De Juan XXIII a Francisco

En 1959, Juan XXIII imaginó el Concilio como un nuevo Pentecostés del espíritu de Dios. Dijo: «La Iglesia no es un museo arqueológico que debamos conservar, sino un jardín abierto. Es la fuente de agua fresca en medio de la plaza del pueblo para que todos puedan beber en ella». Hoy, Francisco, renueva la fuente del agua viva en la gran plaza del mundo.

Por Carlos María Galli (Buenos Aires)

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Sin conciencia social no hay humanidad

Si en verdad pusiésemos el oído del alma en el corazón de las gentes pobres, escucharíamos tantos sollozos que nos faltarían palabras para ir en su ayuda. Sabiendo que no hay nada que nos desespere tanto como no ser comprendidos, podríamos al menos por una vez ejercitar la escucha de aquellos que nos rodean.

Por Víctor Corcoba Herrero (España)

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¿Cómo se puede reutilizar el agua de lluvia ante la escasez?

Se trata de una investigación académica realizada en la UNR a partir del uso inadecuado del agua de red sumado a la escasez mundial, focalizado en la ciudad de Rafaela. Se planifica una acción comunicacional estratégica para promover la conciencia de los ciudadanos, promoviendo la captación de agua de lluvia para almacenarse en depósitos.

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«Combatir cada día el pecado»

Destaca el cardenal Estanislao Karlic en una entrevista, quien brindó un retiro de silencio en la Abadía. El cónclave «fue una manifestación de la libertad de los cardenales para elegir al Papa».

Por Emilio Grande (h.)

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Ante los vicios del mundo

Nuestra pasividad puede ser la madre de la maldad y de todos los demás vicios. Así como hay un arte de engañar, que exista igualmente un arte de descubrir el lugar del bien o del mal, para que cada cual pueda tomar el destino que quiera para su corazón. Se puede vislumbrar, sólo hay que dejar que la conciencia actúe.

Por Víctor Corcoba Herrero (Granada, España)

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El ocaso de la República

Subsiste un gran núcleo de jueces que realizan silenciosa y solitariamente la difícil tarea de tratar de dar a cada uno lo suyo, de fijar límites al poder de cualquier tipo, de servir “a través de sus sentencias a la educación de gobernantes y gobernados en el cumplimiento de las obligaciones y el conocimiento de sus derechos” –carta del papa Francisco a Ricardo Lorenzetti–, y de preservar como pueden la dignidad de la República.

Por Jorge Newbery

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