Por Emilio Grande (h.).- Después de la pandemia-plandemia y la cuarentena eterna, decretada hace exactamente dos años en la Argentina, que impusieron todos los gobiernos en sus tres niveles, reproducido por la gran mayoría de los medios de comunicación, con las graves consecuencias psicológicas y económicas, lentamente se van cayendo las máscaras sobre lo que nos quisieron hacer creer las autoridades políticas y sanitarias.
Recordemos que en el 2020 solamente estaban permitidas las actividades “esenciales” y en muchos casos todavía no se comprende cómo la educación estuvo exceptuada, siendo enseñada por zoom, produciendo que miles de niños y jóvenes quedaran fuera del sistema educativo. También estuvo el cierre de comercios, emprendimientos y empresas, por el ejemplo los sectores gastronómico, hotelero y artístico, que provocó el aumento de la desocupación, sin olvidar que no se podía circular por calles y rutas, afectando al mismo tiempo las libertades individuales garantizadas por la Constitución Nacional y los tratados internacionales.
Hace dos años todas las muertes que se producían eran por el supuesto maléfico virus del covid-19 y no se permitieron hacer las autopsias para determinar realmente las causales de los distintos fallecimientos.
Según las investigaciones realizadas por el economista rafaelino Jorge P. Montrucchio, se analizaron las defunciones en el período 2005-2020, mostrando que a pesar de la pandemia y la cuarentena no se produjeron grandes variaciones en las muertes en los niveles nacional, provincial y departamental.
La tasa de mortalidad nacional tuvo una variación de 0,24 respecto a 2016, en la provincia los años 2007 y 2016 fueron superiores al 2020, y en el Departamento hay 8 años que fueron superiores al año 2020.
El último reporte que realizó recientemente el citado Montrucchio, determinó que en Rafaela las muertes aumentaron un 82% entre 2020 y 2021. En 2020 fueron 114 durante la pandemia de covid y el año pasado 208 con la masiva inoculación. Durante el mismo período analizado, en el departamento Castellanos creció el 94% y en la provincia de Santa Fe el 98%. Lamentablemente, el gobierno nacional todavía no actualizó los datos desde setiembre a diciembre de 2021.
Entre las conclusiones a nivel provincial, hay un marcado crecimiento de los fallecimientos en 2021 respecto a 2020, más de 10.000 defunciones (total 43.354). A su vez se disparó la tasa de mortalidad en el mismo período interanual, aunque debe recalcarse que la tasa de mortalidad 2020 fue menor a las de 2007 y 2016 por lo que la idea de pandemia inicial resultaba exagerada.
Las defunciones provinciales superan a los nacimientos en 2021 en más de 3.400. Esto implica que las líneas de las tasas de natalidad y mortalidad se “cruzan” de modo que queda claro que estamos ante un decrecimiento poblacional. Si miramos más atrás, desde 2014 viene cayendo la tasa de crecimiento vegetativo de la población santafesina.
El sábado pasado, Montrucchio fue entrevistado en este programa radial, opinando que “uno se puede hacer algunas preguntas, ¿qué está pasando?, ¿por qué tanto celo por tapar los efectos adversos de las vacunas? Acá algo está sucediendo porque no es normal este tipo de números. En Rafaela, la tasa de mortalidad era más baja en 2020 sin inoculaciones que el año pasado”.
Volviendo al comparativo de muertes entre los años 2020 y 2021, quedó clarísimo que con la inoculación masiva contra el covid-19 aumentaron casi el doble las defunciones en Rafaela, el departamento Castellanos y la provincia de Santa Fe, por más que muchos sostengan que bajaron los casos de contagios por las vacunas y nieguen los efectos adversos, que vienen teniendo tanto en personas sanas como los que ya tenían otras enfermedades, produciendo cardiopatías, miocarditis, trombosis, muertes súbitas en deportistas, entre otros.
Finalmente, otra de las falacias que se vienen cayendo es el uso obligatorio del barbijo, que no te deja respirar correctamente, donde en muchos lugares ya es optativo, como así también el pase sanitario, obligando a la gente a vacunarse para viajar o hacer trámites en oficinas públicas y sectores privados. Seguramente, con la llegada de los meses del invierno retornen las enfermedades respiratorias como ocurre siempre, ¿volverán a encerrarnos como ocurrió en los últimos dos años? Estamos hastiados de la clase política que vive de espaldas a la gente de a pie…