Por Emilio Grande (h.).- En la breve sesión ordinaria de este jueves, los concejales votaron solamente el proyecto de minuta de comunicación que incorporará el edificio municipal (bulevar Lehmann y Moreno) al listado de bienes protegidos, presentado por el bloque Unidos para Cambiar Santa Fe y Juntos por el Cambio. Estuvo presente el arquitecto Mario Williner, quien en ese momento ocupaba el cargo de secretario de Obras Públicas del Ejecutivo y fue el proyectista de la obra junto a la arquitecta Elisa Malina, durante la gestión del intendente Rodolfo Muriel (tercer período).
Al inicio de la sesión, Valeria Soltermam recordó que el 3 de junio se conmemoró el día “Ni una menos en Argentina”, mencionando que ese día de 2015 se cometió el femicidio de Chiara Páez, la adolescente de 14 años de Rufino, quien estaba embarazada y fue asesinada por su pareja. A partir de este hecho surgió este movimiento nacional. En 2024 asesinaron a 70 personas entre mujeres, lesbianas y trans en nuestro país, quedando huérfanos 87 niños y adolescentes.
Volviendo al proyecto aprobado, la edil Carla Boidi, autora del mismo, pidió que se emitiera un video alusivo con fotos de distintas autoridades y de la construcción, y recortes periodísticos del diario La Opinión.
Luego, agradeció “a la Comisión de Preservación y Defensa del Patrimonio Urbano porque tuvo la iniciativa para que este edificio ingrese al listado de bienes protegidos con su historia y su impronta, a Mario Williner por su predisposición, a Emilio Grande y a Fernando Algaba por la documentación aportada, a integrantes de Obras Privadas del Municipio por los planos y al Archivo Histórico Municipal que también tiene documentación. Se invita acompañar esta solicitud por lo que significa el edificio gubernamental que nos representa. Cuando a Mario le dieron esta propuesta era un desafío porque fue un compromiso sumamente importante, ya que iba a ser un edificio representativo, siendo un hito para la ciudad”.
Testimonio viviente
“En realidad, fue una sorpresa, tanto para Malina como para mí. Nosotros insistíamos en llamar a un concurso, que en aquel entonces no era común esa determinación. El intendente de ese momento Rodolfo Muriel quiso que lo hicieran sus empleados. Con mucho temor y seriedad nos abocamos al proyecto, que demoró unos 7-8 meses en su concreción, hasta que se presentó el proyecto”, recordó Mario Williner, de 84 años, al término de la sesión ordinaria, en una improvisada conferencia de prensa.
Y agregó: “Durante muchos años, fue un edificio no cuestionado, pero que estuvo parado en su construcción. Muriel lo empezó a construirlo en los primeros años del 70, en 1973 se paralizó y se retomó a fines de esa década hasta que se terminó y se inauguró en 1983, pero faltaban el 5º y 6º pisos, que se hicieron posteriormente. Acá está el edificio con su arquitectura sumamente vigente. Me parece muy bien la determinación para incorporarlo a los bienes protegidos”.
En aquel entonces, Rafaela tenía 44.363 habitantes, según el censo del 30 de setiembre de 1970, el Municipio funcionaba en bulevar Santa Fe al 400 (sector norte), teniendo unos 300 empleados. “Teníamos una visión de proyección de 20 años, todavía sigue vigente y albergando a gente; un poco excedidas están las dependencias y no quedó para nada fuera de época, sobre todo funcionalmente. Tiene una estructura de hormigón muy simple y limpia, con 8 columnas; para el momento era de mucha admiración”.
Los fundamentos
El Departamento Ejecutivo Municipal, que a través de las áreas que corresponda, evaluará la posibilidad de incorporar, conforme las facultades conferidas en los artículos 19º y 22º de la ordenanza 3.236, al edificio municipal.
A los efectos de la incorporación en el listado cada caso será sometido a un estudio particular de la Comisión de Preservación y Defensa del Patrimonio Urbano, a los fines de su catalogación y a partir de atribuir gradación de valores, determinar el tipo y grado de preservación aconsejable, comprendiendo preservación de la esencia del tipo arquitectónico, de fachada, continuidad de tratamiento morfológico en las nuevas construcciones, determinación de alturas, conservación de líneas de edificación para mantener la continuidad del tejido urbano, conservación del equipamiento y mobiliarios urbanos (espacios verdes, iluminación, pavimento, pérgola, pantallas publicitarias, etc.); estudio del paisaje urbano del sector.
El edificio municipal constituye un ejemplo tardío del movimiento moderno en la ciudad de Rafaela. Su construcción se inició en 1970, se paralizó varios años y se inauguró el 10 de setiembre de 1983 durante la intendencia de Juan Carlos Borio. Implantado en una esquina presenta un volumen puro, calado en diversos niveles, elevado sobre una escalinata que jerarquiza el ingreso principal. Funcionalmente expresa plantas libres con un eje central de servicios. Aparece como hito, como símbolo, como referente, un edificio equilibrado entre la solidez del hormigón armado a la vista y transparencia de los importantes aventanamientos. El proyecto original incluía el edificio del Concejo Municipal.
El edificio proyectado es símbolo y referente de la ciudad y posee valor artístico- arquitectónico, así como también histórico-testimonial que merece ser preservado, siendo un fiel ejemplo del patrimonio cultural de la ciudad.
El patrimonio histórico es la parte del patrimonio cultural enfocado en los elementos históricos, habitualmente materiales, aunque los hay inmateriales.