Candidato a superministro: el desafío imperioso de encaminar la economía

"La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder” (General San Martin).

Por Eduardo Reina.- Pese a que la atención de la agenda política se divide actualmente entre la inestable coyuntura económica y en los diarios vuelcos que da el escenario electoral de cara a las futuras elecciones; se me ocurre que deberíamos encontrar algún lugar de calma para para concentrarnos en lo que es realmente urgente, que es lo que vendrá el día después de este 10 de diciembre, y en especial quién será el ministro de economía que estará encargado de estabilizar la situación que se viene perfilando.

Que el ministro de economía es un cargo fundamental y con mucha visibilidad en nuestro país es evidente a la luz de nuestra historia. Lo que también notable es que muchos presidentes argentinos no se ¨bancaron¨ un ministro importante, con autoridad y trayectoria tal como requiere la complejidad de nuestra economía. Es necesario que el próximo que gobierne tenga un baño de humildad para permitir un ministro que se auto gestione y tenga las mismas (o incluso más) relaciones con el círculo rojo que el presidente de la Nación 

En la historia reciente podemos encontrar muchos casos en los que los ministros de economía estrella terminan desplazados porque el presidente en ejercicio se ve disminuido frente a esta figura. Por ejemplo: Carlos Menem y Domingo Cavallo fue siempre una pareja despareja y se terminó de definir como una enemistad a partir del éxito de Cavallo. Pegó de forma muy dura en el ego de Carlos Menem el éxito de la convertibilidad en su freno a la inflación y aún más el hecho de que crecía la economía. Esto hizo a Cavallo en una figura muy popular que tenia agenda mediática y empresarial propia. Menem había creado un rival en el gobierno con quien terminó sus relaciones cuando creció su pretensión presidencialista. 

Domingo Cavallo y el FMI 20220201
Domingo Cavallo.

Mas adelante podemos encontrar el caso de Roberto Lavagna cuando es convocado por Néstor Kirchner luego de unos primeros casi 4 meses de “limpieza de camino¨ que hizo  Remes Lenicov  parar ordenar la salida de la convertibilidad. Al comienzo Néstor Kirchner busca a Roberto Lavagna motivado porque su prestigio en los núcleos del peronismo y de círculos de poder empresarios hacían ver que venía a poner un poco de sensatez, racionalidad y confianza en la economía local luego del cimbronazo vivido.

Durante el período 2002-2005 manejó el ministerio logrando éxitos que fueron bastante reconocidos pero los que le fueron costando numerosas confrontaciones con gran parte del gabinete de ministros primero y luego hasta con el propio Néstor Kirchner. Parte de estas confrontaciones se producían porque se mantenía bastante independiente de la política partidaria del gobierno, alejado sobre todo de las preocupaciones electorales. Esta autonomía era la que a la vez le hacía aumentar su prestigio personal a costa de la imagen del presidente Kirchner. Esta fue la gota que rebalsó el vaso y decidió su exclusión del gobierno con la excusa de que el ministro había denunciado la cartelización en la obra pública y este era un tema sensible para el presidente tal como los hechos actuales lo demostraron. Para justificarse decía en los pasillos de ese primer kirchnerismo: terminamos con un ministerio-isla; ahora vamos a trabajar en equipo

Roberto Lavagna y Sergio Massa 20220822
Roberto Lavagna y Sergio Massa.

Mauricio Macri intentó evitar esta centralidad haciendo que en su gobierno no hubiera Ministro de Economía. El gabinete económico pasó a estar dividido en seis ministerios, pero en la práctica la centralidad que tenía el antiguo ministro de Economía la pasó a tener el de Hacienda y Finanzas y así fue que tuvimos un desfile de ministros: Alfonso Prat-Gay (2015-2016) Nicolás Dujovne (2017-2019) Hernán Lacunza (en el final del mandato 2019) y otros tantos que desde otros puestos disputaban la dirección de la economía.

 Si el próximo presidente quiere tener un gobierno ordenado que encuentre un camino para la resolución debe aplacar su ego y permitirle al ministro un margen de maniobra amplio con la libertad de aplicar las políticas que considere para la corrección del rumbo económico. 

¿Cambiará algo que Macri no juegue oficialmente?

Cualquier ministro de Economía  que se encargue del país, requiere poder manejar una botonera amplia y para eso debe dejarlo disponer de un equipo propio dispuesto en las áreas clave de la administración. Por su parte, el Banco Central también deberá tener un amplio margen de actuación para poder cumplir con la independencia que se supone debe tener pero nunca logra.

El acierto de este gobierno para la solución de la economía ha sido acudir al concepto de “superministro”. Es verdad que se necesita un ministro con autoridad , porque todo debe estar coordinado y actuando en consonancia para poder encaminar el rumbo de la economía. En ese sentido fue un acierto poner bajo la órbita de la figura del ministro de Economía muchas de las áreas más sensibles de la administración y las finanzas. El error fundamental estuvo en elegir al ministro por su capacidad política para inyectar poder a un gobierno en declive y para calmar las internas; en lugar de buscar a un ministro con la capacidad técnica y la trayectoria específica en el tema suficientes para dirigir a un grupo de especialistas y transmitirles una visión profesional del tema.

