Por Emilio Grande (h.).- El obispo diocesano Pedro Torres presidió la misa del Jueves Santo en la Catedral San Rafael, ante una multitud de gente, siendo concelebrada por el párroco Alejandro Mugna. En esta ceremonia se instituyó el sacerdocio, la eucaristía con la última cena y el mandamiento del amor con el lavatorio de los pies.
“Es asombroso porque el Señor nos ama, ha dado la vida por nosotros, nos ha purificado por el bautismo nos sigue lavando los pies. Casi al comienzo de la salvación fue Abraham en el Génesis (capítulo 18) el que recibió a tres huéspedes misteriosos peregrinos y el primer gesto que hizo fue lavarle los pies, pero ahora es el Dios con nosotros. En el Antiguo Testamento, el salmista se pregunta ¿con qué pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?, cuánto más nosotros”, destacó el obispo durante su homilía.
Y agregó: “¿A qué venimos a misa? Venimos a agradecer porque nos asombra el amor de Dios y el bien que nos ha hecho, mucho más que al salmista. El don de Jesús, el haber conocido que Dios es Padre, que como fruto de la Pascua se nos dona el Espíritu, desde la cruz nos ha dicho ´ahí tienes a tu madre´, la Virgen, nos ha dado de comer. Al comienzo de la cuaresma nos decía no solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Más adelante, Torres señaló que “Jesús es el maestro, nos ha enseñado y alimentado con su Palabra hecha carne, se nos da como alimento porque en la eucaristía es su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad. El Señor hasta nos ha dado de comer”.
Sobre el Jueves Santo, dijo que “es una misa que comienza hoy y termina en la vigilia pascual, es decir no concluye; es además el día del sacerdocio, por eso comenzamos cantando el Salmo 109, es el día de la eucaristía al instituirla en la última cena y es el día del mandamiento de amor. Para entender esto con el asombro de la fe y la alegría de ser salvados, le podemos pedir ayuda a la Virgen, la ungida por el Espíritu Santo y la servidora del Señor. Cuando el servicio se hace por amor engrandece; en cambio si se hace solo por obligación esclaviza y agobia”.
En otra parte de sermón se refirió a la situación del país: “tal vez, estamos preocupados por las grietas nacionales, que ciertamente son preocupantes, podemos olvidarnos que tenemos una grieta en el corazón; redimidos por Cristo seguimos muchas veces heridos por el pecado, tenemos herido el corazón y la familia, empobrecida muchas veces nuestra oración y nos hemos olvidado lo que dice el Génesis (capítulo 3) el pecado es una ruptura, es abandonar la casa del Padre, es romper con su proyecto; una ruptura con uno mismo, con el otro, con la creación y con Dios”.
Finalmente, sostuvo que “estamos heridos por la cultura de la indiferencia y del egoísmo que puede invadir nuestras vidas; yo me salvo y los demás que se arreglen. No lo hago porque no tengo tiempo, es tal la velocidad de nuestro modo de vida que corremos sin saber por qué o por el miedo. El evangelio relata que en esos días los discípulos se encerraron por miedo. ¿Cuáles son las grietas que hay en mi corazón y en mi vida?”.
Otras celebraciones
Las celebraciones continuarán en la Catedral San Rafael con la siguiente programación:
* Viernes Santo: a las 17:00 horas celebración de la pasión del Señor y a las 20:00 el vía crucis de la ciudad alrededor de plaza 25 de Mayo.
* Sábado Santo: a las 20:00 la vigilia pascual.
* Domingo de Pascua: las misas serán a las 8:30, 11:00 y 20:00 horas.