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Carta de despedida a una gran amiga del alma y mi mamá espiritual: mi querida Porota

Se trata de María Josefina Chianalino, quien falleció y dejó un testimonio de vida para imitar.

Por María Inés Adorni.- Querida y bendecida amiga, hoy 15 de octubre te despedí en la Catedral San Rafael junto con tus seres queridos y el arcángel Rafael que restauré estaba allí.

Como esas tardes nos encontrábamos para ir a misa caminando muy despacito, hoy parecía esas tardes que llegábamos puntualmente.

Amiga Porota, Dios te eligió para que te cruzaras en mi camino en el momento justo en donde me hacía falta una mamá y amiga; la verdad en el peor momento de mi vida nos conocimos en el grupo de oración en Catedral madres orantes y de allí las dos emprendimos un bello camino. Te considero mi mamá porque tu me diste contención espiritual, un plato de comida, muchos consejos de mamá; tu serás el ejemplo de vida, de fe, de esperanza y amor a nuestro prójimo y a Dios.

Dios te eligió ahora para ir a su lado, le pido que me dé fortaleza para superar esta ausencia, como recordaré como hablábamos horas y horas por teléfono y siempre enganchabas un tema y otro, y nunca terminaban, hasta me hacía un blanquito para ir a verte, compartir una torta de chocolate que tanto te gustaba y los escritos de restaurando nuestra alma que te leía, en el cual vos me diste el puntapié inicial para escribir y ayudar al prójimo con palabras de fe.

Me diste muchos consejos y la fe y fortaleza que en ese momento me faltaban.

Rezábamos juntas el rosario, me encomendabas a nuestra mamá María y a San José.

Aunque ya no podré verme reflejada en esa pícara y dulce mirada, siempre estarás en mi corazón y en mi camino espiritual hacia el Señor.

Lo que compartimos juntas los viajes a San Nicolás, a Carlos Paz, disfrutamos de nuestra compañía y hasta pudimos ir a misa.

Donde quieras que estés Porotita como te decía, te llevaré a mi lado, ahora estás junto a nuestra mamá María y desde allí guiarás mis pasos.
Querida compañera de aventuras, ahora en el cielo, disfruta de estar junto a tu amado esposo.
Fueron ejemplo de vida de matrimonio por lo que tu me contabas.
No he perdido una amiga, he ganado un ángel mas que estará a mi lado cuidándome desde el cielo como una estrella.
Te quiero con todo mi corazón, un abrazo y no te digo adiós porque estarás siempre, siempre en el corazón mío y de las demás personas que te conocieron.
Nunca te olvidaré, hasta pronto amiga, ahora descansa en paz…

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