La Unión Internacional de Periodistas Católicos se reúne en Rusia
La misión de los periodistas católicos: ser «levadura» de la objetividad y la verdad.
La misión de los periodistas católicos: ser «levadura» de la objetividad y la verdad.
«Junto a los discípulos y a Jesús el Evangelio de hoy nos invita a recorrer dos caminos: uno que lleva a la Eucaristía y otro que parte de ella. El que lleva a la Eucaristía es camino de Encuentro. El que parte de ella es camino de Esperanza», subrayó el cardenal.
Homilía de Corpus Christi 2006 pronunciada por monseñor Carlos Franzini, obispo de la diócesis de Rafaela, en la Catedral San Rafael, el sábado 17 de junio de 2006.
Homilía de monseñor Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma para la solemnidad de la Santísima Trinidad (11 de junio de 2006).
Al dirigirse a los jóvenes, enfermos y recién casados que participaron en la audiencia general en la Plaza de San Pedro del Vaticano, Benedicto XVI recordó que la Iglesia celebra esta fiesta este jueves, aunque en algunos países la celebración tendrá lugar el próximo domingo. En Rafaela será el sábado a las 16 en la Catedral San Rafael.
Amplia respuesta pública al mensaje cristiano.
Ocho años antes de que el Concilio Vaticano II instara a los episcopados del mundo a tomar conciencia de la necesidad de los medios de comunicación social, AICA ya comenzaba a recorrer ese camino que la convirtió en obligado punto de referencia para quien quisiera conocer acontecimientos de la Iglesia en la Argentina, con lo que se ganado un lugar en la historia del periodismo argentino y pionera en América latina.
La ceremonia de beatificación podría tener lugar a partir de mayo de 2007.
Giuseppe Laras, presidente de los rabinos de Italia, ha declarado a los micrófonos de «Radio Vaticano» que «esta visita quiere ser una advertencia a la humanidad y una palabra de esperanza y de consuelo para todos los que han sufrido».
Después de visitar en silencio los lugares del horror, de haber rezado durante largo rato en el símbolo del Holocausto, de haber hablado con supervivientes del campo de exterminio, el pontífice pronunció un discurso firme tanto por el tono como por la fuerza de sus contenidos. «Tomar la palabra en este lugar de horror, de crímenes contra Dios y contra el hombre sin parangón en la historia, es casi imposible, y es particularmente difícil y oprimente para un cristiano, para un Papa que procede de Alemania», reconoció el Papa.