Por Emilio Grande (h.).- Con la misa de la Cena del Señor, esta noche se inició el triduo pascual, que incluye la conmemoración de la Pasión (Viernes Santo) y la solemne Vigilia Pascual (sábado a la noche), núcleo central de la Semana Santa.
En la Catedral San Rafael el obispo diocesano Pedro Torres presidió la ceremonia de la institución de la eucaristía y del mandamiento del amor, concelebrada por el vicario parroquial Alexis Cardo, ante una multitud de feligreses, que también tuvo el lavatorio de los pies a cargo de los celebrantes en distintos rincones del templo mayor de la diócesis de Rafaela.
“Hoy iniciamos el triduo pascual, una misa muy especial porque comienza hoy y se cierra recién después de la vigilia; al final vamos a hacer la procesión con el santísimo y no hay bendición porque entramos con Jesús a tres días de oración, haciendo memoria del mandamiento del amor: cuando llegó la hora nos amó hasta el extremo, con un servicio humilde, de la eucaristía que nos entregó hoy y por eso el día del sacerdocio, haciendo memoria de la alianza de aquella que se hizo en la primera lectura en el Éxodo, pero que se hace nueva y eterna en la Pascua de Jesús. Una eucaristía que es memoria de la alianza, anticipo de la gloria del banquete del cielo y profecía”, destacó Torres en la homilía.
Y agregó: “la pregunta se la hace a los apóstoles y hoy nos la hace Jesús, ¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Minutos antes le dijo a Pedro ahora no podés comprender. ¿Comprendemos hasta dónde nos amó Jesús? Me parece que los discípulos ese día no comprendieron, por eso se escaparon de la cruz. Me da la impresión que muchas veces nosotros todavía tampoco comprendemos, no terminamos de caer en la cuenta del misterio de este Dios con nosotros, que se hizo carne y vive la encarnación hasta la cruz, asumiendo el dolor humano y él que no tenía pecado, dirá Pablo se hizo pecado”.
Más adelante, “no nos transforma la vida si no la terminamos de comprender con un sentimiento oceánico, es algo inmenso y desbordante; es un misterio que nunca podremos agotar ni vaciar, asomarnos al corazón de Cristo que nos amó hasta el fin. Ya que no comprendemos, pero amamos, esta noche adoramos porque adorar es me quedo sin palabras, quedarse asombrado, mudo, lleno de admiración”.
“No hemos captado -continuó- la novedad del servicio que transforma la lógica del poder, no hemos entendido que tres veces dice ustedes están limpios; Jesús habla de una limpieza, de una pureza no ritual; no se trata solo de ser buenos sino de encontrarnos con la Palabra que nos purifica y con la verdad, él que nos hace puros, ese es el misterio del bautismo. El cristianismo es don de vida nueva”.
En otra parte, “Jesús nos dice amen como yo los he amado, es volver a lo esencial, aunque tuviera fe capaz de trasladar montañas si me falta el amor no me sirve de nada. ¿Amo como Jesús? La eucaristía es una escuela de vida, que implica cercanía, no apropiarse del otro sino darte todo; es no estar quieto sino dejarse llevar por el misterio del amor que es dinámico, es asombrarse. El Señor nos puede enseñar a acompañar, que se quedó con nosotros. Jesús no acapara el poder como Pilato o Herodes, se despojó, él no calcula; nos enseña que acompañar es un misterio de humildad, es promover libertades y talentos, procesos de planificación en cada uno. Amar se sirve con alegría, se descubre al otro como valioso con mi simple compromiso.
Por último, Torres dijo que “acompañar en salida, es comunicar y llevar vida, es misión. Jesús nos acompaña para convertirnos en sus mensajeros y testigos. Si Jesús es el maestro y el Señor que nos enseña un nuevo modo de vivir, si cargó con nuestros pecados, no lo dejemos solo en estos tres días. Aprendamos a acompañar a los demás, hay mucha gente sola y nos hace una nueva imaginación de la caridad, que no se siente comprendida ni valorada. Soñar el sueño de Dios, también para el mundo que no encuentra caminos de paz y para la patria que tiene que aprender que en vez de pelear por el poder, el servicio que promueve a cada hombre en su dignidad infinita, que Dios considera tan valiosa que envió a su hijo para salvarnos”.
Otras celebraciones
El Viernes Santo a las 17:00 horas será celebración de la Pasión del Señor en la Catedral y a las 20:00 el tradicional vía crucis de la ciudad alrededor de la plaza 25 de Mayo.
El Sábado Santo a las 20:00 se oficiará la Vigilia Pascual y el Domingo de Pascua las misas serán a las 8:30, 11:00 (también en ese horario en San Roque) y 19:00 en San Rafael.