Una vez más los trabajadores nos encontramos en la necesidad de decir basta. El país se encuentra en una situación de extrema complejidad donde los asalariados terminamos siendo una variable de ajuste en la economía real, que se traduce en que cada día más trabajadores caen en la pobreza o en la indigencia, mientras una oleada de especulación amenaza inundar el aparato productivo de la Argentina.
Ya en 2016 los trabajadores advertimos claramente que el proceso de concentración de la riqueza y las políticas de fomento a la especulación financiera que se gestaron y ejecutaron en el gobierno de Cambiemos conducirían a un callejón sin salida. La realidad que dejó la implementación de esas políticas neoliberales no sólo afectó a la industria nacional e inició la devastación de la capacidad de compra del salario, sino que llevó al país a un endeudamiento atroz, coronado con la desastrosa decisión de volver a recurrir al Fondo Monetario Internacional sólo para obtener miles de millones de dólares que los beneficiarios de esa política nefasta se encargaron de «fugar» al exterior.
Deuda colosal, industria debilitada, inflación superior al 50% anual, recesión económica, cierre de 25 mil pymes, aumento de la desocupación, desigualdad social escandalosa y una fuga de capitales descontrolada fueron la herencia maldita de los cuatro años de gestión del macrismo. Ese legado mortal cayó sobre el gobierno del Frente de Todos como una carga que condicionó desde el primer día a la gestión. Luego vino la pandemia y sus efectos arrasadores en el mundo entero; y por si eso fuera poco estalló una guerra en Europa que distorsionó completamente los indicadores de la economía global.
Todo ese diagnóstico lo conocemos. Lo entendemos. Lo padecemos. Pero ahora enfrentamos otra amenaza: la especulación descontrolada. Empresarios formadores de precios que, con la excusa del aumento del dólar «blue» remarcan precios a diestra y siniestra, siendo que todos sus insumos se compran y se comercializan considerando la cotización oficial, que no ha sufrido variantes de significación. Y lo peor: en momentos de incertidumbre, cuando las maniobras de los operadores son hasta burdas para generar, con algunas pocas operaciones en un mercado marginal una «ola» alcista en la cotización de la divisa, siempre se toman los precios más altos. Luego, cuando la cotización baja, como ya sucedió en otros momentos, los precios se mantienen en los niveles más altos.
La voracidad especulativa de los poderosos se «derrama» a la cadena comercial y carcome los salarios y engrosa las desigualdades. La pérdida de poder adquisitivo de los sueldos de los trabajadores es escandalosa y sumerge a amplias franjas de la sociedad frente al escenario de no poder satisfacer necesidades básicas, como el acceso a bienes y servicios indispensables, debilitando el mercado interno hasta un punto que más temprano que tarde trabará la cadena de pagos e incidirá en la actividad económica.
Frente a este panorama, las organizaciones sindicales que integramos la CGT Regional Rafaela respaldamos al gobierno nacional en todas las medidas que se adopten para cortar de raíz las maniobras especulativas. Advertimos la necesidad de mantener abiertas las negociaciones paritarias para resguardar el poder de compra de los salarios y exigimos unidad de acción para enfrentar estas coyuntura, sin internismos que resultan dañinos para la gestión del gobierno y priorizando la defensa del valor de nuestra moneda y de nuestro aparato productivo.
CGT Rafaela: basta de aumentos
Se trata de un comunicado gremial donde se manifiesta contra la especulación descontrolada.