psicólogos y también lo atendió un siquiatra.
Crosetti afirmó que “es un deporte muy duro y competitivo, sacrificado, no profesional, en el rugby no existen Maradona ni Messi. Nos motiva traer a Carlos para contar su experiencia por sobrevivir. Es un deporte de contacto, no es violento, de respeto y compañerismo”.
Sobre los dos rafaelinos (Pedro Rubiolo y Mayco Vivas) que integran Los Pumas, Defagot opinó que “no es causalidad, sino causalidad; es el trabajo de años de los dirigentes. No es el objetivo sacar pumas, pero salen son ayudados por el club; nos enorgullece tener al mismo tiempo”.
Volviendo al visitante, graficó que “el try lo hicimos entre todos, fruto del trabajo de los 16 de lo logramos, pero no sabíamos lo que habíamos logrado; no hay que caer en el drama de la vida, ya que vamos para adelante. Hubo 2 que se dejaron el avión, siguieron adelante con actitud, caminando 70 km entre Argentina y Chile”.
Finalmente, Páez recordó que “no me olvido cuando llegaron los helicópteros. Es una historia que paso hace 52 años, 300 millones personas vieron la película, donde hice el rol de mi papá. Volví 3 veces al lugar. La última vez fui con mi familia y una de mis hijas dijo que no podía creer lo ocurrido. Es un viaje al interior de uno mismo, lo que logramos como grupo en un proceso que vivimos. Te das cuenta de que no somos nada en el mundo entero, en la soledad aparece Dios presente, despojado de lo material. Aprovechen que estamos vivos para contar”.