Por Emilio Grande (h.).- Luego de que varias provincias dejaran la obligatoriedad del uso del barbijo, el gobierno provincial -a través de la resolución 161/22 firmada el miércoles último por el ministro de Gestión Pública Marcos Corach (de nuestra ciudad)- dispuso la recomendación del uso de elementos de protección que cubran nariz, boca y mentón en espacio cerrados o de ingreso de público, y en lugares de trabajo sin suficiente ventilación.
Así, después de dos años de restricciones más o menos severas con la declaración de la pandemia y la cuarentena eterna con encierros inexplicables, según la situación epidemiológica nacional y mundial, se llegó a este momento en que el barbijo pasa a ser de uso recomendado en espacios cerrados, incluidas las escuelas, pero no es más obligatorio.
Cuando se hizo pública esta noticia permitió que muchos se animaran a dejar de usar el tapabocas en distintos ámbitos sociales. El jueves último, en un grado de una escuela primaria de nuestra ciudad, al escuchar las aclaraciones de un directivo que todavía no estaba vigente, un alumno reboleó la mascarilla en una actitud de desahogo, ante la mirada de los presentes en el aula, según informaron fuentes confiables.
Con el paso de las horas, se conoció la resolución 0161 emitida por el Ministerio de Salud y la circular 04/22 del Ministerio de Educación, comunicando que dada la baja en los contagios Covid, se decidió eliminar la obligatoriedad del uso del barbijo, sin dejar de ser recomendable en espacios cerrados. Se continuará con la ventilación y el lavado de manos frecuente.
Sin embargo, hacía bastante tiempo que mucha gente venía desoyendo las medidas sanitarias sobre la obligatoriedad del uso del barbijo, tanto en lugares cerrados como abiertos.
A decir verdad, el uso del barbijo provoca mayores consecuencias negativas que positivas para las personas en general porque no permite respirar correctamente, inhalando oxígeno por boca o nariz y exhalando dióxido de carbono, siendo este último un desecho que no puede volver a ingresar a la vía respiratoria.
En el caso de los niños consumen entre el doble y el triple de oxígeno que los adultos porque necesitan más oxígeno para metabolizar, ya que sus células crecen y se desarrollan porque están en un período de crecimiento. La falta de oxigenación normal en los niños produce daños inmediatos como cefaleas, pérdidas de conocimiento, traumatismos de cráneo, convulsiones, delirios, sumado a los perjuicios mediatos como despersonalización, falta de expresión facial, incomunicación personal y social, traumas, depresión, entre otros.
Según el infectólogo Roberto Debbag, “hay estudios que demuestran que el barbijo altera el aprendizaje…”, en declaraciones televisivas en el programa “Solo una vuelta más” de TN, que conduce Diego Sehinkman.
Entonces obligar a un alumno a tapar sus vías respiratorias lo convierte en una víctima, en base a un acto administrativo que viola el derecho elemental a cuidar la salud, el bienestar psicofísico y el de no ser discriminado, siendo una medida arbitraria y coercitiva.
Para la psicóloga forense española María Angeles Morán Tamarit, “el uso continuado de la mascarilla conlleva un debilitamiento del yo de la persona, obstaculiza la comunicación entre iguales, supone una dificultad añadida para las personas sordas que leen los labios porque con las máscaras le impedimos la comunicación, impide ver las emociones de las personas lo que dificulta el desarrollo de la empatía en niños favoreciendo el egocentrismo, genera una sensación de dependencia patológica condicionando la vida de las personas y favoreciendo una conducta sumisa y dependiente del control externo”.
El médico Mariano Arriaga de “Médicos por la verdad” opinó que “el estudiante que ingresa a Medicina sabe que el barbijo no es barrera antiviral por el tamaño del virus y el tamaño de la ventana que ofrece el poro de la tela o de cualquier otro material. Solamente, es indispensable para el control social y mental de la población por parte de los gobiernos. El barbijo disminuye la oxigenación que trae como consecuencia la disminución de toda inmunidad del cuerpo porque oxigenar es indispensable para la armonía y la salud, sobre todo para el crecimiento de un niño”.
Finalmente, le decimos “chau barbijo”… hasta la próxima plandemia gubernamental porque el objetivo de la decisión política en todos los niveles fue amordazar a la gente, provocando graves problemas con consecuencias incalculables…