En esto vemos que hoy la oposición parece estar atenta al día después de las elecciones porque intenta generar equipos con los distintos candidatos. En el Pro conviven Hernán Lacunza y Martin Redrado en los equipos de Horacio Rodríguez Larreta, Luciano Laspina  por Bullrich y jugando libremente dentro de cambiemos están en el radicalismo Eduardo Levy Yeyati, y Marina Dal Poggetto.

Sin embargo hay un candidato de gran notoriedad pública que es el gran candidato que todos por lo bajo prefieren: Melconian.

Carlos Melconián que fue presidente del Banco Nación en la gestión de Macri y no tuvo problemas en entregar su cargo cuando vio que no tenía el margen de maniobra que necesitaba para plasmar sus ideas, es un personaje que, pese a su ampulosidad y su vehemencia, resulta simpático incluso al otro lado de la grieta. 

Fuera de su personalidad tan mediatizable, es verdad que es uno de esos cuadros técnicos que se preocupa constamente por pensar la realidad y ofrecer sus soluciones a quien quiera dejarlo actual. Por eso es que esta trabajando en un plan para ¨ el que gane ¨. Hace años desarrolla este serio trabajo con la fundación IERAL y pese a las públicas diferencias, hasta visitó a la vicepresidenta para comentarle, sin muchas esperanzas, su visión técnica sobre el asunto. Se escucha decir en todos los ambientes que es el candidato que en realidad desean poner como ministro muchos si son gobierno a partir del 10 de diciembre.

Carlos Melconian 20220801
Carlos Melconian.

Pero a partir de la fuerte personalidad de Melconian que se compromete con su visión de la economía y no se calla las diferencias, surge la gran duda de si será compatible con los políticos que ganen. Sobre todo surge la duda de si le darán lo que él sabe que es necesario para que cualquier ministro lleve a cabo de verdad un plan serio (cualquiera sea este): un equipo poderoso puesto en lugares estratégicos. Esto ya lo dejó plasmado él mismo en infinitas entrevistas y últimamente en la charla que realizó en la bolsa de comercio como actividad para IERAL. 

Tal como dijo en esa misma charla, su programa es disruptivo, de cambio de régimen, pero para esto se necesita una «institucionalidad efectiva”. La institucionalidad efectiva es la que se opone a una “institucionalidad vacía”. El economista ve que “el desprecio por la institucionalidad económica y su degradación ha sido una de las mayores causas de los malos resultados económicos previos”.

Melconian explicó que “las reformas no se hacen en un día, pero un día empiezan”. Si bien acepta que las reformas son dinámicas sostiene que es necesaria cierta irreversibilidad en los cambios para que se pueda trabajar construyendo sobre lo realizado. En la misma línea destaca que el patriotismo y la convivencia son claves para la convivencia democrática.

El monstruo de la interna

Algunas de las ideas que adelantó en esa misma charla como medidas del plan para un futuro gobierno hicieron énfasis en el equilibrio fiscal, en encarar una política monetaria seria que aporte credibilidad, en fortalecer la relación entre la Nación y las provincias, en proponer una reforma competitiva del sector privado y una descentralización de la asistencia social. Fue categórico al señalar que el Banco Central debe ser completamente independiente.

Un presidente que esté a la altura de un estadista preocupado por la nación será aquel que esté en condiciones de convivir con un ministro de economía con total autoridad que pueda discutir y no se achique a la hora de tomar decisiones. Sino seguiremos asistiendo al espectáculo de las peleas por el cartel dignas de un teatro de revistas que dan como resultado la elección de ministros mediocres o un ministro de economía a medias tintas, sin autoridad y con ministerios divididos de acuerdo a las internas y tirando cada uno en una dirección distinta. Hoy la reforma que necesitamos es total y el presidente debe tener cintura y agallas para aguantarla sin pensar que el próximo ministro de economía lo pueda opacar por los resultados que obtenga sino que debe preocuparse antes por lo que pase con el país. 

Si el próximo presidente no deja a un lado sus egos y la devolución de favores, el codiciado Melconian no será ministro, pues siempre fue categórico con sus condiciones para serlo. Tal vez si no logre este poder para ser ministro deberá abandonar sus aspiraciones de cuadro técnico para aceptar que, como el país elige seguir siendo presidencialista, “el que gane” la presidencia para llevar a cabo su plan, deberá ser él mismo en algún momento.

Fuente: https://www.perfil.com/ El autor es analista político. Consultor especializado en Comunicación Institucional y Política, doctorando en Comunicación (Universidad Católica Argentina), magister en Comunicación y Marketing Político en la Universidad del Salvador (USAL). Postgraduate Business and Management por la Universidad de California Ext. Berkeley, EE.UU. Profesor Protitular en UCA. Twitter: @ossoreina

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